¿Qué ingredientes hay que utilizar? ¿Es importante prestar atención a los nichos de mercado? ¿Cómo diferenciar las declaraciones? Mark Crowell, experto en la creación de nuevos productos, ofrece una guía con ocho consejos para conseguir que los alimentos funcionales tenga éxito y sea aceptado en el mercado.
Mark Crowell fundó CuliNex en 2005, después de siete años como Director de desarrollo de productos en Starbucks Coffee Company. Durante su permanencia en el cargo, Starbucks creció: de 1600 pasó a tener casi 10.000 unidades.
Mark jugó un rol clave en este proceso, liderando un equipo de científicos en alimentos y de culinaristas, en la concepción, creación y comercialización de nuevos productos. Aquí ofrece una guía con ocho consejos para conseguir que un alimento funcional tenga éxito y sea aceptado en el mercado.
1. Empiece con lo que los consumidores conocen:
No tiene que volverse loco con nuevos y exóticos ingredientes. Utilice aquellos sobre los que los consumidores han oído hablar: avena, cereales integrales, fibras, antioxidantes, ácidos grasos omega-3, superfrutas...Si se utiliza un ingrediente más inusual, como el espino cerval de mar, se debe mantener el producto base bastante normal.
2. Enfoque en refrigerios saludables
Los alimentos funcionales más exitosos tienden a ser refrigerios entre comidas. Evite las comidas principales y las ocasiones indulgentes (como el helado) a menos que realmente pueda tener un impacto.
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3. Haga declaraciones de menos es más
No ponga todo en el paquete porque si. No todas las declaraciones que se pueden hacer sobre un ingrediente pueden ser relevantes para su producto.
4. No se complique con los ingredientes
Comenzaremos a ver más productos alimenticios funcionales con un sólo ingrediente en lugar de productos en los que los fabricantes introducen todo lo que se les ocurre.
5. Encuentre el punto ideal
Hay alimentos inherentemente funcionales, como la leche y el pan; hay alimentos funcionales mejorados, como los jugos y yogures fortificados; y luego los alimentos “científicamente” funcionales, que pueden parecer en contradicción con las tendencias naturales, orgánicas y locales.
La mayor oportunidad está en la categoría intermedia, a menos que tenga datos muy fuertes para apoyar las declaraciones y una estrategia de marketing muy convincente.
6. Tenga cuidado con los 'ultra' nichos
Por ejemplo, un producto que tranquilice a las personas que tienen ansiedad de viajar en avión puede parecer un buen producto. Es un producto único, pero también es un producto para un mercado muy de nicho. ¿realmente vale la pena el tiempo y la energía?
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7. Elegir el producto de base correcto
El alimento base debe ser inherentemente o relativamente sano, y el ingrediente funcional debe tener una conexión con la base. Si no hay conexión, es mejor que la revise, o crear una. Por ejemplo, naranja para el desayuno + calcio. Esto funciona debido a la asociación entre el desayuno, la leche y el calcio. Los chips ricos en fibra también funcionan. Los chips están hechos de granos, ¿por qué no hacerlos de cereales integrales? Tiene sentido.
8. Dedicar tiempo a las pruebas de caducidad
Al agregar ingredientes funcionales, el resultado será imprevisible. Muchos pueden tener un sabor astringente, amargo, rancio o causar cambios indeseables de color. La vitamina B puede causar notas de azufre y la vitamina A se puede descomponer en presencia de trazas de minerales.
Muchas empresas se meten en problemas porque no han hecho pruebas de vida útil adecuadas, y seis a ocho meses después de que su producto está en la repisa, hay un problema.