Señala especialista que ha sido uno de los principales factores en el incremento de la obesidad en el país en la última década.El consumo indiscriminado de bebidas azucaradas en niños entre uno y cuatro años ha sido uno de los principales factores en el incremento de la obesidad en México en la última década, subrayó el doctor Carlos Alberto Aguilar Salinas, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Los padres de familia son responsables del peso de sus hijos, por que ellos deben poner el ejemplo y llevar una alimentación saludable; sin embargo, en casi todas las casas se encuentra una bebida azucarada, dijo.
Un sólo refresco contiene entre siete y 12 cucharadas de azúcar, de acuerdo con su presentación, es decir, que se consume de cuatro a cinco veces más azúcar de lo que recomiendan al día.
Su principal efecto de ofrecer a niños refresco recae en su modulación de gustos y preferencias; además de ser el inicio de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo dos que pueden comenzar al inicio de la adolescencia.
Detalló que entre niños de seis años la prevalencia de obesidad y sobrepeso es de aproximadamente 24 por ciento; sin embargo, a los 12 años de edad la prevalencia aumenta 12 por ciento.
La adopción de un estilo de vida saludable es la base del tratamiento para la obesidad, especialmente en niños. Alrededor de 500 calorías diarias pueden eliminarse al reducir el consumo de bebidas azucaradas, a lo que se puede sumar la actividad física 30 minutos al día.
De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas siete de cada 10 adultos en México sufren sobrepeso u obesidad, mientras que el consumo de refrescos en niños se duplicó en la última década.
Son varias las propuestas para hacer frente a este problema, entre las que figura establecer un impuesto en la venta de refrescos. Al respecto Aguilar Salinas opinó que debería implementarse tal y como se ha hecho con los cigarros, ya que serviría como una vía para disminuir su consumo y combatir la obesidad.
Ejemplificó que en Nueva York, Estados Unidos analizaron el impacto que tendría agregar un impuesto sobre cada bebida azucarada, y el resultado fue un descenso considerable de sujetos obesos; además una reducción en los gastos a nivel salud estatal para las instancias gubernamentales.
Finalmente, el experto del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán dijo que en México los programas de prevención contra enfermedades crónicas deberían enfocarse en promover la disminución de ingesta de bebidas azucaradas, incrementar la actividad y modificar los hábitos de las familias.
Fuente: Agencias