En un mundo donde la obesidad y las enfermedades metabólicas representan desafíos críticos para la salud pública, los edulcorantes bajos y sin calorías (EBSC) emergen como una solución prometedora.
Estos ingredientes permiten disfrutar del sabor dulce que tanto atrae a los consumidores, sin las consecuencias negativas asociadas al exceso de azúcar.
Sin embargo, su aceptación está lejos de ser universal, ya que se enfrentan a percepciones polarizadas, desinformación y un panorama de consumo dividido.
Para los profesionales de la industria alimentaria, entender estas dinámicas es esencial no solo para desarrollar productos innovadores, sino también para educar al consumidor con información basada en evidencia.
El desafío del consumo de azúcar añadida
Desde una perspectiva biológica, el gusto por lo dulce es innato; sin embargo, en edades adultas, el consumo excesivo de azúcar se convierte en un riesgo significativo para la salud.
En Estados Unidos, el consumo de azúcar supera ampliamente los límites recomendados. Frente a este panorama, los EBSC surgen como una opción que permite satisfacer el deseo por lo dulce sin los efectos perjudiciales del azúcar en exceso.
No obstante, el camino hacia su aceptación está lleno de desafíos. Según datos recopilados por el Consejo Internacional de Información Alimentaria (IFIC), muchos consumidores todavía tienen dudas sobre la seguridad y la utilidad de estos edulcorantes, en gran parte debido a la desinformación y al temor promovido en medios digitales.
Miedos y malentendidos
El informe anual de salud y alimentación de IFIC muestra que la mayoría de los consumidores relacionan alimentos "bajos en azúcar" con opciones más saludables.
En 2024, el 76% de los estadounidenses afirmó intentar limitar o evitar el consumo de azúcares, una cifra que ha aumentado en comparación con 2023 (72%).
A pesar de ello, una porción significativa de los consumidores tiene percepciones erróneas sobre los EBSC.
Por ejemplo, el 42% de los estadounidenses basa su percepción de seguridad de estos edulcorantes en su propia "investigación", a menudo mal informada por fuentes en línea.
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Un panorama dividido: percepciones y comportamientos
El uso de EBSC está dividido entre quienes los adoptan y quienes los rechazan. Según IFIC:
- El 36% de los consumidores no ha cambiado su consumo de EBSC en el último año.
- Un 30% no los ha consumido en absoluto.
- Un 16% comenzó a consumirlos o incrementó su consumo, principalmente motivados por la pérdida de peso.
- Por otro lado, un 17% dejó de consumirlos debido a preocupaciones sobre su seguridad.
En los casos de adopción o abandono, la influencia de los profesionales de la salud es clave: un 19% comenzó a utilizarlos por recomendación médica, mientras que un 14% los dejó de consumir por la misma razón.
Lecciones para los profesionales de la industria alimentaria
Para los profesionales de la industria alimentaria, entender estas tendencias es fundamental. La clave está en educar a los consumidores con información respaldada por la ciencia, desmitificando ideas erróneas.
Los EBSC pueden desempeñar un papel crucial en patrones dietéticos saludables, especialmente en la reducción de azúcares añadidos.
El reto no es solo promover EBSC como una alternativa al azúcar, sino integrarlos en patrones alimenticios sostenibles y equilibrados.
Según las Directrices Dietéticas de Estados Unidos, centrarse en patrones de alimentación en lugar de nutrientes aislados es más efectivo para promover la salud a largo plazo.
Cómo comunicar los beneficios
- Beneficios claros: Los EBSC son especialmente útiles para personas con diabetes y para aquellos que buscan controlar su peso.
- Recomendaciones prácticas: Proporcionar ejemplos concretos de cómo incorporar estos edulcorantes en la dieta diaria.
- Fuentes confiables: Referenciar estudios como los publicados por IFIC para reforzar la credibilidad.
Una oportunidad para la industria alimentaria
Los datos muestran que más de la mitad de los estadounidenses (56%) reconocen los beneficios de los EBSC para ciertas personas.
Este es un indicativo de que, con una comunicación clara y basada en la evidencia, es posible aumentar la aceptación de estos productos.
Los profesionales de la industria alimentaria tienen la oportunidad de liderar este cambio al ofrecer mensajes consistentes que destaquen la seguridad y los beneficios de los EBSC.
Al adoptar un enfoque educativo y respaldado por la ciencia, pueden contribuir significativamente a la reducción del consumo de azúcar y mejorar la salud pública en general.
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