Dom Pérignon P2 es el resultado de una mezcla única que ofrece una experiencia multisensorial e intensa.México.- Dom Pérignon anunció su colaboración con el chef y creador Alain Ducasse, inspirado por Dom Pérignon Plénitude 2: una experiencia única para los amantes del champagne de explorar las plenitudes.
"El tiempo es fundamental en la ecuación de Dom Pérignon", dijo Richard Geoffroy, chef de Cave Dom Pérignon. Tiempo histórico y tiempos modernos, tiempo en el viñedo y tiempo en la bodega son los elementos claves que han unido a Dom Pérignon y al Chef Alain Ducasse.
Excelencia, creatividad y una sucesión de sorpresas se aúnan en el menú creado exclusivamente para P2 1998 que usa técnicas contemporáneas para ilustrar las 3 facetas del vino: intensidad, mineralidad y precisión. Dom Pérignon y Alain Ducasse buscan hacer trascender las sensaciones cotidianas. El poder de inspiración de P2 es inmenso. Cada aspecto es importante, cada detalle, ofrecido perfectamente con una excepcional mezcla.
Dom Pérignon P2 es una nueva faceta del universo de Dom Pérignon. Es el resultado de una mezcla única y al menos 12 años de maduración en bodegas, el mejor escenario para las etapas cruciales de maduración conocidas como plenitudes. El proceso da energía a cada metamorfosis y ofrece a los amantes del champagne una experiencia multisensorial que merece ser el centro de un evento de cata o ritual. Dom Pérignon P2 1998 es la encarnación perfecta de una de las etapas en el ciclo de vida del champagne, condensa la transformación dinámica de un vino misterioso y orgánico.
"Este champagne es el trabajo de un verdadero genio, Alain Ducasse. Dom Pérignon P2, es un champagne en todo su esplendor. Adoro este vino que expresa por completo el mensaje de etérea efervescencia y notas suaves tostadas", declaró Richard Geoffroy.
Notas de cata:
- Cosecha de 1998: La temporada vitícola estuvo marcada por los extremos, con pocas uvas, quemadas por el sol. Posponer la vendimia permitió sacar partido del milagroso periodo que marcó la creación de la añada.
- En nariz: Tras un corto periodo de oxigenación, el vino tiene aroma intenso, completo y radiante, con notas de madreselva, frutas anaranjadas, almendras tostadas y notas yodadas.
- Paladar: La cremosidad que caracteriza la añada se canaliza en una dirección que es atrevida pero acogedora, con un toque de persistencia aromática. El acabado ahumado, penetrante y lleno de energía, lo acaba de equilibrar.