Muchas personas se preguntan ¿cuál será el siguiente destino de la impresión en 3D aditiva de fabricación para la industria del empaque?
Una de las ideas en discusión es la 'fabricación personal'. El concepto es que cada vez más, los consumidores crearán los objetos que necesitan desde sus propios escritorios. Según este argumento, con una impresora en 3D en cada hogar, la naturaleza del mercado global evolucionaría desde un estado de interdependencia globalizada a un modelo que se parece más a la auto-suficiencia de una sociedad agraria. El único problema con este modelo es que aún se encuentra en un futuro distante.
La impresión en 3D aún no alcanza el nivel de sofisticación necesario para satisfacer todo el espectro de funciones productivas con la suficiente eficiencia y economía, como para que sea práctico que cada persona tenga su máquina en casa.
Otra idea que está rápidamente ganando terreno, y una que creo tiene más sentido, es la 'personalización masiva' o ‘personalización de productos’. Con algunos vistosos intentos en áreas como los productos deportivos, el mercado de la personalización masiva es una respuesta a los tiempos cambiantes que vivimos. Por un lado, la demanda viene de los consumidores que quieren algo más que productos masivos e iguales para todos. Por el otro lado, la personalización masiva es una respuesta a la creciente competencia global. En este contexto, los fabricantes harán casi cualquier cosa para mantener y cultivar su participación de mercado y procurar que los clientes vuelvan a escoger su marca.
Ciertamente hay varios desafíos que sortear antes que la personalización masiva se vuelva el estándar de la industria. Joe Flaherty, del ‘blog Replicator’, resume muy bien cuáles son estos desafíos. Su argumento principal es que hay una serie de barreras sicológicas y sociales que aún no se sabe si seremos capaces de superar.
Si bien es posible debatir ambas tendencias y vislumbrar planes a futuro, aún falta por discernir el aquí y ahora, qué pasa hoy con la impresión en 3D. Hoy en día muchos países están enfrentando desafíos económicos, o se preparan para hacerlo.
En términos simples, las economías avanzadas no están fabricando y vendiendo suficientes productos reales. Y las que sí lo hacen, no son eficientes o carecen de un estándar lo suficientemente alto como para competir. De ahí frases como 'demasiado grande para caer' y prácticas como la flexibilización cuantitativa. ¿Suena familiar?
Es aquí donde creo que la impresión en 3D puede hacer una diferencia real. La impresión en 3D, quizás más que ningún otro elemento, es una herramienta que ofrece un ciclo más rápido entre diseño y producción para la industria sel empaque. La impresión en 3D se trata de mejorar la relación precio-calidad del producto final.
Y hasta ahora, la elaboración de prototipos era la mayor interrupción en la cadena: la única parte del proceso productivo que aún no se incorporaba a la era de la automatización. Los programas CAD se hicieron cargo de la fase de diseño y el software CAM, de la fase productiva. La elaboración rápida de prototipos fue la última etapa en actualizarse (¿quizás la deberíamos llamar CAP, por' Computer aided Prototyping'?)
Más importante que la fabricación de piezas personalizadas y exclusivas para el hogar o uso personal, la tecnología de impresión en 3D es el medio más eficiente y efectivo para modelar y probar nuevos e innovadores bienes de producción masiva (con énfasis en 'producción masiva'’).
Con esta tecnología al alcance de la mano, los ingenieros y diseñadores de productos ahora literalmente vuelan a través de los tediosos ciclos de creación de prototipos que antes les tomaban semanas o incluso meses. Y con un sistema de elaboración de prototipos más eficiente y efectivo no solo consiguen menores costos, también pueden ofrecer un mejor producto final.
Este es el potencial de la impresión en 3D y es aquí donde debiéramos concentrar nuestros esfuerzos hoy, en mejorar la competitividad de industrias tradicionales como la automotriz, de defensa, bienes de consumo, electrónica y otras. Y a juzgar por los eventos mundiales, el momento preciso es ahora.