De acuerdo con el último informe económico mensual (diciembre de 2009) de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), los precios de la hacienda en pie y de la carne al consumidor registraron subas de 40,8% y 17,5% interanual, respectivamente; movimientos que van a continuar durante el año en curso.
La política nacional de intervención sobre nuestra cadena de valor se inició allá por marzo de 2005 con los ‘acuerdos’ de precios que buscaban frenar la aceleración que comenzaba a exhibir el precio de la carne vacuna al consumidor.
En aquel momento la decisión fue motivada principalmente por el impacto que la variación del precio de la carne vacuna tenía sobre la evolución del nivel general de precios al consumidor (al tratarse del producto con mayor ponderación dentro de la canasta de consumo utilizada por el INDEC), lo cual afectaba el discurso oficial, al traducirse en una pérdida de capacidad adquisitiva del salario, y, más importante aún, la ‘caja’ del gobierno nacional, debido a que en la salida del corralón de 2002 y en la renegociación de la deuda externa de 2005, el IPC había sido elegido para indexar los títulos públicos en pesos (la cláusula de ajuste CER estaba atada a la evolución del nivel general de precios al consumidor).
Inicialmente esta política sectorial pareció ser efectiva, porque la fiebre del paciente bajó e incluso llegó a desaparecer en algún período. Pero nunca se hizo nada para solucionar la enfermedad que la causaba. Entonces, a la larga los síntomas volvieron a reaparecer y encima agravados.
La falta de atractivo que generó la creciente intervención del gobierno nacional para que los precios no subieran más allá de lo ‘políticamente correcto’ y la fuerte sequía que afectó a la producción nacional a partir de mediados de 2008, desencadenaron el proceso de liquidación de vientres más extenso e intenso de las últimas décadas.
Pues bien, en el corto plazo esto permitió que el nivel de faena creciera en forma sistemática y alcanzara nuevos máximos históricos, haciendo que el consumo interno y las exportaciones siguieran la misma tendencia. Pero, con un menor stock de madres y con índices de preñez y de parición afectados por la sequía y la desinversión, era una cuestión de tiempo (ciclo biológico) que la oferta se viera disminuida y, en consecuencia, que volvieran a ponerse en evidencia los síntomas de la enfermedad.
Esto fue lo que comenzamos a observar en el cuarto trimestre del año pasado. En este período los precios de la hacienda en pie y de la carne al consumidor registraron subas de 40,8% y 17,5% interanual, respectivamente. En ambos casos, fue producto de aumentos crecientes a lo largo de los tres meses considerados, que llegaron en diciembre a 38,7% mensual para el primero y a 22,5% para el segundo, tal como surge de los siguientes gráficos. Ahora cuando tomamos los últimos 24 meses, la escalada de los precios fue de 75,7% y 58,4%, respectivamente. Y todo indica que estos movimientos van a continuar durante el año en curso, tal como ya lo observamos en enero.
Por lo tanto, la estrategia del gobierno nacional resultó infructuosa y encima fue muy costosa. Desde el punto de vista de la relación de la Argentina con los mercados financieros internacionales, estas políticas, junto a la "intervención" del INDEC, han sembrado una desconfianza que impactó negativamente sobre el nivel de riesgo país y, por lo tanto, sobre la tasa de interés a la cual podrían emitir títulos de deuda tanto el sector público como el sector privado. Y, por el otro lado, la cadena de valor sectorial resultó seriamente afectada en su funcionamiento presente y en sus posibilidades de desarrollo e inserción internacional a futuro, viéndose comprometidas las inversiones realizadas y el nivel de empleo sectorial. A su vez todo esto terminó por afectar negativamente a los consumidores, ya que finalmente se ven obligados a reducir los niveles de consumo de un producto de excelente calidad y a pagar precios sustancialmente mayores.
Ante este escenario es posible que desde la Secretaría de Comercio se insista con la receta de cerrar las exportaciones para disminuir el faltante de carne en el mercado interno. Pero, de ser así, además de atender el despido de 15.000 trabajadores de la industria frigorífica, el ejecutivo deberá tener en cuenta que si bien las exportaciones de carne representan sólo 3,25% de las exportaciones totales, los 1.866,4 millones de dólares exportados en 2009 significaron 11% del superávit comercial del mismo período y equivalieron a 28% de los US$ 6.500 millones de reservas excedentes que van a utilizar a través del denominado Fondo del Bicentenario.
