Se creó una logística reversa con 500 puntos de recepción en los que se recogen, concentran y compactan
ANDEF (Asociación Nacional de Defensa Vegetal) es una entidad dedicada a promover el uso responsable de productos fitosanitarios en el país vecino. En Agrishow 2011, el director ejecutivo explicó a cómo lograron semejante tasa de retorno y compartió algunas consideraciones sobre las discusiones en torno al uso de estos productos.
Han tenido un considerable éxito para imponer el uso responsable de los envases de agroquímicos. ¿Cómo lo consiguieron?
Primero con una gran inversión en educación y la utilización de todas las estrategias de márqueting que se usan para productos de consumo. Pero dos cosas son fundamentales para el retorno de los envases en Brasil y que seguramente Argentina va a copiarlas. La primera se llama responsabilidad compartida: si hay un problema con un envase, por ejemplo queda en una banquina, un río o un lago, los responsables son el productor, el revendedor y el fabricante. La culpa es de toda la cadena del agrotóxico.
¿Ha habido sanciones?
¡Si, esto es una ley! Si hay un problema se multa y se demanda al productor, al revendedor y al fabricante. Esto hizo que se logre una adhesión de 90%.
¿Y las demás razones del éxito?
El otro punto es que se creó una infraestructura por la cual cuando se compra el producto en la factura ya tiene determinado dónde se tiene que devolver el envase. O sea, cuando el productor compra ya sabe que tiene que devolverlo, no importa si en la campaña actual o en las siguientes, por si le sobra producto. Esta es la segunda razón del éxito. Y el último punto es que se creó en Brasil una logística reversa; tenemos 400 o 500 puntos de recepción en los que recogemos, concentramos y compactamos los envases. Los municipios y pequeñas localidades ceden lugares adecuados para que los recolectemos. Después juntamos, prensamos y los llevamos a una central de reprocesamiento para su reciclado. Pero lo más difícil no es recoger, sino enseñar a hacer el triple lavado, porque hay un protocolo que seguir para hacerlo.
¿Y qué resultados han tenido con estos mecanismos?
Estamos ahora con un 95% de retorno. Y los segundos, terceros o cuartos países que le siguen a Brasil, como EE.UU., Canadá o Alemania, sumados no alcanzan el nivel que tenemos nosotros. Argentina empieza a trabajar pero hay que colocar a todos los eslabones dentro de la responsabilidad compartida con una estructura de logística reversa.
En Argentina el término agrotóxico tiene un fuerte componente ideológico y es usado por agrupaciones ecologistas o ambientalistas para oponerse al uso de agroquímicos en el agro. ¿Ustedes por qué utilizan ese término?
Porque hay una reglamentación legal. Claro que es una deformación. Nosotros los llamamos defensivos agrícolas. De hecho ANDEF era Asociación Nacional de Defensivos Agrícolas y se cambió por Defensa Vegetal. Pasamos como 20 años hablando de defensivos agrícolas. Aquellos que estaban contra nosotros, los orgánicos contra los inorgánicos, los llamaban agrotóxicos, biocidas, de todo. Lo más correcto sería agroquímicos, porque son químicos inorgánicos, y porque lo que hace al veneno es la dosis y no el principio activo. Esto es una victoria de 20 años atrás de las personas contrarias a la industria química, que introdujeron esa denominación en la ley. Nos parece curioso que ahora es aceptado por todos como nombre y tiene un lado positivo: inspira un cuidado más grande con estos productos. Es la única cosa buena de esto. De igual modo, en una farmacia habría que pedir humanotóxicos, que no es verdad. La connotación es más política que práctica y se trata de un problema semántico. Con el nombre que quiera, con estos precios de los granos igual se van a vender una barbaridad.
Desde la incorporación del gen RR por parte de Monsanto la soja ha sido el cultivo que más creció y por ello las entidades ambientalistas lo combaten afirmando que el glifosato es altamente tóxico. ¿Para ANDEF cual es el verdadero nivel de peligrosidad del herbicida, es pertinente querer prohibirlo?
No me parece viable eliminarlo porque hoy es la opción más económica. El problema del uso intensivo, repetitivo del glifosato, es que en algunas regiones se están generando resistencia en algunas malezas. Esto creo que es un problema a combatir con el uso de otros productos. En nuestro mercado la soja es muy importante, con más del 40%, y en Brasil no se piensa en al posibilidad de eliminar el glifosato.
¿Y no representa una amenaza para las napas subterráneas, la microbiología del suelo o las personas?
Yo no creo que represente ningún problema para las personas. Más dramático es el nitrógeno. Para mi el mayor problema es la resistencia de las malezas. Yo pregunto ¿Cuántas personas comen soja en nuestros países? En general se transforma en aceite, harina o se exporta en grano a China. No me quedaría preocupado por esto.
Fuente: Campolitoral