Mariela Mociulsky, Directora General y Socia fundadora de Trendsity, estará presente en el Food Tech Summit & Expo México 2018 donde expondrá a través de una divertida y profunda obra de teatro, cómo las megatendencias influyen nuestro día a día, generando nuevas demandas, a partir de investigaciones sobre los valores y estilos de vida de las personas.
Hablar de tendencias y megatendencias significa analizar las fuerzas globales axiales y durables que transforman la economía, los consumos y la vida cotidiana, tanto en los planos más reales y concretos, como en el plano simbólico (qué simboliza ser y tener de determinadas cosas, cualidades, objetivos, etc en un contexto) y también los imaginarios colectivos (un conjunto de parámetros socialmente construidos con los cuales organizamos el mundo y nuestras expectativas sobre él).
Para comprender las megatendencias, es necesario:
- Conocer el contexto social y cultural actual en el que se insertan
- Cuáles son los valores sociales que las sustentan y a su vez
- Qué tendencias concretas y tangibles se desprenden de las megatendencias.
Conocer las megatendencias nos permite entender qué valores y qué demandas construye la gente para sí misma y para los productos.
Condicionada por estos valores y expectativas sociales en el contexto, encontramos las propuestas que la oferta realiza (algunas veces respondiendo directamente a las necesidades presentes del consumidor, otras veces anticipándolas o prácticamente creándolas, al darles forma mediante un producto).
Los valores de cada sociedad determinan el deber ser social en un determinado contexto (lugar y época).
¿Qué valores se destacan hoy?
Preservación: refugiarse en lo íntimo, ganarle al ritmo de vida vertiginoso como estrategia de supervivencia y amparo ante el aturdimiento, la vulnerabilidad y la fragmentación social.
Eficientización: influidos por la velocidad de los cambios y la presencia tecnológica en la vida cotidiana, se busca rendir en la vida moderna, lo que implica el control individual de la energía y de los diferentes planos de la vida (belleza, salud, vínculos, sociabilidad, sex appeal, tiempo y placer). Se procura generar, reponer o liberar energía, con consumos y productos cada vez más personalizados, convenientes y diseñados.
Empowerment: ante el debilitamiento de los garantes institucionales, la responsabilidad por el cuidado recae en la propia persona y ya no puede ser depositada con tanta seguridad en las instituciones (pe. Estado Nación). Se valora entonces la autoconfianza y autocontrol, el Self Management.
Autovaloración: el énfasis actual en el individuo genera autocentramiento (pensar desde y en uno mismo principalmente). Autoestima, autoconocimiento, autoayuda para quererse y poder dar la mejor versión de sí.
Espontaneidad: como contra valor de la eficientización que tecnologiza a la persona, se busca expresar el lado humano que implica ser auténtico, honesto, original/único.
Placer cotidiano: los caminos que aseguran un futuro certero o exitoso se encuentran menos trazados que en épocas anteriores y admiten múltiples lecturas. Ya no se puede esperar a llegar al final del camino para "disfrutar" la vida. Por eso hoy se busca celebrar y exprimir intensamente cada instante, la indulgencia y diversión que descomprima.
Vitalidad: una actitud optimista, vivacidad, disposición de energía física y anímica, jovialidad, dinamismo: estar en movimiento y vigente.
Con estos valores aspiracionales como guía, la demanda del consumidor se inscribe en un ciclo permanente de incorporación y eliminación de consumos para mantenerse productivos como sujetos, evitando algunas cosas y procurando equilibrar otras.