Pesé a que en 2011 entró en vigencia la norma legal, hoy en el mercado hay menos productos disponibles para celíacos por temor a sanciones.
Después de varias postergaciones, el Poder Ejecutivo Nacional reglamentó, en mayo de 2011, la ley que permite a más de 400 mil argentinos que padecen la enfermedad celíaca acceder con mayor facilidad al único tratamiento eficaz: la dieta sin gluten, que cuesta cuatro veces más que los alimentos comunes. Pero tras la sanción de la normativa, no todas fueron buenas noticias: es que algunas industrias retiraron del mercado sus productos dietéticos que se promocionaban hasta entonces "aptos para celíacos" mientras esperan la aprobación de la Anmat, el organismo estatal que certifica la calidad y garantiza la composición de los alimentos.
Como parte del tratamiento para llevar una buena calidad de vida y evitar consecuencias indeseables, los pacientes delíacos deben cumplir una dieta exenta de gluten, proteína que contienen el trigo, la avena, la cebada y el centeno. Si se desatiende la dieta, el gluten ingerido afecta las vellocidades intestinales de estos pacientes, lo cual impide la absorción adecuada de los nutrientes que ingresan al cuerpo y provoca variadas y múltiples complicaciones orgánicas y enfermedades asociadas.
Lo que muchos desconocen es que el gluten no sólo está presente en las farináceas y panificados, sino también en numerosos productos como mayonesas, fiambres, mermeladas, lácteos, conservas, bebidas, golosinas y hasta el dentífrico que se usa a diario, entre otros. Por eso, es imprescindible mantener un estricto control permanente de los alimentos envasados que consumen los celíacos, a fin de comprobar que están libres de gluten.
Hasta la promulgación de la ley, ese control lo ejercían dos organizaciones integradas por profesionales, pacientes y sus familiares: Asociación Celíaca Argentina (ACA) y Asistencia al Celíaco de Argentina (Acela),
que realizaban relevamientos periódicos de alimentos y publicaban el listado de los permitidos.
Pero a partir de la entrada en vigencia de la ley, esa potestad quedó en manos en la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). Este traspaso de autoridad en materia de controles provocó que algunas industrias que venían fabricando alimentos comunes y para celíacos de manera simultánea, optaran por dejar de comercializar estos últimos, para evitar los perjuicios legales que pudieran ocasionarse.
El antes y el después de la ley
El cambio tras la normativa se siente de manera palpable en los lugares donde se comercializan productos para celíacos. Antes de la ley, eran ACA y Acela las responsables de emitir los certificados de calidad", detalló Martín, vendedor de productos para celíacos, a Rosario3.com. "Lo peor que podía pasar, en caso de comprobarse que un producto contenía gluten, a pesar de tener el símbolo de la espiga tachada que significa «sin gluten», era que ese producto fuera retirado de las dietéticas, explicó.
Ahora las cosas cambiaron señaló Martín y quienes elaboran productos para celíacos, prefieren esperar la habilitación de la Anmat y eludir cualquier responsabilidad legal frente a los consumidores. Si el organismo oficial detecta una infracción a la ley, el fabricante puede ser pasible de sanciones penales y su industria puede terminar clausurada.
Como los cambios culturales son aún más lentos que las leyes, los consumidores depositan su confianza en diversas fuentes de información. Algunos se fijan que el producto tenga el sello de la Anmat, autoridad de aplicación de la nueva ley mientras que otros siguen consultando los listados de ACA y Acela, antes de comprar un nuevo producto", detalló.
Fuente: Rosario3.com