Durante una supervisión, el termómetro indica si la temperatura en el interior de los alimentos coincide con las temperaturas en la superficie. En parte es posible que las temperaturas externas cumplan con las normativas legales, pero en el interior de los alimentos puede comprobarse un calentamiento y, por consiguiente, una reproducción exponencial de gérmenes.
Y es que en el cumplimiento continuo de la cadena de frío garantiza la salud de los consumidores, quienes confían en la integridad de los productos alimentarios y, especialmente, que no haya gérmenes patógenos ni bacterias presentes debido a una refrigeración inadecuada.
Sin una refrigeración adecuada surgen enfermedades peligrosas debido a la interrupción inadmisible de la cadena de frío a partir de alimentos en perfecto estado. Para prevenir esto, y con el fin de garantizar la seguridad de todas las personas que manipulan los alimentos y de quienes van a consumirlos más adelante, es obligatorio supervisar continuamente la temperatura y la humedad.
La importancia del registro de temperatura en alimentos
Los termómetros e higrómetros ayudan a realizar una supervisión consecuente de la cadena de frío e incluso pueden manejarse de forma inalámbrica con el teléfono inteligente. Ya sea el modelo por infrarrojos, penetración o una variante combinada, los termómetros ofrecen una supervisión precisa de la calidad y un comprobante continuo de toda la cadena de frío.
En ese sentido, los inspectores de alimentos son responsables de controlar o garantizar la cadena de frío y que se cumpla de forma continua. Además, tienen que controlar con frecuencia las temperaturas en el almacén y durante el transporte, así como documentar los datos. De este modo se genera un comprobante referente a la cadena de frío y al cumplimiento de la misma.
La interrupción y sus consecuencias son irreversibles. En este sentido, es importante considerar particularmente los puntos críticos de control y examinarlos respectivamente. Por esta razón, todas las empresas que manipulan alimentos deben tener un sistema de control propio que examine con anterioridad los puntos críticos de forma exhaustiva.
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