Hoy es el Día Mundial del Medio Ambiente, una iniciativa liderada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Su objetivo es generar conciencia y promover acciones globales en favor del entorno natural y enfatizar que la sostenibilidad no es una opción, sino una responsabilidad compartida.
Para 2025, el tema elegido es “Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración”, destacando la necesidad urgente de restaurar ecosistemas degradados y fomentar prácticas productivas regenerativas.
Para la industria de alimentos y bebidas, asumir este compromiso implica reconfigurar procesos, cadenas de suministro, portafolios de productos y relaciones con el entorno.
Apostar por la regeneración ambiental no solo es esencial para la viabilidad del planeta, sino también para la competitividad y resiliencia del sector ante escenarios climáticos, sociales y regulatorios cada vez más exigentes.
La industria debe asumir su papel ante los retos ambientales a nivel global
La International Chamber of Commerce México (ICC México) lanza un llamado urgente a enfrentar los desafíos ambientales que más amenazan el bienestar, la salud y la productividad en México, por ello, comparte los seis desafíos prioritarios que el país enfrenta en materia ambiental:
1. Crisis del agua: La sobreexplotación de acuíferos y la contaminación de fuentes hídricas están comprometiendo el acceso al agua potable, especialmente en zonas densamente pobladas y del norte del país.
2. Contaminación del aire: En ciudades como CDMX, Monterrey y Guadalajara, los altos niveles de contaminación, derivados principalmente del transporte y la industria, están generando graves impactos en la salud pública.
3. Deforestación: En regiones como Chiapas, Michoacán y Campeche, la tala ilegal y el crecimiento urbano están devastando los bosques, lo que contribuye a la pérdida de biodiversidad y al agravamiento de la sequía.
4. Fenómenos climáticos extremos: Olas de calor sin precedentes, con temperaturas por encima de los 48°C, están provocando crisis sanitarias y estrés sobre el sistema eléctrico. 5. Pérdida de biodiversidad y deterioro de ecosistemas: La fragmentación de hábitats clave pone en riesgo la estabilidad ambiental, alimentaria y productiva.
6. Gestión deficiente de residuos y contaminación plástica: La acumulación de residuos sólidos y plásticos sigue siendo una amenaza directa para ecosistemas terrestres y marinos.

La reducción del desperdicio de alimentos impulsa la sostenibilidad
En el marco de esta conmemoración, Cereales Kellogg’s reafirma su compromiso con la sustentabilidad a través de acciones que generen un impacto ambiental y social positivo.
Un claro ejemplo de este compromiso es la Tienda de Saldos de Ahorro Sustentable, la cual se ubica en el estado de Querétaro y tiene como propósito reducir el desperdicio de alimentos, y, al mismo tiempo, ampliar el acceso a productos de calidad a precios accesibles.
Esta iniciativa beneficia especialmente a trabajadores de logística, transporte, vigilancia y a comunidades cercanas que históricamente han tenido un acceso limitado a estos alimentos, reforzando así el compromiso de la compañía con el bienestar de la población y del planeta.
De acuerdo con el Banco de Alimentos de México, en el país se desperdician más de 20 millones de toneladas de alimentos cada año, lo que equivale al 34% de la producción nacional.
En ese sentido, la Tienda ofrece productos en óptimas condiciones para su consumo que por presentar imperfecciones en el empaque o estar próximos a su fecha de caducidad, ya no pueden ser distribuidos en tiendas comerciales, pero cumplen con los más altos estándares de seguridad y calidad alimentaria.
De acuerdo con la FAO, el desperdicio representa no solo una pérdida económica y social, sino también una importante fuente de emisiones contaminantes: entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen del desperdicio de alimentos.

Tendencias sostenibles en la industria de alimentos y bebidas
Como parte de su compromiso con la sustentabilidad, empresas de la industria de alimentos y bebidas han adoptado estrategias basadas en principios de economía circular, eficiencia energética y sostenibilidad agrícola. Entre las principales tendencias destacan:
- Reducción de desperdicio alimentario: Iniciativas como la valorización de subproductos, optimización logística y tecnologías de conservación están ganando terreno, no solo para reducir impactos ambientales, sino también para mejorar márgenes operativos.
- Agricultura regenerativa y trazabilidad: Marcas internacionales invierten en cadenas de suministro regenerativas, que no solo minimizan el daño ambiental, sino que contribuyen activamente a la restauración de suelos y ecosistemas. Esto se complementa con el uso de blockchain y sensores para verificar el cumplimiento de prácticas sostenibles desde el origen.
- Envases sostenibles: El packaging representa una de las áreas más visibles y criticadas del impacto ambiental. El impulso hacia envases reutilizables, compostables o reciclables es una prioridad, en línea con normativas como la Estrategia de Plásticos de la UE o las leyes de economía circular en países de LATAM. Asimismo, grandes empresas están apostando por modelos de refill y retornabilidad.
- Reformulación de productos: La transición hacia proteínas de origen vegetal y alimentos con menor huella hídrica o de carbono es también una estrategia clave. Estudios como el de Poore & Nemecek muestran que la producción de carne y lácteos es responsable de más del 60% de las emisiones alimentarias, pese a representar menos del 40% del aporte proteico.
Finalmente, apostar por la regeneración ambiental no solo es esencial para la viabilidad del planeta, sino también para la competitividad y resiliencia del sector ante escenarios climáticos, sociales y regulatorios cada vez más exigentes.
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