Dentro de la concepción de los diseños de los envases plásticos, el manejo responsable de los materiales en torno a las 3Rs se observa como una tendencia. El packaging que además de su disposición final considere su uso y funcionalidad es un empaque sustentable.
Además de todas las bondades de los envases plásticos en las distintas industrias, se considera relevante su papel en la preservación y vida útil de los alimentos. De acuerdo a estudios realizados por la Universidad de Georgia, hoy en día la población mundial se estima en 6.8 billones y la tasa de crecimiento mundial es de 1%, por lo que se espera que al 2070 las cifras de población actual sean duplicadas, lo cual hace necesario el doble de recursos para mantener al volumen de población.
Considerando que hoy en día al menos 30% de los alimentos se desperdician por falta de un sistema de distribución y de empaques eficientes en toda la cadena de producción (y en los países del tercer mundo, hasta tres cuartas partes de los alimentos se pierden antes de llegar al consumidor), es un reto fundamental para la industria, promover el desarrollo de empaques que extiendan la vida útil de los productos contenidos. Asimismo, el enfoque sustentable de éstos, más allá de la disposición final, aplica desde el uso y funcionalidad del envase para la preservación y reducción del desperdicio de alimentos, los cuales a cielo abierto generan emisiones de gas metano que afectan al medio ambiente.
En conclusión, con una reducción en el desperdicio orgánico, gracias al diseño de envases que cumplan la necesidad de protección del alimento, se genera una reducción de emisiones de gas metano al medio ambiente, y al mismo tiempo al mejorar la cadena de distribución de alimentos, se cumple una función de equilibrio económico y social. Por otra parte, con enfoque hacia el mercado, existe el cuestionamiento de los verdaderos beneficios de los empaques plásticos debido a la confusión que ocasiona al consumidor el “Green Washing”.
La gestión correcta
Si bien es cierto, la contaminación ambiental es una problemática general de todos, el sector privado está haciendo un esfuerzo por el manejo responsable de los materiales en torno a las 3Rs, y se observa como tendencia en la concepción misma de los diseños.
Frente al tema de reducción de plástico, el papel que ha jugado la industria es fundamental, diseñar empaques más ligeros es una tendencia que se ha venido presentando en el mercado, es todo un reto mantener la funcionalidad del producto en cuanto a sus propiedades mecánicas y barrera. La percepción del consumidor hacia el proceso de adaptación del cambio a envases más livianos no es una tarea fácil, sin embargo, se observa que el público cada vez es más consciente del impacto ambiental y esto ha sido un aspecto importante que ha llevado a la industria a promover esta tendencia como parte integral en los diseños de empaques, hoy en día ya se están implementando herramientas de software aplicados a eco-diseño.
Por otra parte, en el mercado latinoamericano, el concepto de reutilización de envases para usos secundarios ha sido una iniciativa promovida creativamente por el consumidor en general y en particular de la base de la pirámide; hoy se comienzan a visualizar en el mercado empaques diseñados específicamente para cumplir una función después del uso, esta tendencia se puede visualizar aplicada en algunos empaques que se convierten en juegos interactivos para niños, lo cual genera además una imagen sustentable hacia el consumidor, se está capturando un interés con un valor diferenciador hacia el mercado objetivo, en este ejemplo: diversión para niños.
Otro factor muy importante a resaltar, es el tema del manejo de la cadena de reciclaje post-consumo, aunque se ha trabajado en incrementar el volumen de reciclaje, las cifras actuales de reciclaje están alrededor del 15% hablando de reciclaje de PET, que representa el mayor volumen. Esto es una clara evidencia de la necesidad de establecer programas entre el sector privado y el gobierno, que fomente actividades que promuevan la cultura ambiental e incentiven a la industria de empaques, usuario y consumidor final como responsabilidad extendida de la cadena.
Sin embargo cabe resaltar, que aunque estos programas se han venido trabajando, deben ir acompañados de la inversión tecnológica hacia la industria del reciclaje, que permitan obtener materiales reciclados de optima calidad que garanticen un correcto procesamiento y control de calidad en las aplicaciones de estos materiales. En resumen, el esfuerzo debe orientarse a generar mayor valor agregado a los productos reciclados.
Finalmente, para poder medir y evaluar el verdadero impacto de toda esta gestión al final de la cadena, es importante vincular la medición del LCA (Life Cycle Assessment) de los productos, para dimensionar y comparar los beneficios de las 3Rs aplicadas a cifras de reducción de impacto ambiental. Hoy en día existen diferentes alternativas de software para realizar los cálculos de Análisis de Ciclo de Vida, también es una opción realizar estudios de tercera parte con entidades debidamente acreditadas que pueden apoyar y asegurar la confiabilidad de la información hacia conocimiento del público y consumidores en general.