Según la Confederación Nacional Campesina (CNC) alcanzó un valor superior a 315 dólares que impacta de manera negativa a la industria alimentaria y pecuaria debido a la devaluación del peso frente al dólar
En los últimos ocho meses de este año, se duplicó el precio del maíz para alcanzar un valor superior a 315 dólares que impacta de manera negativa a la industria alimentaria y pecuaria debido a la devaluación del peso frente al dólar, alertó la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Gerardo Sánchez García, presidente de dicho organismo y Carlos Salazar, secretario de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), explicaron que esto obedece a que el alto precio del grano impacta de nuevo en la industria alimentaria y pecuaria, donde también el tipo de cambio juega un papel importante en la devaluación del peso mexicano con respecto al dólar.
Ante este escenario marcado por la volatilidad a la alza, el precio del maíz que se determina en la Bolsa de Chicago ha rebasado 315 dólares, casi el doble con relación a enero de este año, lo que ha generado un nuevo ciclo de la crisis alimentaria en el país.
En un informe de la dirigencia cenecista, Carlos Salazar se pronunció por un plan emergente de abasto nacional de maíz y recordó que en 2007 los inventarios de maíz de Estados Unidos, principal productor, bajaron a su máximo histórico, lo que aunado al aumento en el uso de este grano en producir etanol, provocó el incremento en su precio y sus efectos en otros granos, repercutiendo en las industrias que los utilizan en sus procesos.
Ahora en 2011, agregó, la producción de maíz estadounidense se ha reducido nuevamente debido a factores climáticos, cuando en México las sequías, heladas e inundaciones han provocado la pérdida de 5.5 millones de toneladas, pues de una producción estimada de 25 millones sólo se obtendrán alrededor de 19.5 millones de toneladas.
Carlos Salazar no descartó que el aumento en el precio de maíz dispare los precios de los productos que usan maíz como materia prima, particularmente la tortilla y los derivados de la masa; los productos pecuarios, como leche y carne; y los derivados químicos, entre los que se encuentran el almidón, la fructuosa y el aceite.
A su vez, Sánchez García, dijo que el problema de bajos inventarios internacionales de granos hace inviable continuar con la estrategia del modelo económico globalizado, operado desde la apertura comercial en 1994, que consiste en complementar el abasto nacional con las compras de alimentos a otros países, principalmente Estados Unidos.
Para los dirigentes, las altas importaciones agropecuarias y el bajo nivel de los inventarios ponen en grave riesgo la suficiencia alimentaria nacional, además de que su crecimiento es preocupante ya que se han duplicado en el presente sexenio.
Según cifras del banco de México, comparando el primer semestre de 2006 con el primero de este año, las importaciones de este tipo crecieron 96 por ciento, al pasar de 3 mil 262 millones de dólares, a 6 mil 395 millones. Se trata de un crecimiento anual de 14.4 por ciento en promedio, lo que es demasiado alto.