Indicadores económicos sectoriales:
1. Faena y producción de carne:
En línea con las proyecciones que planteamos en los últimos Informes, en 2009 se habría faenado un total de 16,23 millones de cabezas aproximadamente, con lo cual el nivel de actividad de la industria frigorífica vacuna habría igualado el récord verificado en 1978 (en aquel año la faena había alcanzado un total de 16,25 millones de cabezas). La faena de machos fue de 8,17 millones de cabezas y la de hembras alcanzó un récord de 8,06 millones de cabezas.
Con relación a 2008, la matanza de vacunos fue superior en 1,353 millones de cabezas, lo que en términos relativos significó un incremento de 9,1%. La faena de machos experimentó un crecimiento de 7,9% interanual y explicó 44,2% del crecimiento de la matanza total. En tanto, la faena de hembras hizo lo propio en 10,3% interanual y explicó 55,8% del crecimiento de la actividad frigorífica en el último ejercicio.
Los crecientes y elevados niveles de faena observados en los últimos tres años fueron posibles, principalmente, gracias a la sistemática reducción de las existencias vacunas, que fue acompañada en una medida inferior por la expansión de la actividad del engorde a corral (feed lot), a partir de los subsidios otorgados por el gobierno nacional a los engordadores con el fin de mantener elevada la oferta de hacienda y, por lo tanto, el consumo doméstico de carne vacuna.
La contracción del rodeo vacuno, que de acuerdo a las cifras preliminares de las campañas de vacunación contra la fiebre aftosa fue de 8,4 millones de cabezas en los últimos 24 meses, se explicó por dos razones fundamentales.
En primer lugar, y tal como lo venimos señalando sistemáticamente, a partir del último cuatrimestre de 2006 se puso en marcha un importante proceso de liquidación de vientres que fue intensificándose en forma casi continua y que se tradujo en una participación de las hembras en la faena total de hasta 50%, el guarismo más elevado de las últimas décadas. El continuo avance intervencionista del gobierno nacional sobre la cadena de valor, que se inició en marzo de 2005 con la firma de los primeros ‘acuerdos’ de precios y que llegó en marzo de 2006 a la prohibición transitoria de los envíos al exterior de carne vacuna, le fue restando cada vez más atractivo a la actividad ganadera y desencadenó el referido proceso de venta masiva de vientres.
En segundo lugar, a partir de 2008 la fuerte sequía que afectó a varias zonas productivas del país y que recién comenzó a perder intensidad en el último semestre de 2009, forzó el envío de la hacienda a faena, al tiempo que la falta de agua y de alimento suficiente también se tradujo en la pérdida de una importante cantidad de cabezas.
En 2009 la participación de las hembras en la faena total llegó a 49,7% y se constituyó en el guarismo más elevado de los últimos veinte años, desplazando al registro de 2008 al segundo lugar (49,1%). Las fases de liquidación de vientres más próximas en intensidad se registraron en 2004 y en 1996, con 46,4% y 46,0% de la faena total, respectivamente.
Todo esto se tradujo también en un nivel de producción de carne vacuna récord de las últimas décadas. Según nuestras estimaciones, en 2009 la producción total fue de 3,54 millones de toneladas res con hueso (tn r/c/h) y se ubicó 10,4% por encima de la 2008 y otro 10% por arriba de los records alcanzados en 1978 y en 2007.
En función de lo expuesto, la performance sectorial no es sostenible en el tiempo y, por lo tanto, los guarismos de los últimos años difícilmente puedan ser reivindicados en el año que se está iniciando.
La contracción del stock de vientres observado en los últimos tres años y los efectos negativos de la sequía sobre los índices de preñez y de parición, comenzarán a reflejarse en una menor disponibilidad de hacienda para engordar a partir de este ejercicio. Es cierto que la expansión del engorde a corral acelera el envío de hacienda a faena, pero esta actividad enfrentará sendos desafíos a partir del año en curso, porque la disponibilidad de hacienda joven para engordar será menor y porque no está asegurada la continuidad en el tiempo de la política de subsidios del gobierno nacional.
A partir de 2010 la faena total comenzará a descender y a través de la aceleración de la suba del precio de la carne se traducirá en una contracción del consumo doméstico (total y por habitante) y de las exportaciones. En realidad, y tal como lo destacamos en otra sección de este Informe, la aceleración de la suba de los precios de la hacienda en pie y de la carne al consumidor ya la observamos en el último trimestre de 2009.
2. Consumo interno:
En 2009 el nivel récord de producción permitió que el consumo interno alcanzara un nuevo máximo histórico y, combinado con las menores exigencias en materia de ‘encajes’ en cámaras, también permitió que la industria frigorífica volcara una mayor oferta de carne al resto del mundo.
