La seguridad alimentaria transita un punto de inflexión: la preocupación ya no se limita sólo a patógenos tradicionales o residuos de pesticidas. En México y el resto de Latinoamérica, el mercado de pruebas de seguridad alimentaria experimenta una transformación alimentada por tres tendencias convergentes:
- el aumento de contaminantes químicos y emergentes
- la presión regulatoria cada vez más estricta
- la adopción de tecnologías multi residuo avanzadas
El valor global del mercado de pruebas de seguridad alimentaria alcanzó aproximadamente 25.2 mil millones en 2024, con previsiones que apuntan a llegar a 53.4 mil millones de dólares para 2033, a una tasa anual compuesta del 7.8 %.
En Latinoamérica, el mercado alcanzó mil 416.5 millones de dólares en 2023 y se proyecta que llegue a 2 mil 254 millones para 2030, con un crecimiento del 6.9 %. En México, el segmento generó 81.07 millones de dólares en 2023, cifra que se prevé crezca hasta 113.97 millones de dólares en 2029.
Según analistas de Grand View Research, en 2023 el segmento que más ingresos generó en Latinoamérica fue el de análisis de alérgenos, reflejando una creciente preocupación del sector B2B por la trazabilidad y transparencia en el etiquetado.
La emergencia de nuevos contaminantes, principalmente los llamados PFAS, añade complejidad al panorama. Este segmento superaba los 379 millones de dólares en 2023 a nivel global, con una proyección de 969.5 millones de dólares en 2030.
Mercado de pruebas de seguridad alimentaria: visión global y regional
El crecimiento sostenido del mercado refleja una transformación estructural. En México, el crecimiento proyectado responde a:
1. Nuevas regulaciones de COFEPRIS y NOMs.
2. Adopción de certificaciones voluntarias como FSSC 22000.
3. Presión exportadora para cumplir con normativas internacionales.
La demanda de tecnologías como LC-MS/MS y plataformas multiresiduo crece junto con la necesidad de detectar compuestos como micotoxinas modificadas o residuos farmacéuticos.
La región también registra una expansión de laboratorios internacionales que buscan atender mercados locales con metodologías validadas y adaptadas a matrices latinas.
Además, los fabricantes están reaccionando, incorporando puntos de control de muestreo en etapas más tempranas de la producción y exigiendo plazos de entrega de laboratorio más ajustados.

Tipos de contaminantes en el radar de la industria alimentaria
De acuerdo con un informe de Astute Analytica, los peligros que más se destacaron en 2024 fueron mucho más que los patógenos bacterianos clásicos en el mercado de las pruebas de seguridad alimentaria.
Datos de encuestas en EE. UU. muestran que casi uno de cada tres adultos reporta alergias alimentarias, lo que impulsa a las empresas a verificar los riesgos de contacto cruzado hasta niveles de partes por mil millones.
Simultáneamente, los organismos reguladores están eliminando gradualmente aditivos tradicionales como el bisfenol A y el dióxido de titanio, lo que obliga tanto a los convertidores de envases como a los confiteros a demostrar la ausencia de moléculas prohibidas.
Los instrumentos LC-MS/MS de alta resolución ahora escanean paneles de seiscientos compuestos en menos de media hora, lo que hace que la vigilancia química de amplio espectro sea técnica y económicamente viable durante la liberación rutinaria de lotes.
Este cambio genera oportunidades de ventas adicionales con alto margen para los laboratorios que pueden agrupar análisis de microbiología, micotoxinas, pesticidas, PFAS y alérgenos en informes únicos de "todos los riesgos".
Las marcas de alimentos para mascotas, por ejemplo, encargaron análisis especializados de aflatoxinas y metales pesados tras varios incidentes de enfermedades caninas detectados por los CDC.
Las cervecerías alemanas adoptaron las pruebas de PFAS después de que episodios de contaminación fluvial amenazaran las licencias de exportación. Cada desencadenante real amplía el menú analítico y aumenta la dependencia del cliente de laboratorios capaces de escalar métodos rápidamente.
En consecuencia, el mercado de las pruebas de seguridad alimentaria está ampliando su definición de "seguridad" para abarcar un espectro cada vez más amplio de amenazas químicas, ambientales y de nuevos ingredientes, todas ellas analizadas en paneles de control consolidados y visibles en la nube, demandados por minoristas e intermediarios logísticos globales.

