Actualmente, los países consumen una gran cantidad de productos alimentarios envasados en films plásticos complejos. Estos envases son ampliamente utilizados debido a las diferentes características que pueden proporcionar tanto al producto envasado (propiedades mecánicas, sellabilidad, barrera a gases, etc.) como al proceso de envasado.
Los films complejos se obtienen mediante procesos de laminación con adhesivos a partir de diferentes films plásticos que aportan diversas propiedades al film final. Esto conlleva una mezcla de materiales de diferente naturaleza, resultando un producto plástico difícilmente reciclable.
Según el Instituto Nacional de Estadista (INE), en España en el año 2015, se produjeron más de 440 mil toneladas de envases plásticos flexibles, lo que se traduce en un consumo de casi mil millones de euros en ese año.
El proyecto RECUBIO, liderado por la empresa Plásticos Romero y la colaboración de AIMPLAS como centro tecnológico, ha permitido obtener envases flexibles biodegradables de barrera media para alimentos como productos de panadería, productos cárnicos a vacío o verduras congeladas.
La empresa Plásticos Romero, se dedica principalmente a la fabricación de films plásticos mediante el proceso de extrusión de film soplado. La compañía abordó a finales del 2015 el proyecto RECUBIO, basado en el desarrollo de una alternativa sostenible, técnicamente viable y que solucionara las limitaciones del uso de materiales biodegradables en estructuras complejas para envases alimentarios.
Dicho proyecto, que cuenta con la colaboración de AIMPLAS como centro tecnológico, ha tenido una duración de 18 meses y ha sido subvencionado por CDTI a través del programa de Proyectos De Investigación y Desarrollo (PID).
Desarrollo del proyecto
Para minimizar el problema de reciclado de estos envases de un solo uso, en el Proyecto RECUBIO se han desarrollado nuevas estructuras biodegradables que cumplen los requerimientos de los envases alimentarios definidos y, al mismo tiempo, son biodegradables y compostables al igual que su contenido, por lo que podrán ser gestionados en plantas de compostaje sin tener que vaciarlos ni limpiarlos.
La principal dificultad a la que se enfrenta el proyecto es conseguir que los envases obtenidos con los materiales biodegradables cumplan los requerimientos barrera de los envases actuales.
No hay que olvidar que los materiales biodegradables y compostables comerciales presentan bajas barreras a gases como es el vapor de agua y el oxígeno, y los films utilizados para el envasado de productos alimentarios, según el producto a envasar, deben alcanzar barreras medias o medio-altas.
Para conseguir este objetivo, la estrategia que se ha llevado a cabo es la aplicación de diferentes recubrimientos barrera sobre uno de los films biodegradables de la estructura compleja final.
Dicha estructura está formada por el film recubierto (barrera), que va laminado con otra estructura biodegradable responsable de conferirle la rigidez y la sellabilidad al envase final y que, a su vez, protege el recubrimiento barrera. Con todo ello, se ha conseguido que los envases finales tengan las siguientes características:
- Permiten garantizar las propiedades de los productos alimentarios definidos (rosquilletas, pechuga de pavo y verduras congeladas), durante su vida útil.
- Tienen propiedades mecánicas y barreras similares a los materiales usados actualmente en cada caso.
- Pueden obtenerse en equipos convencionales de transformación de materiales plásticos: extrusión de film soplado, impresión y laminación.
- Son biodegradables bajo condiciones de compostaje. Los nuevos envases pueden ser desechados junto con la materia orgánica y al final de su vida útil pueden ser tratados en plantas de compostaje para obtener abonos que se pueden utilizar en el cultivo de diferentes productos agrícolas.
- Son aptos para contacto con alimentos según la legislación europea vigente.
Resultados
Durante el proyecto, se seleccionaron diferentes tipos de materiales:
• Grados poliméricos biodegradables aptos para extrusión de film soplado y que proporcionan las propiedades estructurales y de soldabilidad.
• Un film comercial biodegradable orientado biaxialmente sobre el que se aplica el recubrimiento funcional
• Recubrimientos para aportar la barrera frente gases a la estructura
• Adhesivos biodegradables para laminación, responsables de la unión de ambos sustratos.
Las características de las diferentes estructuras complejas se evaluaron para asegurar el cumplimiento de los requerimientos funcionales establecidos tales como propiedades mecánicas y barrera a vapor de agua y oxígeno, tensión superficial para laminación e impresión, estudio de aptitud alimentaria según la legislación europea vigente, soldabilidad del envase y estudio comparativo conjunto envase-alimento (vida útil).
Por otra parte, para evaluar que el envase cumplía la funcionalidad requerida, se realizó un ensayo comparativo en condiciones reales con las estructuras convencionales. Este ensayo consistió en envasar los productos alimentarios seleccionados para cada caso de estudio y almacenarlos en las condiciones temperatura y humedad adecuadas para ello durante el tiempo de vida útil definido. Posteriormente se estudiaron las propiedades de los productos envasados, obteniéndose un resultado satisfactorio, del mismo orden que los productos envasados con los envases convencionales.
En conclusión, las estructuras complejas biodegradables obtenidas cumplen con la funcionalidad requerida en los tres casos de estudio evaluados.
Conozca más sobre el proyecto dando clic en el archivo adjunto.
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