En comparación con 2008, la producción se expandió en 334.064 tn r/c/h durante 2009. De este total, un tercio fue absorbido por el mercado interno, que llegó a consumir 2,90 millones de tn r/c/h, y los restantes dos tercios por el mercado externo, que llegó a adquirir 638,2 mil tn r/c/h.
En lo referente al consumo por habitante, en 2009 habría llegado a 72,5 kilogramos/año (+3,0% anual).
Claramente, la foto sectorial 2010 será muy diferente a la de 2009. En nuestra visión, este año se producirá una contracción de la oferta de hacienda y, en consecuencia, una caída de la producción de carne vacuna. Esto provocará el resurgimiento del compromiso y de las tensiones entre consumo interno y exportación, porque los precios internos volverán a subir por encima del promedio general. Ya en los últimos meses de 2009 los precios domésticos de la hacienda en pie y de la carne vacuna al consumidor comenzaron a enviar las señales correspondientes.
3. Evolución de las exportaciones:
En el último mes de 2009 se embarcaron 39.751 toneladas peso producto (tn pp) de carne vacuna y el año cerró con un total de 571.207 tn pp (+50,4%). Al expresarlo en toneladas res con hueso (tn r/c/h), el total exportado ascendió a 638,2 mil tn, lo que representó una mejora de 53,5% interanual (+222,4 mil tn r/c/h).
En el ránking de los últimos 50 años, las exportaciones cárnicas de 2009 se ubicaron en la posición Nº 10, quedando 17,6% por debajo del récord histórico de 1969 y 14,3% por abajo del segundo máximo registrado en 2005.
Los envíos al exterior de cortes congelados y frescos extra Hilton totalizaron 361.064 tn pp y crecieron a un ritmo de 71,0% interanual, con lo cual llegaron a representar 63,2% del total de exportaciones registradas en 2009.
Las exportaciones de cortes Hilton llegaron a 22.437 tn pp en 2009. A pesar de lo cual, acumularon un crecimiento de 18,8% interanual, debido a que la cuota ’08-’09 fue ejecutada principalmente durante el último año. Y el crecimiento no fue mayor, porque los problemas existentes en torno a la adjudicación interna de la cuota ’09-’10, que demoró la puesta en marcha de su ejecución.
Las exportaciones de carnes procesadas se elevaron hasta 35.836 tn pp, con un crecimiento de apenas 2,6% anual. En tanto, los embarques de menudencias y vísceras hicieron lo propio en 32,3% y se ubicaron en 151.870 tn pp.
Los ingresos por exportaciones alcanzaron un nivel de 1.866,4 millones de dólares fob en 2009 (+11,9% anual), debido a que los volúmenes crecieron 50,4% y el precio promedio descendió 25,6% anual, hasta quedar ubicado en 3.267 dólares fob por tn pp.
La caída del precio promedio de las exportaciones cárnicas argentinas registrado en 2009 se explicó por dos factores. En primer lugar, a partir del tercer trimestre de 2008 los precios internacionales de la mayoría de las commodities metálicas y agropecuarias y sus derivados experimentaron una importante contracción en dólares estadounidenses, producto entre otros factores de la revaluación que registró esta moneda (al haber actuado como refugio durante lo peor de la crisis internacional). Y como podemos observar en el cuadro que se encuentra al final de esta sección, el precio que más cayó fue el de los cortes Hilton, justamente los de mayor valor unitario. En segundo lugar, la falta de ejecución de la cuota Hilton en el cuatrimestre julio-octubre de 2009, también influyó negativamente sobre el precio promedio general, debido a la pérdida de participación de estos cortes en los embarques totales.
Las exportaciones de cortes congelados y frescos extra Hilton generaron ingresos por 1.305,3 millones de dólares fob en el último ejercicio. Esto implicó un incremento de 222,9 millones de dólares con relación a 2008 (+20,6% anual). En cambio, por los cortes Hilton los ingresos se redujeron a 217,8 millones de dólares (-19,4%). Tal como lo destacamos en el párrafo anterior, la parálisis que mostraron entre julio y octubre los embarques correspondientes a 2009-2010 y la fuerte caída del precio unitario de los cortes Hilton registrado a partir de la segunda mitad de 2008, más que compensaron los elevados volúmenes exportados durante la primera mitad de 2009.
Los ingresos por exportaciones de carnes procesadas alcanzaron un nivel de 129,6 millones de dólares fob en 2009 y experimentaron un retroceso de 3,0%.
