Valor compartido en la industria de empaque flexible

La industria del plástico, incluido el empaque flexible, ubica su espacio dentro del concepto sustentable de Creación de Valor Compartido.

El enfoque de sustentabilidad ha tomado fuerza en los últimos tiempos,  al parecer la “moda verde” en ésta ocasión llegó para quedarse. Sin embargo, no es la primera vez en que las cuestiones ambientales y de responsabilidad social toman una relevancia superior, en el pasado ya habían existido esfuerzos serios para permear los conceptos de sustentabilidad en las empresas y en la sociedad. ¿Por qué entonces estos esfuerzos tan serios no logran trascender? ¿Por qué la cultura de: Reusar, Reducir y Reciclar aún se ve tan lejana? El concepto de Creación de Valor Compartido, recientemente acuñado por Michael Porter, intenta contestar estas interrogantes y puntualiza  las diferencias actuales entre el valor creado por las empresas para sí y el conflicto que conlleva la interrelación con el ambiente y la sociedad en general en la generación de dicha riqueza.

Modelos de negocios tradicionales

Los modelos de negocio tradicionales se caracterizan en general por lineamientos y políticas que les permitan maximizar su utilidad (excluyéndose las instituciones públicas y privadas como: escuelas, hospitales, oficinas gubernamentales, asociaciones civiles y sociales que persiguen un fin ulterior a la generación de ganancias como tal). En este proceso, las empresas trastocan los ecosistemas y comunidades al allegarse de recursos e insumos para su transformación. Por años, los efectos del intercambio han sido unidireccionales, perdiéndose el balance entre la ganancia generada y el retorno por los impactos de la transformación de dichos insumos hacia los ecosistemas y sociedad. En consecuencia, los gobiernos han tenido que legislar  y endurecer el marco legal como un intento fallido para mitigar el desbalance de esta ecuación. Como toma de conciencia de dicho “Trade-off”, las empresas han desarrollado estrategias específicas que tienden a regresar o retornar parte del valor generado al ambiente y sociedad. Así, nace la preocupación por modelos sustentables de negocio y empresas con responsabilidad social.

Aún y cuando para algunas empresas la cruzada por el medio ambiente y responsabilidad social les ha traído importantes beneficios, las características del modelo de negocios tradicional por sí mismo, sigue siendo uno de sus más importantes detractores. Se enlistan dichas características a continuación:

• Visión estrecha de la creación de valor.
• Optimización del desempeño financiero a corto plazo.
• Se ignoran factores críticos de éxito en el largo plazo.
• Acaban con recursos naturales vitales para su negocio.
• Ponen en riesgo la viabilidad de sus proveedores.
• Ignoran las necesidades básicas de la sociedad y sus consumidores.
• Trade-off: Eficiencia Económica y Progreso social.
• Percepción de creación de ganancias a expensas de la sociedad y no para su beneficio.

De esta forma, la creación de un modelo de negocio que a grandes rasgos permita desde el inicio reestablecer y replantear el desbalance entre empresa-sociedad-medio ambiente se vuelve prioridad.

El modelo de Creación de Valor Compartido

Creación de Valor Compartido es la propuesta de M. Porter para reestablecer una relación productiva entre los elementos naturales de esta ecuación. Empresa-gobierno-sociedad-ambiente, son integrantes de un mismo equipo y aunque a simple vista pareciera que existen intereses encontrados en esta interrelación, la Creación de Valor Compartido es el común denominador  de los intereses de esta mezcla. Encontrar un modelo de negocio que sea capaz de identificar parámetros de desempeño enfocados en la Creación de Valor Compartido tendientes a mejorar significativamente el balance entre generar valor y beneficiar a la sociedad y el medio ambiente, requiere de un enfoque diferente para conceptualizar la dinámica empresarial.

Las características de este modelo se enlistan a continuación:
• Creación de Valor Compartido: sociedad-empresa-gobierno-medio ambiente.
• Visión a largo plazo.
• Creación de valor enfocado en las necesidades y retos sociales.
• Enfoque en crear valor no sólo ganancias.
• Explorar y maximizar las oportunidades de los nuevos mercados.
• Crear valor, no ayudar a la sociedad, no a la filantropía como tal.

Caso de estudio: El SUP (Stand Up Pouch)

La industria del plástico y en particular la del empaque flexible han comprendido muy bien su lugar en relación a la Creación de Valor Compartido.  El empaque flexible se posiciona como una opción altamente sustentable por sí misma. El SUP comparado entre opciones tradicionales de empaque como el vidrio, botellas de PET y empaques metálicos, provee ventajas comparativas tangibles que a parte de cumplir con la generación de valor primaria de preservación, garantizan un impacto ambiental significativamente menor al de las opciones tradicionales.

De esta forma, el SUP genera una cantidad considerablemente menor de materiales de desecho al terminar su vida útil (hasta diecinueve veces menos que una botella de vidrio o dos veces menos que una botella de PET, considerando incluso su reciclaje); requiere de menos energía y recursos para su fabricación que otros empaques (hasta seis veces menos que una botella de PET y la mitad de lo que se requiere para producir una lata de aluminio); implica una  menor generación de emisiones de CO2  (hasta 75% menos que la alternativa más cercana); y permite un máximo aprovechamiento del contenido.

El empaque flexible es un importante actor en la preservación de contenidos y es la alternativa que menos impacto ambiental genera. Las tendencias tecnológicas para la fabricación de pouches tienden a ser aún más sofisticadas utilizando resinas y adhesivos amigables con el ambiente y son diseñados con tecnologías para favorecer su costo, reutilización, y reciclaje.  El empaque flexible está cambiando la industria del empaque en formas sustentables, y lo mejor ¡Está por venir!