Vinos Rioja, la primera Denominación de Origen Calificada de España, presentó su gama de vinos tintos, rosados y blancos.México.- Provenientes de España, la marca Rioja, una de las Denominaciones de Origen del mundo, trajo la autenticidad y variedad de sus vinos, todas autorizadas por el Reglamento de la Denominación de Origen Calificada (D.O.Ca).
Sus vinos se componen de:
- Tintos: Tempranillo, garnacha, graciano, mazuelo y maturana tinta.
- Blancas: Viura, malvasía, garnacha blanca, tempranillo blanco, maturana blanca, turruntés, chardonnay, sauvignon blanc y verdejo.
Los vinos blancos de Rioja pueden ser frescos y secos que evocan recuerdos en aroma y boca a flores blancas y frutos amarillos como las manzanas, el melocotón y notas cítricas.
Los rosados normalmente tienen por base a las uvas Garnacha y Tempranillo, presentan tonos y colores asalmonados que tienden a rojizos como la frambuesa, más que aquellos grisáceos y de color rosa de pétalo que prevalecen en Francia. Son frutales, apetecibles y con un ligero carácter láctico por su elaboración.
Los tintos son versátiles tanto para paladares nuevos como para los más exigentes, desde los de maceración carbónica, es decir, del mismo año, frescos, frutales y lácticos que recuerdan a yogures, sencillos, agradables y que no deben tomarse después de un año de su embotellado para disfrutarlos en su mejor momento.
Los vinos riojanos se pueden maridar con la comida mexicana, pero es importante saber que la graduación alcohólica y la intensidad aromática de un vino deberán acompañar al plato, siendo parte de él.
Por ejemplo, los vinos blancos riojanos que son "secos" resultan perfectos para acompañar platillos del Estado de Nayarit con sus ceviches, ostras frescas, así como el pescado zarandeado de Guerrero. Los vinos blancos semidulces van perfectos con un buen pay de elote, tamales de piña e incluso con el arroz con leche con un ligero toque de canela.
Los vinos tintos pueden acompañar a los papadzules, los tamales de mole poblano y el tradicional platillo de chiles rellenos de queso en salsa de jitomate y arroz blanco con elotes.
Sin embargo, siempre hay que recordar que el mejor maridaje lo decide el paladar.