Por su parte, los envíos de menudencias y vísceras ganaron participación (al igual que los cortes congelados y frescos extra Hilton, a costa de los cortes Hilton y de las carnes procesadas), al haber logrado ingresos por 213,7 millones de dólares fob (+18,1% interanual).
En materia de destinos, en 2009 los principales compradores de carne vacuna argentina fueron (por volúmenes): Rusia, Hong Kong, Chile, Alemania, Israel, Venezuela, Italia, Holanda, Congo (ex–Zaire) y Brasil. En conjunto, estos 10 países abarcaron 78,2% del volumen total exportado. Si tomamos a la Unión Europea (UE) como región, fue el segundo destino en importancia con 16,9% del total.
En cambio, los destinos más relevantes por valores fueron: Rusia, Alemania, Chile, Holanda, Italia, Hong Kong, Israel Venezuela, Brasil y EE.UU. En total representaron 83,9% del total de ingresos del período. Y la UE como una región fue el destino más importante, con 35,3% del total, debido al elevado valor unitario de los cortes Hilton.
En 2009 las exportaciones cárnicas hacia Rusia, el principal destino en volumen y valor (salvo, en este último caso, cuando se considera a la UE como región), representaron 31,0% del volumen y 20,4% del valor total exportado (en 2008 habían representado 23,0% del volumen y 14,3% del valor). Esta nación compró 177.032 tn pp, 79,8% de las cuales correspondieron a cortes congelados y el restante 20,2% a menudencias y vísceras. Los valores por su parte ascendieron a 380,3 millones de dólares fob. En términos interanuales duplicó sus compras y pagó 58,5% más. La diferencia de velocidades en las tasas de crecimiento se debió a la caída de 21,5% del precio promedio de exportación, cuyo nivel fue de 2.148 dólares por tn pp.
La UE adquirió 96.441 tn pp de carne vacuna argentina en el último año, por un valor de 659,5 millones de dólares fob. Del volumen total, 23,3% correspondió a la cuota Hilton, participación que en valores fue de 33,0%. En comparación con 2008, la UE compró 23% más en 2009. Pero, como las exportaciones cárnicas argentinas se expandieron 50,4% en términos interanuales, la importancia relativa de esta región en el total disminuyó desde 20,5% hasta 16,9%. En total pagó 17,2% menos, por la desaceleración en el ritmo de crecimiento de los envíos y por la baja de 32,7% del precio promedio pagado (que quedó en 6.838 dólares por tn pp).
Entre los países comunitarios, Alemania adquirió 32.974 tn pp (34,2% del volumen total comprado por la UE; +9,5% anual) por las que abonó 286,3 millones de dólares fob (43,4% del valor total adquirido por la UE; -27,0% anual). Del volumen total, 34,1% correspondió a cortes Hilton y 61,3% a cortes congelados y frescos extra Hilton. Solo 2,7% correspondió a menudencias y vísceras y otro 2,0% a carnes procesadas. El precio promedio descendió a 8.683 dólares por tn pp (-33,3% anual).
En el último ejercicio Chile se convirtió en el tercer destino en importancia (subió un puesto), con compras por 44.560 tn pp. Es decir que adquirió 66,1% más que en 2008. Casi la totalidad correspondió a cortes frescos (99,1%). Los ingresos por estas ventas llegaron a 156,5 millones de dólares fob y resultaron 39,4% mayores a los de un año atrás. Al igual que en el caso de Rusia, la diferencia de ritmos se explicó por la baja del precio promedio (-16,1% anual), que se ubicó en 3.511 dólares por tn pp.
Por su parte, Israel adquirió 31.744 tn pp en el período analizado y por ellas pagó 112,7 millones de dólares fob. El volumen resultó 61,9% mayor al de 2008 y el valor pagado hizo lo propio en 51,1%. El precio promedio bajó 6,7% interanual, hasta ubicarse en 3.550 dólares por tn pp.
Los envíos a Venezuela totalizaron 27.672 tn pp de cortes congelados y frescos extra Hilton en 2009 (+139,7%). Los valores ingresados llegaron a 100,6 millones de dólares fob (+161,3%). Este fue el único caso en el cual el precio promedio subió en el último año (+9% interanual).
En lo que respecta a Hong Kong, el segundo destino en importancia, adquirió 57.224 tn pp (79,6% de menudencias y vísceras y 20,3% de carnes congeladas y frescas extra Hilton). En total pagó 124,1 millones de dólares fob. El volumen exportado subió 52,5% en términos interanuales y la facturación aumentó 48,6%. En este caso, el precio descendió 2,6% interanual, hasta quedar en un nivel de 2.169 dólares por tn pp.