Los envases de madera son una solución sostenible y tradicional, pero a la vez adaptada a los nuevos tiempos y presentan múltiples ventajas: presentación, calidad, higiene y ecología, expone Roberto García Esteve, Responsable del área de Marketing y Comunicación de la Federación Española del Envase de Madera y sus Componentes (FEDEMCO).
El especialista explica que hoy en día los
envases en el sector hortofrutícola deben aportar valores adicionales y cumplir las demandas de los consumidores finales. Probablemente la imagen natural ligada al producto con denominación local, de calidad y la autenticidad que ofrece el envase de madera es su principal ventaja sobre sus competidores.
“La competencia nos da la razón cuando vemos como empresas de envases de plástico presentan al mercado recipientes que simulan la apariencia de la madera e incluso, en algunos casos, vemos en tiendas que estos enfrasques se visten con expositores de madera o cuando las cajas de cartón tienen impresiones imitando la línea de la madera, expone García Esteve.
Otra de las ventajas que ofrecen los envases de madera son su estandarización de formatos lo cual permite un perfecto apilamiento y paletización. La resistencia del envase, en muchos casos certificada por el sello GROW Quality, y su buen comportamiento en cámara refrigerada en las exportaciones a largas distancias, evitan mermas de las frutas u hortalizas por deformación de los envases. El especialista enfatiza que el estudiado diseño del envase permite un rápido preenfriado y una correcta ventilación del producto, reduciendo costos y conservándolo mejor.
García Esteve detalla que los avances tecnológicos dentro del proceso de fabricación de los envases de madera permiten la personalización de formatos adaptados a las necesidades del cliente en tiempos muy reducidos. Desde otro punto de vista, la producción del envase bajo unas buenas prácticas de fabricación e higiene como las de FEDEMCO, unido a las propiedades naturales antimicrobianas de la madera, aseguran la protección e higiene en la distribución de los productos hortofrutícolas.
Recientemente fueron presentadas dos investigaciones en Francia y en España que demuestran que las propiedades antimicrobianas de la madera de pino y chopo ofrecen inocuidad e higiene microbiológica de las superficies de madera en contacto con productos frescos como frutas, hortalizas, pescados y productos lácteos.
Cuando termina el ciclo de vida de las cajas los envases de madera pueden ser reciclados en un proceso sencillo de astillado para la fabricación de tableros aglomerados u otros productos manteniendo el CO2 absorbido en la madera o en el caso de su valorización energética como combustible, devolviéndole en igual cantidad, concluye el especialista.
Fuente: infopack.es.