Las enfermedades por alimentos sobrecargan los sistemas de salud y perjudican economías, turismo y comercio. Los controles microbiológicos son esenciales para detectar la presencia de patógenos contaminantes y existen políticas y estrategias de seguridad que velan por la salud del consumidor. Actualmente, uno de los principales retos de las empresas es implementar sistemas de inocuidad y control de calidad que integren monitoreo continuo de contaminantes e identificación de factores de riesgo a lo largo de la cadena.
A pesar de los cambios que se han generado recientemente, la mayoría de los envases que se producen están diseñados para usarse una sola vez y desecharse. Esto representa enormes cantidades de residuos liberados en el ambiente cada año. La necesidad de un cambio es inminente. Ante el interés que despiertan los envases sustentables, marcas y desarrolladores deben equilibrar aspectos como circularidad, costos de producción, seguridad, disponibilidad de material e impacto ambiental desde el diseño.
En años recientes, los consumidores han expresado un gran interés por el desarrollo de alimentos y bebidas fortificadas o enriquecidas que aporten beneficios adicionales más allá de la hidratación. Características como vitaminas añadidas, cero azúcares e ingredientes que apoyen el sistema inmune se han convertido en atributos que marcan la diferencia en la decisión de compra de millones de personas alrededor del mundo.
Los alimentos funcionales siguen ganando popularidad y cada vez más personas en todo el mundo buscan integrar alternativas saludables y naturales en su dieta. Como resultado del renovado interés por la salud y el bienestar, el consumo de probióticos, prebióticos y simbióticos se ha extendido en todo el mundo, gracias a la evidencia de distintos estudios clínicos que avalan su eficacia en el mejoramiento de la salud gastrointestinal.
El e-Commerce está transformando la forma en que los consumidores obtienen sus alimentos. En años recientes, el mercado de venta en línea de alimentos y bebidas tuvo un crecimiento significativo, lo que trajo importantes oportunidades de negocio para las empresas del sector. Gracias a la tecnología y a los cambios en los comportamientos de consumo, se prevé que los ingresos del comercio electrónico a nivel global superen los 69.77 billones de dólares en 2023, según The Bussines Research Company.
El desperdicio de alimentos es uno de los principales retos que enfrenta el sistema alimentario global. Según cifras de la FAO, alrededor del 14% de los alimentos que se producen en el mundo se pierden entre la cosecha y la venta minorista. De esta cifra, un porcentaje se desperdicia en los niveles de consumo primario. Además de agravar la inseguridad alimentaria, el desperdicio contribuye a la contaminación ambiental y al desaprovechamiento de recursos asociados a la producción de comestibles.
Entre un 30 y 40% de los alimentos que se producen se pierden o desperdician cada año. Estas cifras representan uno de los principales obstáculos en la meta por alcanzar la seguridad alimentaria y un mundo con Hambre Cero, y también implican pérdidas económicas para productores, minoristas y consumidores. En el escenario global actual, las empresas pueden convertirse en grandes agentes de cambio hacia un modelo de producción sostenible. Para lograrlo, deben conocer estrategias y acciones a emprender.
Cuando se habla de productos fermentados es común pensar en yogur, vinagre, kéfir o cerveza, pero la fermentación también es clave en la panificación. Lograr un pan de calidad depende de varios factores, como ingredientes, amasado, cocción óptima y, por supuesto, fermentación. Gracias a este proceso, se mejoran las propiedades organolépticas del pan y se incrementa su digestibilidad y durabilidad. Mantener un buen control de la fermentación es fundamental para productos de mejor sabor y calidad.
Actualmente hay una tendencia que aboga por el regreso a lo tradicional, por alimentos que se vinculan con atributos saludables y sostenibles, y que generalmente tienen un componente orgánico y “bio” importante. En esta tendencia se sitúan los “alimentos vivos” o “fermentados”, que han mostrado un alto crecimiento en los últimos años. Es el momento de que las empresas que buscan posicionarse con productos sostenibles, saludables y naturales, conozcan los retos tecnológicos que hay detrás de estos.