El consumo de sacarosa en Latinoamérica ha sido una constante en la alimentación de la región, sin embargo, las tendencias están cambiando drásticamente.
La creciente conciencia sobre la salud y la nutrición está llevando a que los consumidores se vuelvan más críticos con la presencia de sacarosa en los alimentos y bebidas y esto presenta un desafío significativo para los ingenieros alimentarios, quienes deben adaptarse a estas nuevas demandas.
Según la Organización Panamericana de la Salud, el consumo de azúcar per cápita en la región ha disminuido un 20% desde 2000.
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Esta disminución está impulsada por una serie de factores, entre los que se incluyen:
- Una mayor conciencia sobre la salud: Los consumidores están cada vez más preocupados por los efectos negativos del consumo excesivo de azúcar en la salud, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.
- Una mayor conciencia sobre la sostenibilidad: La producción de azúcar tiene un impacto ambiental significativo, por lo que los consumidores están buscando alternativas más sostenibles.
Alternativas y reducción de sacarosa
Los consumidores están buscando opciones más saludables y naturales, como:
- Edulcorantes naturales
- La reducción del contenido de sacarosa en productos existentes.
Por ello, los ingenieros alimentarios están trabajando en fórmulas innovadoras que mantengan el sabor y la textura, pero con menos sacarosa, esto incluye el uso de tecnologías de reformulación y nuevos ingredientes.
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Etiquetado transparente y educación del consumidor
Los consumidores informados exigen etiquetas claras que indiquen no solo la cantidad de sacarosa, sino también su origen y proceso de producción.
Además, se está llevando a cabo una campaña de educación del consumidor para que comprendan los efectos del consumo excesivo de sacarosa en la salud y esto coloca a los ingenieros alimentarios en el centro de la comunicación de estos mensajes.