El sector del embalaje y la impresión 3D

En la actualidad, la tecnología nos compromete a estar cada vez más preparados, a actualizarnos y sobre todo a estar inmersos y familiarizados con las posibilidades que ofrece, hablando en particular de los sistemas de impresión 3D, resulta muy relevante para la vida de la industria esta nueva tecnología.
Los equipos especializados de prototipado rápido se han convertido en una herramienta tan útil como necesaria para concebir nuevas alternativas a un relativo bajo costo, pero sobre todo con la inmediatez que los procesos de pronto demandan.

La tendencia de tener una impresora de objetos en casa, de la misma forma que compramos electrodomésticos para resolver funciones cotidianas, permite tener una variedad enorme de posibilidades tanto en materiales como en la calidad del producto final mismo.

En la industria de envase y embalaje, la impresión 3D permite beneficios a las áreas de diseño y comercial:

    1. Contar con la forma final del producto nuevo, resultante de un proceso de diseño que debe considerar la forma final, el tipo de cierre, la configuración de la comunicación visual de la marca y el producto y, sobre todo, que se puede evaluar el producto físicamente y no en pantalla.
    2. Tomar decisiones sobre el futuro del lanzamiento o nueva presentación en cuestión.
    3. Medir las capacidades del envase.
    4. Configurar nuevos sistemas de cerrado.
    5. Medir el impacto con usuarios potenciales, ya que el envase impreso puede verse como el producto final (con la única excepción de no contar aún con un material igual de cristalino que el vidrio).
Los sistemas de producción de prototipos han alcanzado lo que antes era impensable en la industria, y por supuesto que hoy también otorgan a las marcas la alternativa de cambiar de presentaciones, de proponer nuevas marcas o productos y medir el resultado de lo que podría ser el lanzamiento oficial en un focus group, y no tener que esperar al proveedor que pueda producir varios modelos, para mandar hacer moldes y entonces hacer un tiraje o corrida de fabricación piloto.

Este paso se logra omitir en el mejor de los casos, puesto que ya no hay que esperar ni invertir esas cantidades exorbitantes de dinero para contar con una visualización del diseño. Ante este panorama podríamos pensar que los proveedores tienen problemas, sin embargo, no es así, es notorio que el hecho de ya no tener que hacer corridas previas y modelos y moldes que muchas veces estaban a su cargo en tiempo, dinero y esfuerzo, ahora tienen posibilidad de tomar decisiones de la misma forma que los departamentos de diseño, para saber si el envase se transportará, se llenará, etiquetará o codificará de manera adecuada o se tienen que hacer justamente esos pequeños cambios para tener una línea más eficiente.

Lo que no se debe perder de vista es que el prototipo no es un producto final, sino una representación a escala real de la forma, dimensiones y posibilidades funcionales que se le pueden añadir a un sistema de cierre, la ubicación de cintillos de seguridad, la apariencia que puede guardar en el anaquel con la etiqueta, manga o serigrafía (casi en desuso) del envase. Pero es completamente válido su uso para tomar decisiones.

Definitivamente es imprescindible hablar sobre los materiales en los que se concibe la impresión 3D, existen algunos de origen natural como el PLA que es posible disolverlo en thinner, o el más duradero y el adecuado para pruebas de uso rudo que es el ABS.

Ambos son plásticos, ambos de ingeniería, y en muchos casos se ha cuestionado si el uso de esta tecnología promueve la sustentabilidad y la ecología; en mi opinión cumplen esta función. Porque no sólo es el material usado para las pruebas de envases, sino todo el proceso piloto de los proveedores, el uso de resinas, materiales fibras de vidrio o plásticos, tiempo, dinero y esfuerzo invertidos para obtener las primeras piezas de productos que muchas veces no son ni siquiera viables en producción y, cuando ocurre, solamente es el uso indiscriminado de recursos al servicio del posible resultado a obtener.

Es imprescindible adquirir este tipo de tecnología, por algunos cientos de dólares de inversión, se pueden reducir emisiones contaminantes, ganar tiempo en pruebas de viabilidad y obtener productos que se crean para un fin específico en pocas horas.

Con la impresión 3D se puede medir todo lo medible y obtener información de primera mano para mejorarlo, cambiarlo o simplemente decidir avanzar en las fases de planeación de la producción. Es un arma muy poderosa al alcance.

La impresión 3D en el sector del embalaje

Actualmente, los sistemas de obtención de productos impresos inclusive permiten a los desarrolladores de sistemas de embalaje tomar más y mejores decisiones. Todos los sistemas hoy en día se alimentan con datos y es necesario saber que se hará con ellos.

Los retos que enfrenta la industria son los relacionados con la temporalidad y la prontitud con la que se pueden distribuir las mercancías en los centros de distribución y, por tanto, de consumo.

La sociedad ha ido evolucionando de la misma forma en que la tecnología y la industria se han adaptado a creaciones propias (como teléfonos inteligentes, internet, obtención de información de cualquier tipo en la palma de la mano) y esto ha marcado una pauta sin precedentes en la manera de requerir ahora las respuestas de la producción, ese tan anhelado lanzamiento del producto.

La industria del transporte con sistemas de embalaje propuestos desde un departamento de diseño y de la mano de un proveedor de maquila de dichos sistemas tiene dos principales retos y metas por cumplir: no transportar aire y llegar al lugar más lejano en el menor tiempo posible.

Esto se ha hecho por muchos años, sólo que ahora a la fórmula hay que sumarle las posibilidades tecnológicas de los usuarios y el tiempo reducido para completar las misiones de distribución, debido a que la prisa con la que hoy en día las empresas buscan implementar sus producciones en el mercado obedece a la visión y esquema de trabajo tan tecnológico; sin embargo, no es sólo un reto logístico, sino que se ha convertido en un estilo de trabajo, poco a poco ha ido permeando a todas las áreas funcionales de la industria.

Por último, la industria enfrenta otro reto, la cantidad de basura que se genera con los cartones o insertos o el material (no siempre ecoamigable) utilizado para proteger los productos.

Sería de gran valor que con la tecnología de impresión 3D se contara con maquetas de sistemas de regreso de embalajes bajo la premisa de que el transporte que siempre lleva productos, regresa a la ciudad de origen, al menos en cierta regularidad

Se debe pensar en sistemas de transporte de bebidas que no vengan ya en corrugados, sino que sean trasladados como toda la panadería empacada que compramos en el supermercado. Tener en la cabeza que el embalaje protege al momento de la exhibición del producto y es un material plástico de reúso (no reciclable).

Los procesos logísticos deben poner en la mesa las necesidades del uso más eficiente y eficaz de los embalajes para impactar positivamente en la cantidad de toneladas diarias que se desechan. Más de 70% de la basura está conformada por los sistemas de envase.

Todas las áreas deben estar plenamente involucradas, de no empezar a tomar las medidas pertinentes, se llegará al punto de no regreso con la contaminación.

*AUTOR: Gonzalo Hernández. Académico de tiempo en el Departamento de Arte, Diseño y Arquitectura de la Universidad Iberoamericana de Puebla. / [email protected]