El estilo de vida surgido del aumento en la población y su urbanización, requirió un cambio en la forma de envasar y distribuir alimentos, facilitando su individualización y extendiendo su vida útil para ser consumidos en los centros de distribución final (supermercados, principalmente), cada día más alejados de los puntos de distribución primarios.
Este contexto social impulsó el gran avance en la industria del embalaje, creando envases plásticos multicapas, films más delgados, y diversos materiales utilizados para contener y proteger a los alimentos.
En Chile, el desarrollo de envases es prioritario por la relevancia económica de su industria alimentaria, reflejada en el aumento de la exportación de una gran variedad de productos, tales como salmón, paltas, uvas, vinos, cerezas, etc.
Si Chile quiere lograr su estrategia de ser líder mundial en la industria alimentaria, debe enfrentar los problemas asociados a las grandes distancias que recorren sus productos para llegar a los mercados finales, por ejemplo, los países asiáticos.
Envases con nanotecnología
Es clave seguir extendiendo la vida útil de los alimentos, innovando con tecnologías que estén en la frontera del conocimiento, tales como la nanotecnología. Esta última se basa en partículas extremadamente pequeñas, las que presentan nuevas propiedades que antes eran impensables obtener, y que ahora están disponibles para transformar nuestras vidas. Los envases flexibles inteligentes son un ejemplo de lo que se puede desarrollar utilizando aditivos o partículas nanométricas.
Un envase inteligente, o activo, es aquel que interacciona con el medio externo mediante un estímulo, entregando una respuesta especifica. Un envase tradicional es inerte y solo protege al producto del medio externo, pero un envase con nanopartículas es inteligente porque puede reaccionar activamente con los procesos químicos de maduración de la fruta, y de esta manera posponerla.
El producto estará en un ambiente controlado gracias a la inteligencia del envase que lo contiene. Este empaque inteligente podrá además reaccionar con los microorganismos, eliminándolos.
Muchos de los problemas que enfrentan los alimentos durante su proceso de maduración se relacionan con microorganismos que se alimentan de ellos, por ejemplo los azúcares de la fruta. La incorporación de nanopartículas que liberen agentes tóxicos a estos microorganismos (hongos y/o bacterias), sin alterar el producto, es una excelente alternativa para posponer algunos procesos de maduración.
En un futuro cercano, estos empaques inteligentes informarán directamente al consumidor sobre el estado del producto, específicamente mediante nanopartículas que indiquen visualmente el grado de maduración.
La nueva generación de envases con nanopartículas capaces de proteger mejor al alimento, controlar el ambiente que lo rodea, evitar la aparición de microorganismos, e informar, contribuirán a nuestra economía y a la calidad de vida de la sociedad en general.
Si queremos que los envases inteligentes sean una realidad en nuestro país, la industria de alimento y las universidades deben unirse para aprovechar las potencialidades de la nanotecnología y así generar tecnologías que den valor a la sociedad.