La pesca del atún es una de las industrias más importantes en América Latina, abarcando países como México, Ecuador y Perú, que se encuentran entre los principales exportadores del mundo.
Este recurso marino es esencial para la seguridad alimentaria, el desarrollo económico y el comercio internacional, pero su explotación intensiva ha generado serias preocupaciones sobre su sostenibilidad.
La sobrepesca, la captura incidental de especies protegidas y los impactos ambientales han impulsado la necesidad de adoptar certificaciones y prácticas responsables que garanticen la viabilidad de la actividad a largo plazo.
En respuesta a estos desafíos, organismos internacionales y reguladores locales han establecido normativas y certificaciones para asegurar que el atún capturado cumpla con estándares de sostenibilidad ambiental y social.
Certificaciones como Marine Stewardship Council (MSC), Dolphin Safe y Friend of the Sea (FOS) garantizan que la pesca no solo protege las poblaciones de atún, sino que también minimiza los efectos negativos en los ecosistemas marinos.
Por otro lado, las empresas pesqueras están implementando innovaciones tecnológicas y mejores prácticas, como la reducción de la huella de carbono, el uso de métodos de pesca selectiva y la aplicación de tecnologías de monitoreo satelital para mejorar la trazabilidad.
La importancia de la sostenibilidad en la pesca del atún
El atún es una de las especies más consumidas a nivel mundial, pero su explotación descontrolada ha puesto en riesgo varias de sus poblaciones.
La sobrepesca, la captura incidental de especies no objetivo y los métodos de pesca destructivos han llevado a la industria a adoptar regulaciones y certificaciones para garantizar la conservación de los océanos.
Principales desafíos en la pesca del atún
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- Sobrepesca: La creciente demanda ha generado una disminución en las poblaciones de algunas especies de atún.
- Captura incidental: La pesca industrial puede afectar delfines, tortugas marinas y tiburones.
- Impacto ambiental: Métodos de pesca como el cerco pueden afectar el equilibrio de los ecosistemas marinos.
- Trazabilidad y transparencia: Es necesario garantizar que el atún capturado provenga de fuentes responsables.
Certificaciones clave en la pesca sostenible del atún
Para asegurar que el atún comercializado provenga de fuentes sostenibles, diversas certificaciones han sido implementadas en América Latina. Estas garantizan que las prácticas pesqueras cumplen con estándares ambientales, sociales y económicos responsables.
Marine Stewardship Council (MSC)
El MSC es una de las certificaciones más reconocidas a nivel global, su sello azul garantiza que el pescado proviene de una pesquería bien gestionada y sostenible. Para obtener esta certificación, una pesquería debe demostrar que:
- Mantiene poblaciones saludables de peces.
- Reduce el impacto en el ecosistema marino.
- Cumple con las regulaciones de gestión pesquera.
Dolphin Safe
La certificación Dolphin Safe, promovida por la Earth Island Institute, asegura que la pesca de atún no ha involucrado la captura de delfines como captura incidental. Es particularmente relevante en América Latina, donde las flotas atuneras han trabajado para cumplir con estos estándares.
Friend of the Sea (FOS)
Este sello certifica la sostenibilidad de la pesca y la acuicultura, evaluando la gestión de recursos, la reducción de impactos ambientales y el cumplimiento de normativas internacionales.
Fair Trade Certified
La certificación Fair Trade (Comercio Justo) se enfoca en garantizar condiciones laborales justas y equitativas para los pescadores, promoviendo además la sostenibilidad en las comunidades pesqueras.
Prácticas responsables en la pesca de atún en América Latina
Las industrias pesqueras de la región han adoptado diversas prácticas para garantizar la sostenibilidad de la pesca de atún, algunas de las más destacadas incluyen:
Uso de dispositivos de agregación de peces (FAD) no enmallantes
Los FADs no enmallantes son estructuras flotantes utilizadas para atraer atunes sin representar un riesgo para otras especies marinas como tiburones y tortugas. Esto ayuda a reducir la pesca incidental.
- Métodos de pesca selectiva: Algunas pesquerías han optado por métodos como la pesca con caña y línea en lugar del uso de redes de cerco, lo que permite una mayor selectividad en la captura y reduce el impacto ambiental.
- Implementación de vedas y zonas de exclusión: Para evitar la sobrepesca, los gobiernos de varios países han implementado vedas temporales y zonas protegidas, permitiendo la recuperación de las poblaciones de atún.
- Monitoreo y trazabilidad digital: El uso de tecnologías avanzadas como sistemas de monitoreo satelital, bitácoras electrónicas y blockchain han mejorado la trazabilidad en la pesca, permitiendo a los consumidores conocer el origen del atún que consumen.
- Reducción de la huella de carbono: Empresas pesqueras están invirtiendo en combustibles alternativos y tecnologías más eficientes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la pesca y el transporte del atún.
El futuro de la pesca de atún en América Latina
El compromiso con la sostenibilidad en la pesca del atún sigue evolucionando. Las tendencias futuras incluyen:
- Mayor adopción de certificaciones: Se espera que más pesquerías en América Latina busquen certificaciones para acceder a mercados exigentes.
- Desarrollo de tecnologías inteligentes: Uso de inteligencia artificial y blockchain para mejorar la trazabilidad y la gestión sostenible de las pesquerías.
- Colaboraciones internacionales: Acuerdos entre países para gestionar las poblaciones de atún de manera coordinada y sostenible.
- Crecimiento del consumo responsable: Los consumidores están cada vez más informados y demandan productos de pesca sostenible, lo que impulsará mejores prácticas en la industria.
La sostenibilidad en la pesca del atún es esencial para preservar los océanos y garantizar la viabilidad de esta industria a largo plazo.
En América Latina, la adopción de certificaciones como MSC, Dolphin Safe y Friend of the Sea, junto con prácticas responsables, ha demostrado ser un camino viable para equilibrar la demanda comercial con la conservación marina.
A medida que la tecnología y la conciencia ambiental continúan evolucionando, el futuro de la pesca de atún sostenible en la región dependerá de la colaboración entre gobiernos, empresas pesqueras y consumidores.
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