Una alimentación basada en vegetales es más alta en grasas no saturadas y en fibra, lo cual promueve una mejor salud. También es más rica en nutrientes y contiene más vitaminas, minerales y fitonutrientes, que ayudan a reducir el riesgo de sufrir enfermedades crónicas y ofrecen una gran variedad de sabores y texturas.
Con una alimentación basada en vegetales, colaboramos en la erradicación de la cría de animales, una actividad nociva que contribuye al cambio climático, impulsando la deforestación y la pérdida de especies, además de desperdiciar tierra, energía, agua y contaminar el aire, las vías fluviales y la tierra.
Seguir una dieta basada principalmente en plantas y alimentos de origen vegetal es beneficioso para la salud integral. No solamente mejora la calidad de vida de las personas, sino que puede combatir enfermedades importantes..
Consumir mayoritariamente verduras, granos y cereales en la dieta diaria mejora los síntomas de las personas que parecen enfermedades crónico-degenerativas y podría reducir de forma importante los problemas de salud pública.
Una alimentación a base de vegetales es la manera más importante de reducir el impacto en el planeta, no solo por los gases de efecto invernadero sino también por la acidificación de los océanos, el empleo de la tierra y el uso del agua.
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Consejos para una alimentación basada en vegetales
- Una alimentación basada en vegetales no significa un “todo o nada”. Agregar verduras a las comidas aumentará la nutrición mientras se reducen algunas de las grasas saturadas y las calorías.
- Comenzar la comida con una sopa o una ensalada. Estos platos aseguran la presencia de verduras y suponen también una buena manera de reducir el ritmo de las comidas.
- Cambiar las proteínas animales por las proteínas vegetales. Alubias, lentejas, nueces, semillas y proteína de soya de alta calidad son excelentes opciones.
- Sustituir o añadir setas picadas y/o nueces en los platos de carne. Sus texturas y sabroso gusto son perfectos como sustitutos de la carne.
- Identificar un día de la semana en el que los alimentos vegetales y proteínas vegetales sean el centro de cada comida.
- Incluir frutos secos, como las nueces, cada día de una manera simple. Comer algunos junto con harina de avena durante la mañana, o en la ensalada en el almuerzo.
- Usar hierbas y especias frescas o secas, puesto que son plantas con sabor.
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