Evolución tecnológica en análisis multiresiduo: precisión, velocidad e inteligencia
El auge de contaminantes emergentes y la presión por cumplir con estándares internacionales de inocuidad están obligando a la industria alimentaria en México y América Latina a migrar hacia tecnologías analíticas más sensibles, automatizadas y predictivas.
Los métodos multiresiduo han dejado de ser exclusivos de laboratorios de élite para convertirse en una herramienta esencial en control de calidad, exportación y validación interna.
De los métodos tradicionales a la analítica de alta resolución
Las tecnologías convencionales como ELISA o cromatografía de gases han sido útiles, pero limitadas frente a mezclas complejas. Hoy, los laboratorios adoptan:
- LC-MS/MS: detección de cientos de residuos en una sola corrida.
- HRMS: para compuestos sin estándares analíticos definidos.
- NIR: útil para alimentos sólidos o polvos.
Biosensores y tecnología portátil
Permiten realizar pruebas en planta sin enviar muestras. Empresas como Neogen, 3M y R-Biopharm ofrecen sensores para alérgenos, micotoxinas y antibióticos, con resultados en minutos.
La IA permite predecir la ocurrencia de contaminantes con base en clima, origen geográfico o historial de producción. También facilita la interpretación de espectros complejos, mejora la eficiencia y reduce errores humanos.
Normativa y regulación: avances, retos y armonización pendiente
En México, COFEPRIS regula contaminantes bajo diversas NOMs, pero no incluye PFAS ni tiene una lista armonizada de alérgenos.
Por ello, muchas empresas usan estándares del Codex, FDA o UE. Los laboratorios acreditados bajo ISO 17025 son clave para garantizar validez de resultados.
Brasil y Chile tienen sistemas más sólidos. Argentina avanza con el CAA. Sin embargo, la región carece de un marco común para contaminantes emergentes. La FAO y el Codex han instado a armonizar criterios.
Influencia internacional
- UE: Reglamento 1169/2011 (alérgenos), 1881/2006 (contaminantes).
- EE.UU.: FSMA y estándares de la FDA.
- Codex: base referencial adoptada de forma no obligatoria.
Casos destacados y tendencias industriales en LATAM: anticiparse al riesgo
Laboratorios que marcan tendencia
- SGS México: expandió su laboratorio en Querétaro con LC-MS/MS y análisis de PFAS.
- Eurofins: aplica IA para contaminantes y ofrece kits portátiles.
- LANIA (IPN): desarrolla métodos con espectroscopía Raman e IA para micotoxinas.
Por otra parte, destacan importantes niciativas de la industria alimentaria en México, por ejemplo:
- Herdez y Sigma: trazabilidad reforzada para hortalizas.
- Nestlé México: pruebas de residuos emergentes en exportaciones.
- Verde Valle: sensores predictivos en campo para micotoxinas.
Además, el uso de plataformas en la nube para compartir resultados en tiempo real, emitir certificados digitales y vincular alertas de riesgo con producción.
Las PYMES alimentarias tienen dificultades para acceder a laboratorios avanzados. En ese sentido, organizaciones como la SENASICA y sus programas estatales brindan subsidios y formación técnica para cerrar la brecha.
Perspectivas 2025–2027: el futuro de las pruebas de seguridad alimentaria en LATAM
El mercado de pruebas de seguridad alimentaria crecerá con fuerza por tres factores:
1. Aparición de nuevos contaminantes.
2. Mayor exigencia normativa nacional e internacional.
3. Innovación tecnológica.
Para mantenerse competitiva y confiable, la industria alimentaria debe:
- Actualizar sus esquemas de análisis regularmente.
- Invertir en tecnologías multirresiduo.
- Digitalizar la gestión analítica.
- Formar alianzas con academia y autoridades.
Las empresas que integren una cultura de inocuidad avanzada, más allá del cumplimiento legal, serán las mejor posicionadas frente a consumidores globales, auditorías y riesgos sanitarios emergentes.
En definitiva, las pruebas de seguridad alimentaria ya no son un control posterior: son un pilar estratégico para la sostenibilidad, la innovación y la reputación en la industria de alimentos y bebidas de México y América Latina.

Recomendaciones estratégicas para la industria alimentaria
Dado el panorama emergente en seguridad alimentaria, es indispensable que las empresas adopten un enfoque anticipatorio que combine innovación tecnológica con cumplimiento regulatorio. Algunas acciones clave incluyen:
- Revisión de matrices alimentarias críticas: identificar aquellas más vulnerables a contaminantes emergentes y desarrollar esquemas de muestreo específicos.
- Desarrollo de capacidades internas: capacitar al personal técnico en interpretación de resultados, validación de métodos y comprensión de normativa internacional.
- Colaboración multisectorial: establecer alianzas entre industria, academia y organismos gubernamentales para generar conocimiento aplicado y metodologías regionales.
- Apuesta por certificaciones internacionales: adoptar estándares como FSSC 22000, BRCGS o SQF fortalece la credibilidad frente a mercados internacionales y consumidores.
- Gestión proactiva del riesgo: implementar sistemas que integren predicción de contaminación con intervención temprana basada en datos analíticos.
Las pruebas de seguridad alimentaria ya no pueden concebirse como una etapa secundaria del control de calidad, sino como una inversión estratégica en la confianza del consumidor, la sostenibilidad de los productos y la capacidad de competir globalmente.
En los próximos años, las organizaciones que adopten un modelo de inocuidad proactivo, basado en ciencia, tecnología y colaboración, estarán mejor posicionadas frente a desafíos normativos, crisis sanitarias o cambios en la demanda del mercado.
América Latina, y especialmente México, tienen la oportunidad de capitalizar el crecimiento del mercado de análisis mediante el fortalecimiento de infraestructura analítica, formación técnica y adopción regulatoria más ágil.
La integración de tecnologías avanzadas con criterios de transparencia y trazabilidad será decisiva para transformar el enfoque tradicional de vigilancia sanitaria en un ecosistema dinámico de prevención, innovación y competitividad.
Finalmente, el futuro de la seguridad alimentaria pasa por una nueva generación de pruebas analíticas, una infraestructura normativa más robusta y una industria dispuesta a liderar no sólo el cumplimiento, sino la innovación con propósito en beneficio de la salud pública y la confianza del consumidor.
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