26 de Abril de 2024

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Tendencias de consumo

Retos de la alimentación en 2023 para América Latina

Ingrid Cubas

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La alimentación en 2023 se enfrenta a múltiples retos que se han venido arrastrando desde la pandemia por covid-19. Según afirma el Banco Mundial, la economía global se sumergió en una crisis que afectó sobre todo a grupos desfavorecidos y países emergentes.

Uno de los sectores más afectados durante este lapso ha sido la industria alimenticia, que además de haberse mantenido operando, tuvo que sobreponerse a cambios en tendencias de consumo, alza de costos y escasez de proveeduría, entre otros aspectos.

Durante el webinar Looking forward, looking back - plant-based trends from 2022 and predictions for 2023, se expusieron los puntos de dolor que la industria requiere cubrir de forma urgente, algunos de ellos son:

  • Preferencias cambiantes de los consumidores
  • Procesos de producción
  • Seguridad alimentaria
  • Sustentabilidad
  • Trazabilidad

Marcela Rodríguez, Directora de Asuntos Científicos y Regulatorios en la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas fue la encargada de moderar un panel de expertos que reunió a expertos de América Latina donde se tocaron puntos que si bien le atañen a la región, no están exentos de importancia en otros sitios del mundo.

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Tecnología VS normativas en la industria alimenticia

Desde la perspectiva de Mariana Sánchez, responsable del Área de Desarrollo de Nuevos Productos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial INTI en Argentina, existen tres puntos principales por resolver en cuanto a alimentación:

  1. El acceso a la tecnología
  2. La legislación adecuada para este momento
  3. Los procesos de producción

Respecto a la tecnología, la especialista reflexionó sobre la importancia de incorporar esta herramienta a lo largo de los procesos de producción de alimentos; especialmente, para poder recurrir a prácticas más sostenibles.

A pesar de que la inversión en este sentido no es de fácil acceso, reconoció que el primer reto en este sentido consiste en saber identificar los puntos clave en los que cada empresa tendría que invertir para obtener mayores beneficios con menos recursos económicos. Es decir, es necesario personalizar la adquisición de equipo en base a las necesidades de cada empresa productora de alimentos.

Sobre la legislación, se enfocó en la disparidad que se genera a partir de la innovación; pues por más que se desee innovar y proponer soluciones novedosas, suele haber un tope en cuanto a normativas que avalen avances de productos a partir de ingredientes que no siempre están regulados, tal y como ha ocurrido con la biomasa.

Por más que la innovación avance a paso acelerado, la rapidez con la que distintos procesos e ingredientes llegan a generar suficiente interés como para ser regulados, no ocurre con la misma velocidad.

En cuanto a la producción de alimentos, hizo hincapié en la necesidad de pensar en procesos productivos de forma integral; es decir, sin aislar las necesidades humanas de las del resto de las especies.

Tenemos que hacer un esfuerzo de innovación para tener un aprovechamiento integral y reducir drásticamente las pérdidas y desperdicios”, afirmó.

La tecnología se postula como una herramienta a disposición del desarrollo alimenticio, sobre todo para buscar mejor aprovechamiento de recursos y evitar desperdicios. Foto: Freepik

Alimentos sin impacto negativo

Por su parte, Márcio Maciel. Director de Asuntos Institucionales y Competitivos de la Asociación Brasileña de la Industria Alimentaria tocó un punto relevante sobre el valor de las cadenas de producción.

Ante la necesidad de producir una mayor cantidad de alimentos que sean más simples y accesibles, los pequeños productores se han visto en la necesidad de incursionar a mayor escala en la industria; sin embargo, no cuentan con la capacidad de adaptarse a modelos novedosos de tecnología.

Ante esto, se presenta la necesidad de crear mecanismos que apoyen al sector para obtener alimentos de forma eficiente y a mejores costos, evitando desperdicios y protegiendo al medioambiente.

