Nootrópicos y plant-based, una combinación que crece en Colombia

La tendencia de nootrópicos y plant-based crece en Latinoamérica. En Colombia, por ejemplo, el 93% de los consumidores están interesados en adquirir y consumir productos plant-based, que consideran más saludables. Por su parte, los nootrópicos son sustancias capaces de amplificar las capacidades cognitivas y que se encuentran de forma natural en plantas, alimentos y de forma sintética en suplementos alimenticios.

Además, existe una extensa gama de nootrópicos basados en plantas y nutrientes esenciales que se ha hecho muy popular. Por tratarse de sustancias de origen natural, no producen dependencia o efectos colaterales adversos como ocurren en los fármacos psicotrópicos.

Incluso no necesitan de prescripción médica y pueden ser utilizados para complementar la dieta con el objetivo de prevenir enfermedades neurológicas o mejorar las capacidades cognitivas.

Algunos ejemplos de sustancias que se pueden encontrar en estos productos son los extractos concentrados de plantas medicinales.  Como el ginseng coreano, el ginkgo biloba, la bacopa monnieri, el hongo melena de león, el guaraná, el té verde o la remolacha.

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Tipos de nootrópicos basados en plantas

Los nootrópicos basados en plantas están diseñados para mejorar la capacidad cognitiva. Solo contienen ingredientes naturales que permiten mejorar el rendimiento mental, la energía y la concentración. Cabe señalar que los nootrópicos basados en plantas atienden la creciente necesidad del consumidor por la salud y el bienestar, y algunos de ellos son:

• Chocolate negro. El chocolate contiene teobromina. Dicha molécula está siendo actualmente estudiada por sus potenciales efectos neuroprotectores (para prevenir o evitar el daño neuronal). Además, esta “dulce tentación” también contiene cafeína, que podría trabajar de forma conjunta con la teobromina. De esta manera, mejoraría el rendimiento intelectual.
• Café. La cafeína ha demostrado ser capaz de mejorar nuestra capacidad de atención. No obstante, recuerda que tomar “tazas y tazas” de café no continuará mejorando tu concentración. De hecho, podría llegar a provocarte nerviosismo y agitación. La “dosis perfecta” de cafeína para aumentar la atención se ha situado en 75 miligramos/día (una taza pequeña de café).
• Cúrcuma. La cúrcuma es una planta originaria del sur de Asia. Resulta ampliamente conocida por sus acciones antioxidantes y antiinflamatorias. En el cerebro, esta particular especia podría tener efectos neuroprotectores. E, incluso, se ha observado neurogénesis (creación de nuevas neuronas) en experimentos con animales.
• Té verde. La infusión de té verde ha demostrado tener beneficios sobre el humor (aliviando el nerviosismo), la memoria y la capacidad de atención. Sin embargo, no podemos atribuir estos beneficios a una única molécula. Sino a una mezcla de compuestos contenidos en esta bebida (antioxidantes, cafeína y teanina, entre otros).
• Arándano azul. Seguro que has oído hablar del extracto de arándano rojo como un remedio para las infecciones del tracto urinario en mujeres. Pero, ¿conoces al arándano azul? Este fruto es rico en antioxidantes y podría beneficiar a la memoria.

Nootrópicos en bebidas con ingredientes naturales

Aunque las marcas de alimentos también están empezando a utilizar nootrópicos, las bebidas son el conducto obvio para estos ingredientes funcionales. Ya que se pueden digerir más rápidamente que los alimentos.

La sustancia nootrópica más popular utilizada por las bebidas hoy en día es la cafeína, que se ha demostrado que aumenta la agudeza mental. Pero hay otros ingredientes nootrópicos, como el ginseng o la L-teanina, que tienen el potencial de mejorar otras funciones cerebrales importantes, como la memoria o la creatividad.

El mayor reto de las bebidas nootrópicas es educar a los consumidores sobre lo que son y convencerlos de que funcionan. Por lo cual, es fundamental que las marcas comuniquen las pruebas de la eficacia de sus ingredientes nootrópicos para generar confianza. En particular, los ingredientes que ofrecen pruebas científicas más sólidas pueden ser el centro de atención en las fórmulas que prometen ventajas cognitivas.

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