Permitirá producir plantas con un aumento del rendimiento del 15% al 100%.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner dio a conocer un reciente descubrimiento en el que participaron científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) para mejorar semillas de diferentes cultivos. El anuncio, que fue realizado en teleconferencia desde Tecnópolis, contó con la participación del ministro de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, la investigadora a cargo Raquel Chan y autoridades de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), el Conicet y la empresa Bioceres S.A.
El trabajo fue llevado a cabo por un grupo de investigadores del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral, creado en 2008 por el Conicet y la UNL en la provincia de Santa Fe, en el que se halló la forma de generar plantas tolerantes al estrés hídrico y salino y aumentar la productividad entre un 10% y un 100%. El mismo se da a partir de la inserción de un gen, de la familia del ya patentado HAHB-4, en plantas de soja, trigo, alfalfa y maíz para generar especímenes más resistentes. La tecnología patentada se ha aplicado en primer lugar a la soja y maíz luego a otros cultivos. El desarrollo fue posible gracias a la unión pública privada del Conicet, la UNL y la empresa Bioceres S.A. y se estima que el producto estará en el mercado en el año 2014-2015.
En tal sentido, la Presidenta destacó que se trata de uno de los descubrimientos más importantes en términos de mejorar la calidad de las semillas, la producción y lo que va a significar en materia de regalías para el Conicet, para la Universidad del Litoral, para la empresa asociada; además del crecimiento en la producción agrícola del país. Por su parte el ministro Barañao expresó que este caso permite demostrar que hemos instalado en la Argentina algo que es la norma de los países desarrollados: se invierte en investigación, se protege adecuadamente la propiedad intelectual y luego se comercializa a través de canales adecuados para que ese rédito se efectivice. También me parece importante destacar que la seguridad alimentaria, es decir, la seguridad de provisión de alimentos, es tal vez el mayor desafío que tendrá la humanidad en las próximas décadas.
La patente de este descubrimiento es propiedad conjunta del Estado argentino a través de la titularidad del Conicet y la UNL y se le licencia su uso y explotación a la empresa Bioceres por 20 años. Estos organismos estatales, a través del convenio suscripto esta tarde, recibirán en concepto de regalías un porcentaje por cada semilla vendida una vez que se comercialice. En materia de beneficios económicos para el país se estima que, de mantenerse los valores de la cosecha 2010/2011 para soja, maíz y girasol y considerando un aumento del rendimiento del 20% más un 5% de aumento de la superficie cultivable; el valor de la cosecha con estas modificaciones podría alcanzar los U$S40.600 millones. Esto representa un aumento de cerca de U$S10.000 millones y está calculado en base a los promedios de superficies cosechadas, el rendimiento por hectárea y el precio por tonelada de los últimos años.
El aumento del rendimiento de esta nueva tecnología oscila entre el 10% y el 100% dependiendo del tipo de cultivo, la calidad del mismo y el lugar donde se produzca así como también de los factores climáticos. El gen, originalmente desarrollado para mejorar la tolerancia de la producción a sequías y salinidad de los suelos tiene como una de sus principales características la ausencia de penalidad cuando la situación de estrés no se produce. Por lo general los productos modificados genéticamente para tolerar la sequía con otras tecnologías, generan bajas productividades cuando reciben agua en cantidades normales. Esto quiere decir que en una temporada sin sequía, la siembra de estos cultivos generaría mermas en la producción y solo presentarían ventajas si la condición es estresante. El nuevo descubrimiento no solo no genera merma en el rendimiento frente a las lluvias sino que potencia la productividad de la planta en ese escenario. Esta nueva patente tiene como principal beneficio el aumento del rendimiento de las plantas independientemente del estrés al que sea sometida.
El desarrollo
El equipo científico, liderado por la Dra. Raquel Chan, investiga desde el año 2003 cómo obtener variedades de plantas con mayor tolerancia a los factores climáticos y a las condiciones de los suelos. Para llevar a cabo las investigaciones, el equipo de la Dra. Chan recibió subsidios de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. El financiamiento les permitió alcanzar el aislamiento y la caracterización de un gen de girasol cuya función estaba relacionada con la respuesta natural de la planta a condiciones de estrés abiótico tales como sequía y salinidad. Una vez identificado el gen HAHB-4 y su familia de desarrollos, el Conicet y la UNL se asociaron a la empresa Bioceres para generar una patente y posterior comercialización del descubrimiento. Las pruebas de campo permitieron el desarrollo de nuevas patentes de tecnologías complementarias que brindan nuevas características a las semillas.
En el día de hoy, la empresa argentina Bioceres y la estadounidense Arcadia han constituido una empresa conjunta llamada Verdeca, para el desarrollo, la des-regulación, y la comercialización internacional de eventos transgénicos de soja utilizados para la obtención de semillas. La comercialización del producto a nivel mundial redundará en ingresos para Argentina en materia de retenciones y regalías, además del aumento de la producción y exportación de alimentos.
En los próximos cuatro años las empresas participantes del acuerdo invertirán USD 20.000.000 para la desregulación de la tecnología. La estrategia regulatoria implica la habilitación comercial en Argentina, Estados Unidos, Brasil, China e India, principales mercados de producción de soja. También se prevé la aprobación para usos alimenticios en la Unión Europea y en Japón.
¿Cómo funciona?
Las plantas son sometidas constantemente a estrés causado por las condiciones naturales del ambiente o creadas por el hombre. Las plantas sufren frío, calor, falta de agua, mucha intensidad lumínica, ataques de insectos y contaminación de los suelos.
Las plantas se defienden activando genes específicos que disparan mecanismos de protección.
Al introducir un gen de otro organismo similar o diferente, se puede obtener conocimiento sobre su función o mejorar alguna característica fenotípica del organismo receptor.
El gen puede provenir de cualquier especie inclusive cualquier planta y ser introducido en otra para generar una nueva planta con una característica distintiva y en general beneficiosa.
El gen HAHB-4 y éste nuevo desarrollo han mostrado otorgar tolerancia a la sequía y la salinidad en la soja, el maíz y el trigo. Además aumenta la productividad de las plantas modificadas.
Se continúa estudiando el gen en su respuesta a los escenarios de exceso de agua.