Un ejemplo contundente que mencionó fue el avance de la “Moratoria de soya”, iniciativa que desde 2020 protege hectáreas de vegetación amazónica para impedir que se destinen a la producción agrícola de soya.

Te invitamos a leer: Unilever presenta el informe Future Menu Trends con puntos clave para la industria de A&B

Aprovechamiento de recursos no renovables

A su vez, Camilo Montes. Director Ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia hizo hincapié en los aprendizajes que la pandemia dejó como legado a la industria alimenticia:

Estamos saliendo de una pandemia donde aprendí muchas cosas y una de ellas que nuestros consumidores se están preguntando cada vez con más precisión de dónde vienen y para dónde van los alimentos”, compartió.

Para responder a esta inquietud de los consumidores de forma táctica, estratégica y operativa, dijo, es necesario involucrar a la sostenibilidad y reflexionar sobre el propósito principal de la industria de alimentos para la humanidad: alimentar a la especie.

Creo que hoy América Latina una gran oportunidad: somos el continente más diverso del mundo. Somos también un continente que tiene una frontera agrícola por desarrollar y a pesar de todos los retos que tenemos, aún contamos con agua.  Ahí es donde esa mezcla nos tiene que llevar como región, a ofrecer alimentos”

Hablando de la huella hídrica, no basta con enfocarse en la producción de alimentos, sino que también es indispensable contemplar los envases que los contienen.

Ante la polémica de residuos plásticos que se encuentran en fuentes de agua de manera indiscriminada, nos encontramos frente a regulaciones que limitan su uso, mas no lo impiden, dado a que es un material flexible y accesible que contribuye a evitar el desperdicio de alimentos.

El primer desafío de esta evolución consiste en dejar de pensar que es una cadena y más bien pensar más como ecosistema, donde los eslabones están mucho más conectados entre ellos”.

Ante esto que Camilo propone, entra en juego el desarrollo de la industria 4.0, donde convergen tecnologías en asuntos de biotecnología, nanotecnología, internet de las cosas y analítica que pueden brindar beneficios a los ecosistemas, especialmente en aquellos de los que se obtienen alimentos.

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Eficiencia energética en la industria alimenticia de Colombia

Para Camilo Montes está claro que, al diseñar cualquier alimento, hay que tener en mente cómo se hace de principio a fin; es decir, no sólo pensar en la formulación que lo compone, sino también contemplar si en su producción se hará el rescate o aprovechamiento de ingredientes, así como si servirá para reciclaje, pensando incluso en su base y empaque.

En todo este proceso entramos en el factor de la eficiencia energética, donde se ha hecho evidente la necesidad de migrar de fuentes de energía convencionales o fósiles, a alternativas.

En Colombia se ha sabido aprovechar la energía solar fotovoltaica, que además apoya la reducción de gases de efecto invernadero. Este país adquirió el compromiso de reducir un 30% sus emisiones para el 2030.

Por si fuera poco, la pérdida y desperdicio de alimentos que se vive en dicha nación ha impulsado la creación de plataformas con las que ha sido posible identificar en qué parte de la cadena alimenticia se pierden más alimentos.

La investigación complementaria de ingredientes como fuentes alternas de proteínas es una tendencia en ascenso, no sólo en la región sino en el mundo entero. Foto: Freepik

Argentina y la innovación alimentaria

Aunque cada lugar en el mundo es rico en distintos ingredientes, en Argentina se está experimentando un repunte de innovación en cuanto a hongos, análogos cárnicos y legumbres.

Estos ingredientes suelen estar en manos de pequeños productores que se han tomado el tiempo de analizarlos y entender su valor para desarrollar productos que los incluyan debido a los beneficios de proteína, fibra y almidones que aportan, entre otros nutrientes.

Para Mariana Sánchez está claro que la responsabilidad compartida entre los distintos actores de la industria alimenticia es fundamental y fortalece la transformación que conduce hacia el progreso y el bienestar.

