Los hábitos de la sociedad han cambiado para enfrentar la emergencia sanitaria ocasionada por el Covid-19. Empresas de la industria alimentaria no se salvan y en los últimos meses han tenido que recurrir a la innovación tecnológica para garantizar la seguridad alimentaria con la ayuda de tecnología para la desinfección.
En la última edición del Expediente Coronavirus que elabora la consultora Nielsen México, la compañía detalla que mientras la pandemia avanza, las empresas tendrán que adaptarse en el camino y, en este sentido, la tecnología puede ser un aliado.
Para AINIA, una empresa de innovación tecnológica que da seguimiento a los cambios que se han producido a raíz de la contingencia por el Covid-19, ha diseñado diversas iniciativas centradas en garantizar la seguridad de equipos, materiales y personas, a través de procesos de desinfección.
Como parte de estas iniciativas, destaca la evaluación de los sistemas de desinfección utilizados en la industria alimentaria, por lo que la firma orienta sus esfuerzos en el estudio y el análisis del SARS-Cov-2, el virus que causa el Covid-19, para determinar su prevalencia en superficies, su comportamiento en aguas y aguas residuales; así como la definición de un protocolo para la descontaminación de mascarillas filtrantes mediante tratamientos térmicos.
¿Cómo lograr un proceso de desinfección eficiente?
El primer paso para un eficaz proceso de desinfección para cerrarle el paso al Covid-19 es conocer la eficacia de la metodología actual y determinar si existen otras superficies o áreas que se deben desinfectar.
De acuerdo con ANIA, el SARS-Cov-2 tiene una envoltura lipídica que es fácilmente atacable por tensioactivos, de ahí que el uso de jabón rompa esta envoltura e inactive el virus. Partiendo de esta premisa, las actuales técnicas de desinfección son efectivas, sin embargo, esta epidemia lleva a revisar la eficacia de los procesos actuales de desinfección para replantea si hay otras superficies o áreas que deben ser desinfectadas.
ANIA considera que la industria alimentaria dispone de sistemas bastante eficaces, sin embargo, es momento de considerar aquellas superficies que no están en contacto directo con el producto fabricado, pero si con el personal, como son las zonas de paso y las áreas comunes.
Para la empresa, para comprobar la eficacia de los procesos de desinfección, hay cuatro elementos claves a considerar:
- Definir el objetivo de la desinfección. En estos momentos es necesario incluir la necesidad de inactivar el virus que causa el Covid-19. Esto nos llevará a la selección de la técnica/s de desinfección más adecuadas.
- Establecer los parámetros de aplicación de la tecnología/s seleccionada.
- Asegurar la accesibilidad de los microorganismos. No deben existir restos en las superficies a desinfectar ya que pueden proteger y ocultar a los microorganismos que son objetivo de la desinfección. Por ello es necesario disponer procesos de limpieza previa y de equipos e instalaciones diseñadas higiénicamente.
- Comprobar la eficacia del proceso de desinfección en condiciones de uso.
Papel del ozono
La comercialización y uso de los desinfectantes químicos está regulada en Europa. Entre los biocidas se encuentra el ozono, el cual está en proceso de evaluación por la autoridad competente y todavía no está validada su eficacia. Es importante remarcar que incluye el uso en superficies, pero no en personas.
El ozono se puede generar in situ y no genera residuos. Se trata de un producto químico con alto poder oxidante y con interacción con los materiales, por lo que es necesario considerar el posible deterioro que puede llegar a causar.
Se puede aplicar en distintos formatos, pero como ocurre con la mayoría de las técnicas de desinfección, es necesario asegurar la eficacia en relación al modo de aplicación y uso específico. En muchas ocasiones se combina con Ultravioleta (oxidación avanzada) para aumentar la capacidad oxidante y con ello la capacidad desinfectante.
¿Cuál es la persistencia del virus en las superficies?
Se ha hablado de las superficies como vías de contaminación y la supervivencia del virus de hasta nueve días en algunos materiales plásticos. Sin embargo, existe cierta controversia al respecto pues no existen tenemos datos de la prevalencia ni de la capacidad de transmisión hacia las personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que no hay pruebas concluyentes de que el Covid-19 se transmita a través de los objetos, aunque recomiendan la desinfección de las superficies y la investigación sobre la prevalencia y el potencial foco de transmisión. Podemos llegar a pensar que distintas superficies podría ser vía de transmisión al igual que lo son para otros patógenos.
