En este e-book descargable profundizamos en la automatización eficaz en el envasado y procesamiento de alimentos y su rol en la industria alimentaria moderna. La robótica colaborativa mejora la competitividad y la seguridad del personal operativo, operando en entornos controlados para mitigar riesgos de contaminación y mejorar la higiene. Estas tecnologías permiten a las empresas aumentar la producción y disminuir costos laborales.
Las tendencias en las prácticas minoristas actuales y los cambios en el estilo de vida están impulsando el desarrollo de técnicas innovadoras para la fabricación de envases. Gracias a tecnologías modernas, estos procesos están abordando las preocupaciones ambientales de los consumidores sin comprometer la seguridad y calidad de los alimentos. Con el desarrollo de técnicas innovadoras y con materiales de envasado sostenibles, se está facilitando la transición hacia un modelo de negocio basado en la economía circular.
La demanda creciente de envases alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030, impulsa a las marcas a priorizar la sostenibilidad y colaborar en la creación de tecnologías para envases biodegradables. El diseño de envases innovadores, además de promover la economía circular, se enfoca en mejorar la experiencia del consumidor y garantizar la comodidad, eficiencia y sustentabilidad de los envases en la industria alimentaria.
A pesar de los cambios que se han generado recientemente, la mayoría de los envases que se producen están diseñados para usarse una sola vez y desecharse. Esto representa enormes cantidades de residuos liberados en el ambiente cada año. La necesidad de un cambio es inminente. Ante el interés que despiertan los envases sustentables, marcas y desarrolladores deben equilibrar aspectos como circularidad, costos de producción, seguridad, disponibilidad de material e impacto ambiental desde el diseño.
El desperdicio de alimentos es uno de los principales retos que enfrenta el sistema alimentario global. Según cifras de la FAO, alrededor del 14% de los alimentos que se producen en el mundo se pierden entre la cosecha y la venta minorista. De esta cifra, un porcentaje se desperdicia en los niveles de consumo primario. Además de agravar la inseguridad alimentaria, el desperdicio contribuye a la contaminación ambiental y al desaprovechamiento de recursos asociados a la producción de comestibles.