Las empresas redoblan la apuesta y se comprometen a ser parte de una cadena de valor 100% verde. Ejemplo de ello es el proceso de manufactura del papel. ¿Por qué es necesario que las compañías inviertan en políticas de producción que respeten el medio ambiente?
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 2011, Año Internacional de los Bosques. Si bien, gracias a políticas de concientización y a las acciones de responsabilidad social empresaria implementadas por empresas, la tasa de deforestación mundial se redujo 37%, todavía hay mucho por hacer, sobre todo en Sudamérica y África en donde la principal causa de deforestación es la conversión de tierras forestales a la agricultura y la urbanización, según datos de la Food and Agriculture Organization of the United Nations (FOA).
Los árboles, y todo el ecosistema que ellos generan, son una parte fundamental para mantener el equilibrio en el planeta. En este sentido, hacer hincapié en el cuidado del medio ambiente es fundamental a la hora de implementar nuevas prácticas de producción. Entonces, ¿qué rol juegan las empresas a la hora de comprometerse con la Tierra? ¿Cuáles son las normas que deben cumplir para respetar los estándares ambientales?
En el caso particular de certificaciones que abarquen temas ambientales se presentan dos opciones FSC (Forest Stewardship Council) e ISO 14.001.
El FSC es un estándar de certificación elaborado para la certificación de bosques (nativos y plantaciones); este estándar de manejo forestal está orientado únicamente a empresas relacionadas con el sector forestal e involucra aspectos ambientales, sociales y económicos. Dentro de la certificación FSC se cuenta también con certificación de la trazabilidad de los productos obtenidos a partir de los bosques certificados, esto es lo que se conoce como cadena de custodia y es aplicable a las industrias relacionadas al sector forestal como aserraderos, imprentas e industrias papeleras, entre otras.
La norma ISO 14.001 es una norma de sistema de gestión ambiental a la cual puede acceder cualquier tipo de organización independientemente del rubro al cual se dedique. Esta certificación asegura que la organización desarrolló e implementó una política y unos objetivos que toman en consideración los requisitos legales y otros significativos en referencia al ambiente.
Gabriel Arnaboldi, Auditor Líder FSC de SGS, afirmó que actualmente en Argentina hemos emitido nueve certificados de manejo forestal FSC y treinta y siete de cadena de custodia. Si bien las empresas certificadas en manejo forestal se han mantenido relativamente constantes en los últimos años, las certificaciones en cadena de custodia en los últimos tres años se han triplicado principalmente en aquellas empresas relacionadas a procesamientos de papel.
Explicó que en lo que se refiere a certificaciones de manejo forestal solo una de estas empresas maneja bosques nativos, el resto hace manejo de plantaciones. Señaló que la causa de este lento crecimiento se debe a que las empresas vuelcan gran parte de sus productos al mercado interno el cual aún no ve como algo diferencial al sello FSC (contrario a lo que sucede con los mercados internacionales).
De acuerdo con SGS, las oportunidades que brinda la certificación FSC a una organización es que permite diferenciar su producto con una marca común reconocida, abre las puertas a nuevos mercados o permite el mantenimiento de los mismos ya que los mercados internacionales están exigiendo cada vez más productos que provengan de fuentes certificadas o reconocidas. En algunos casos puntuales las empresas pueden acceder a mejores precios.
Papel verde
La industria del packaging en Argentina se consolida como un sector importante. El país forma parte de un bloque referente y fuerte a nivel mundial lo que muestra que a nivel comercial representa una industria sólida. Según datos del sector, la industria del envase y embalaje en Latinoamérica es una de las más dinámicas globalmente, con crecimientos de 4.5 y 5% anuales, incluso más altos que el crecimiento promedio del PBI en la región.
¿Pero, por qué es importante acceder a la certificación FSC, u a otras certificaciones ambientales? Florencia Santiago Cadelago, responsable de la cadena de custodia FSC de la Papelera Río Quequén (PRQ), afirmó que son estándares internacionales que acreditan que lo que uno hace está dentro de los parámetros permitidos. Estas normas certifican que es verdad que nuestra producción esta realizada en un 100% a base de papel recuperado post consumo.
Y agregó: En la auditoria, no sólo nos ven a nosotros sino que visitan a todos nuestros proveedores para certificar que lo que ellos nos venden es todo papel recuperado post consumo. Papelera Río Quequén es la primera fábrica de papel en la Argentina, la segunda en Latinoamérica y la tercera a nivel mundial en obtener el certificado FSC 100% Reciclado.
La utilización del papel es otro de los ejes fundamentales al momento de pensar en el punto de contacto del cuidado del medio ambiente y las políticas productivas que llevan adelante las empresas. El papel reciclado tiene los mismos usos que el tradicional, y si bien tiene un aspecto diferente propio de su elaboración, su funcionamiento en la máquina es óptimo, pudiendo plasmar cualquier tipo de trabajo de impresión en él.
Qué significa tener la FSC
Permite identificar el origen de un producto, garantizando su calidad y el buen manejo que ha tenido en el proceso de producción.
Incentiva la conciencia ambiental sobre el sostenimiento y preservación de los recursos naturales, en este caso, los bosques.
Las empresas que aspiran a poseer el certificado se comprometen a no atentar contra los derechos de los pueblos indígenas a poseer, usar y organizar sus tierras, territorios y recursos, a mantener o elevar el bienestar social y económico de los trabajadores forestales y de las comunidades locales, y a tener en cuenta los beneficios del propio bosque para asegurar su viabilidad económica.
Se minimiza el impacto ambiental, entendiendo que todo desarrollo forestal debe conservar la diversidad biológica y sus valores asociados, recursos de agua, suelos y ecosistemas frágiles y únicos, además de paisajes.
Además, se obliga a mantener los bosques naturales, a no talar bosques primarios ni secundarios bien desarrollados o lugares de gran importancia ambiental, social o cultural. Las plantaciones, únicas generadoras legítimas de madera, deben proporcionar beneficios al tiempo que reducen la presión sobre los bosques naturales y promueven su restauración y conservación.