Según datos publicados por la prestigiosa revista científica Science en el año 2015, se descubrió que la humanidad genera un total de 275 millones de toneladas de residuos plásticos por año -de ese monto, entre 4,8 millones y 12,7 millones de toneladas llegan a los océanos. Es por eso que el alto consumo de productos plásticos es un fenómeno que se está discutiendo en diferentes países con el objetivo que el impacto ambiental que genera.
Uno de los productos sobre los que se hace foco para disminuir la contaminación plástica son los popotes plásticos. Estos están hechos de polipropileno, un tipo de plástico no es aceptado por la mayoría de los programas de reciclaje. Es por eso que una de las últimas tendencias globales es su sustitución por popotes de papel biodegradable.
Esta preocupación ambiental llegó también a la Argentina. En los últimos meses, los municipios de Pinamar y General Pueyrredón prohibieron el uso de popotes, envases y cubiertos de material no reciclable en paradores públicos y privados, sumándose así a la cruzada mundial por eliminar los plásticos de las playas. El uso de popotes de papel y otros envases biodegradables en el país está en aumento.
La fórmula de Aquence de Henkel es 100% a base de agua, no contiene solventes por lo que ofrece una solución segura para los alimentos. Además, proporciona la durabilidad y resistencia necesarias para la inmersión en líquido durante una hora o más.
Los consumidores demandan cada vez más alternativas sustentables para los productos de uso diario, Henkel ofrece un conjunto de adhesivos para respaldar la fabricación de alternativas sostenibles y lograr así producir más con menos.
Creando valor sostenible
Henkel está realizando acciones a nivel global y local para garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Con respecto al desarrollo de envases, la compañía se centra en reducir y reutilizar el material de embalaje, así como en aumentar el uso de materiales reciclados.
Desde 2017, Plastic Bank es un importante socio estratégico para Henkel. Esta empresa social ofrece soluciones tanto a los problemas ambientales de los residuos plásticos como a los desafíos sociales que plantea la pobreza y la falta de oportunidades de empleo. Las comunidades locales pueden devolver los residuos plásticos recolectados y cambiarlos por dinero, bienes o servicios.
De esta manera, el valor se crea a partir del plástico y no termina en las vías navegables u océanos. Henkel ya ha integrado con éxito este llamado Plástico Social en empaques seleccionados.
Para el año 2025, el 100% de sus envases serán reciclables, reutilizables o compostables. Al mismo tiempo, la compañía pretende utilizar un 35 por ciento de plástico reciclado para sus productos de bienes de consumo en Europa.