La AADYND convocó a todos los profesionales que trabajan con temas afines al desperdicio de alimentos, difundir la importancia del valor de los alimentos.Hace tiempo que se difundió un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) donde se estima que alrededor de un tercio de los alimentos que son producidos nunca llegan a cumplir la función de alimentar a las personas. Esto se debe a que se pierden o desperdician en alguna de las etapas del sistema agroalimentario.
A la AADYND (Asociación Argentina de Nutricionistas) le importa darle a los alimentos el valor que se merecen, por ello convocamos a colegas que están trabajando en esta temática para poder difundir información de interés a toda la población.
Hablamos de pérdida de alimentos a la que ocurre durante las etapas de producción debido a que no alcanzan cierta calidad o se estropean por diferentes razones como daños mecánicos, derrames, degradación, fermentación o elevados estándares estéticos de calidad. En general, se producen por el inadecuado funcionamiento de las cadenas de producción desde el marco institucional y jurídico.
Por otro lado, con desperdicio entendemos a los productos que llegan de forma adecuada a las etapas de comercio y consumo en los hogares y servicios de alimentación, pero que aún así son descartados incluso antes de deteriorarse. Entre las causas se destacan la falta de infraestructura y pérdida de la cadena de frío, ofertas de productos y compras excesivas, falta de planificación, incorrecta interpretación de las fechas de duración, y cuestiones meramente estéticas.
Cabe destacar que mientras la pérdida está relacionada con fallas en los diferentes sectores de la producción, el desperdicio se asocia principalmente a los hábitos, las costumbres y las exigencias que nosotros tenemos como consumidores que, sin darnos cuenta, afectan la disponibilidad de alimentos y los recursos naturales.
Producir un alimento que luego no es consumido y se desecha significa una reducción de la disponibilidad de alimentos y por ello tiene un impacto negativo en la seguridad alimentaria y la sostenibilidad social, ambiental y económica.
Es más, cuanto más avanzado está el alimento en la cadena de producción, mayores son las consecuencias ambientales debido a la utilización innecesaria de agua, tierra, energía, fertilizantes, materiales de envasado, maquinaria, transporte, combustibles, mano de obra y muchos otros recursos.
Por estas razones, implementar buenas prácticas para el consumo responsable de alimentos ayuda a reducir el desperdicio, ya sea como consumidores o manipuladores en servicios de alimentación como hospitales, escuelas, comedores, empresas, restaurantes y caterings.
Fuente: Con información de la Lic. Natalia Emma Basso (M.N. 6981). Equipo de nutrición y Educación Alimentaria. Dirección de Agroalimentos - Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.