El mercado de alimentos funcionales ha crecido, pero es insignificante respecto del mercado actual. La Ing. Silvia Marteau hablará de esto en el FTSA 2013.
- El 22 de octubre en el Espacio Darwin del Hipódromo de San Isidro (Buenos Aires) se llevará a cabo el Food Technology Summit Argentina 2013. Dentro del Summit pago tendrá lugar una Mesa Redonda denominada "Alimentos Funcionales: actualidad desde distintas ópticas", de 11.30 a 13.
Una de las panelistas, la Ing. Silvia Marteau, Directora del Área de Economía y Gestión del Programa de Prevención del Infarto en la Argentina (PROPIA), brinda un adelanto de lo que será su participación.
Con el objetivo de cumplir con el compromiso asumido como Estado, de alcanzar las metas establecidas respecto de las Enfermedades No Transmisibles (ENT), es necesario modificar los Nutrientes Críticos asociados a éstas, de la mayoría de los alimentos que consumimos.
Una vez que los organismos internacionales llegan a consensos sobre qué metas alcanzar y establecen las directrices, todos los sectores involucrados y con disponibilidad de I +D + i, ponen en marcha un enorme engranaje, con el objetivo de lograr ventajas competitivas que les permita ganar futuro en el nuevo paradigma.
El mercado de los alimentos funcionales ha crecido enormemente, pero es insignificante respecto del mercado que surge, en diferenciación de productos, para poder luchar eficazmente contra las ENT (Enfermedades Cardiovasculares, Cáncer, Pulmonares Crónicas y Diabetes).
El costo que conllevaría el hecho de no actuar y mantener el estado de cosas, dará lugar a una pérdida de productividad y una escalada de costos de la atención sanitaria en todos los países. Estas pérdidas acumuladas de producción, debidas a las cuatro grandes categorías de ENT, se calculan en US$ 47 billones. Esa pérdida representó un 75% del PIB mundial en 2010 (US$ 63 billones).
Es necesaria la participación de múltiples actores, tanto estatales como no estatales, entre otros, la sociedad civil, las instituciones académicas, la industria y las organizaciones no gubernamentales y profesionales para que se comprometan a cumplir con las directrices de:
- Reducir la concentración de sal y sodio añadidos a los alimentos (preparados o procesados).
- Aumentar la disponibilidad, la asequibilidad y el consumo de frutas y hortalizas.
- Reducir el contenido de ácidos grasos saturados en los alimentos, sustituyéndolos por ácidos grasos insaturados.
- Sustituir las grasas de tipo transpor grasas insaturadas.
- Reducir el contenido de azúcares libres en los alimentos y las bebidas no alcohólicas.
- Limitar el consumo excesivo de calorías y reducir el tamaño de las raciones y la densidad energética de los alimentos.
Estas recomendaciones fueron establecidas en la OMS en 2004, pero somos testigos de los avances tecnológicos, productivos y científicos que se produjeron desde entonces tanto en las industrias como en las ciencias.
Esto provoca que estemos en condiciones de decir que las grasas saturadas no son tan malas, si las cambiamos por las aportadas por el ÁCIDO ALTO ESTEÁRICO - ALTO OLEICO. Esto es el fruto de los esfuerzos de la I + D del Sector privado y de los centros de Ciencia, Tecnología e innovación para proveer al mercado de productos que sean capaces de reemplazar en iguales condiciones operativas a aquellos que son perjudiciales para la salud.
Nuestra experiencia, consiste en la adecuación, reemplazo y producción de alimentos, articulando con toda la cadena de valor agroalimentaria de farináceos, grasas, aceites, helados, etc. innovando en el reemplazo de insumos y materias primas tradicionales, por otras que a partir de la I + D + i, permiten transitar rápidamente a un nuevo estado de situación.
No obstante existe una enorme resistencia de los sectores involucrados de cambiar al nuevo escenario planteado. Esto ocurre con los denominados, "fundamentalistas del Código Alimentario" sobre el cual dijo recientemente la Asamblea Mundial de la Salud:
"Promover el etiquetado nutricional, de acuerdo con las normas internacionales, en particular el Codex Alimentarius, pero no sólo con ellas, en todos los alimentos envasados en los que se reivindiquen propiedades de carácter nutricional o sanitario"
Respecto de los intereses dice:
"Las políticas de salud pública destinadas a prevenir y controlar las ENT deben estar protegidas de la influencia indebida de intereses creados de todo tipo, y los conflictos de intereses reales, aparentes o potenciales han de ser reconocidos y gestionados"