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Brasil contra el desperdicio de alimentos

La escasez de alimentos es un problema mundial que Brasil ha enfrentado a gran escala. En dicho país más de 3 millones de personas padecen inseguridad alimentaria.

Tal y como Márcio Maciel apunta, “si una persona tiene hambre, hay pensar en responsabilidad compartida”; con esto se refiere a que la auténtica sustentabilidad no sólo implica pensar en reducir la huella de carbono, sino actuar de forma integral.

Por si fuera poco, no hay que perder de vista que existe una polaridad entre la población, pues mientras un segmento pasa hambre y enfrenta desnutrición, también existen otros factores de riesgo para la salud en el continente, como la obesidad y sobrepeso.

Es importante que nosotros como industria alimentaria, hablemos con gobiernos, desarrollamos nuevas formas de garantizar que el desperdicio de alimentos se reduzca. Estamos trabajando muy fuertemente en cambios de empaques para extender la vida de los productos, pero también trabajamos mucho con el gobierno y la sociedad”.

El uso de conceptos como “válido hasta…” ha servido para orientar a la población respecto a las fechas de consumo preferente de sus alimentos, de forma que están más involucrados en el aprovechamiento de los alimentos que tienen en casa.

Adicional a esto, el experto afirma que no basta con entender cuál es nuestro impacto o el impacto negativo que tenemos, sino que también tenemos que pensar en cuál es el impacto positivo que generamos”.

Otoro punto que destaca es la importancia de preservar la biodiversidad y el patrimonio cultural de la región: “vean en la biodiversidad en los saberes, tenemos que colaborar, estamos todos ante el mismo desafío. Los sistemas colaborativos hacen un mejor uso de recursos que los competitivos, así que compartamos conocimiento”, apunta.

El valor de la seguridad alimentaria en la industria alimenticia

Los expertos coinciden en que la colaboración es clave para formar alianzas educativas que permitan proceder con mayor consciencia ambiental en favor de la industria de alimentos.

Adicional a esto, en un segundo panel realizado en el mismo webinar con distintos especialistas, también se tocó la importancia de mantener un aire limpio, como factor de riesgo ante la seguridad alimentaria.

La prevención de riesgos de contaminación de alimentos se ha hecho cada vez más relevante; sobre todo ante la incidencia de enfermedades que no ceden tan fácilmente pese a los esfuerzos de inocuidad alimentaria y que incluso, se mantienen en sus mismos niveles pese a los avances tecnológicos enfocados en disminuir sus efectos.

Para reducir y prevenir los riesgos de contaminación en alimentos debido a agentes patógenos en el aire, se hacen necesarios una serie de análisis de peligros y monitoreo en puntos de críticos de control.

En esta hazaña, el uso de nuevas tecnologías como compresores de alta eficiencia con velocidad variable y controladores, filtros con baja de presión medida, redes neumáticas en forma de anillos y sistemas de condensado, entre otras herramientas contribuyen a evitar cruces de contaminación y al mismo tiempo, ayudan a reducir la huella de carbono.

Aun así, es importante asegurarse de que la compra y uso de equipos tengan el tamaño adecuado a las necesidades de cada compañía, así se evita gastar mayor energía y se procura el mantenimiento de los equipos al mismo tiempo que se ve a corto plato un retorno de la inversión. Hoy y siempre, la seguridad alimentaria debe ser prioridad para los fabricantes de alimentos.

Los sistemas de inocuidad alimentaria necesitan reforzar sus sistemas de alerta para prevenir brotes de contaminación. Foto: Freepik

No te pierdas esta nota: La dieta planetaria es la nueva tendencia que sacude a la industria de alimentos 


Ingrid Cubas

Comunicóloga con más de 10 años como creadora de contenidos para medios impresos, digitales y audiovisuales sobre la industria de alimentos y bebidas. Sommelier de té, especialista en cata, maridaje, producción y calidad de Camellia Sinensis.

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