La industria de la carne de vacuno de Estados Unidos está en medio de una de las mayores caídas en la producción de carne en dos años. Lo cual tendrá importantes consecuencias para todos, desde los consumidores hasta los productores de ganado.
Los consumidores enfrentarán precios minoristas más altos que en 2023, mientras que los procesadores de carne tendrán dificultades para ganar dinero. A menos que obtengan mucho más por su carne que a fines del año pasado.
Los ganaderos verán precios del ganado vivo mucho más altos debido a la reducción en el suministro debido a la actual liquidación de rebaños de vacas para carne. Todo esto hará que sea aún más difícil para los empacadores de carne generar ganancias este año.
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La producción de carne disminuirá considerablemente
De acuerdo con el último informe de oferta y demanda mundial de carnes elaborado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) se pronostica que la producción de carne vacuna de ese país caerá un 6% el próximo año debido a la escasez de hacienda.
En este contexto, el organismo prevé que la disminución de la producción, junto con el aumento de la oferta en Australia, estimulará un nuevo crecimiento de las importaciones a 1.65 millones de toneladas. Generando, consecuentemente, una retracción de las exportaciones.
Se pronostica que las exportaciones serán un 6% inferiores a las registradas en 2022 (1.29 millones de toneladas). Limitadas por una menor producción interna y precios de suministro de otros proveedores clave como Australia y Brasil.
Carne de cerdo y aves impulsarán el mercado
La producción de carne de cerdo y de pollo de engorde de este año aumentará ligeramente, según el Servicio de Investigación Económica (ERS) del USDA.
Además, se pronostica una producción de carne de cerdo de 27 mil 730 millones de libras. Un aumento de 513 millones de libras, o un 1.9%, con respecto a 2023.
Se estima una producción de pollos de engorde de 46 mil 650 millones de libras, un aumento de 441 millones de libras, o un 1%, con respecto a 2023.
En ese sentido, la fuerte reducción de la producción de carne vacuna se deberá nuevamente este año a la disminución del número de cabezas de ganado.
El total de 89 mil 274 millones de cabezas al 1 de enero de 2023 fue 2 mil 803 millones de cabezas, o un 3%, menos que el año anterior.
Finalmente, los analistas concluyen que cualquier reconstrucción del rebaño de vacas para carne no comenzará hasta 2025. Las razones son numerosas, pero los factores clave incluyen la sequía y los factores económicos como los altos costos de los insumos, las tasas de interés y la recuperación financiera.