Existen normas que determinan cómo se debe llevar a cabo la experimentación para evaluar si un nuevo viricida tiene capacidad antiviral o no. Es posible utilizar microorganismos subrogados, aquellos con características semejantes, pero menos patógenos, que aquel que queramos evaluar.
En este sentido, AINIA trabaja en una iniciativa en la que utilizan microorganismos subrogados de la familia del coronavirus para estudiar la eficacia de desinfectantes y otros sistemas de desinfección frente a la propagación del virus. El objetivo es poner a punto métodos para evaluar la persistencia de los virus en la superficie de envases y alimentos entre otros.
En primer lugar, trabajan en la selección de las cepas que mejor representen al SARS-Cov-2 y sirvan para la naturaleza del estudio. Además, realiza distintas experiencias en el laboratorio en las que inoculan las cepas a las diversas superficies objeto de estudio, consiguiendo un nivel de contaminación homogéneo.
Para los ensayos de prevalencia, tras aplicar procesos de desinfección o no, se requiere de un sistema biológico que muestre la efectividad, líneas celulares que dependerán del virus de ensayo.
En la iniciativa en la que estan trabajando considera líneas celulares, en concreto fibroblasto de pulmón, en las que determinan el grado de infectividad y viabilidad del virus del Covid-19.
El Covid-19 en aguas, superficies y aguas residuales
Comprobar la presencia del virus en aguas y superficies contribuye a realizar la actividad de la industria alimentaria con mayor garantía. Se trata de asegurar que las condiciones de las instalaciones y operaciones de limpieza y desinfección son correctas, tanto la de rutina como aquellas implementadas de forma extraordinaria debido a la crisis sanitaria actual.
Por lo tanto, el centro de innovación tecnológica recomienda tomar muestras en aquellas superficies más expuestas a la contaminación y en aquellos puntos más propicios para la transmisión.
Por otra parte, determinar la presencia y cantidad de virus en aguas residuales puede considerarse como una herramienta de alerta precoz de crecimiento de la afección de la enfermedad en colectivos. Aunque no puede establecerse una correlación directa entre carga vírica y número de afectados, si se ha establecido la correlación entre el aumento significativo de la afección en un colectivo que comparte red de aguas residuales y el aumento de la carga vírica en éstas.
Descontaminación térmica con mascarillas filtrantes reutilizables
Ante la escasez de mascarillas en general y en concreto de las filtrantes tipo FPP2 y FPP3 en el ámbito hospitalario, surge la necesidad de descontaminar las disponibles para ampliar su vida útil e incrementar la seguridad de su reutilización en situaciones de emergencia.
En colaboración con el departamento de salud Xàtiva-Ontinyent, por mediación de FISABIO, se lleva a cabo un proyecto enfocado a la descontaminación de mascarillas filtrantes en bolsas de aluminio individuales mediante tratamientos térmicos.
En este proyecto, los involucrados estudian la composición y mecanismo de acción de las mascarillas filtrantes, cómo las distintas capas funcionan para evitar el contagio. Como técnicas de descontaminación consideran aquellos equipos ya existentes en los hospitales, como son los autoclave o estufas de laboratorio.
Antes de llevar a cabo las distintas experiencias en planta piloto, AINIA estableció criterios para que la mascarilla mantuviese la eficacia filtrante y su funcionalidad. Un requisito importante es que el tratamiento evite mojar con líquidos las mascarillas evitando reducir la fijación electrostática de la carga microbiológica y evitar las contaminaciones cruzadas.
Considerando estos criterios, distintos modelos de bolsas y tratamientos térmicos, se definió un protocolo que permite alcanzar efectividades de descontaminación que llegan hasta el 99.9%.
Preparar el lugar de trabajo
Como se ha mencionado, preparar el lugar de trabajo es una de las claves para garantizar la inocuidad de los procesos durante esta contingencia y para lograrlo, la OMS estableció una serie de medidas que se relacionan con los trabajadores o profesionales de la industria alimentaria:
Asegurar que superficies y los objetos se limpien con desinfectante frecuentemente.
- Promover el lavado frecuente y concienzudo de manos entre los trabajadores, los contratistas y los clientes.
- Colocar dosificadores de desinfectante de manos en lugares visibles en el lugar de trabajo.
- Garantizar la disponibilidad de mascarillas y pañuelos de papel en sus lugares de trabajo.
- Consultar las recomendaciones nacionales para viajeros antes de realizar viajes de negocios.
Fuentes: AINIA Centro Tecnológico, NIELSEN y Organización Mundial de la Salud (OMS).