El placer de las pequeñas cosas

Cada vez más estudios científicos demuestran que felicidad, alimentación y salud están estrechamente relacionados. Es evidente que llevar una vida sana contribuye a que nuestra actitud sea más positiva. En este sentido, “hygge” es un momento de profunda conexión con nuestro interior.

Es un sentimiento de convivencia con cualidades de bienestar y satisfacción. Si tuviéramos que traducir hygge (huga), evocaríamos conceptos como “acogedor” o “bienestar”, pero ningún término se ajusta con precisión porque, en realidad, es mucho más que eso. Es una actitud ante la vida: ser uno mismo, dedicar tiempo a lo que nos da felicidad y disfrutar de las pequeñas cosas que aportan calidez.

Es estar en paz con el entorno más cercano y sentir el calor y el placer de disfrutar de la compañía, pero también de la soledad en determinados lugares y momentos. Es lograr un estilo de vida que brinde tranquilidad y felicidad.

“Un buen estilo de vida es aquel que permite regular el cuerpo, es decir, a mantener todos los sistemas del organismo en buen funcionamiento, desde el sistema digestivo hasta el nervios. Por supuesto que es natural que el cuerpo se desgaste y enferme, pero hay que ver con qué frecuencia.

"Hay que considerar que uno de los aspectos que crean mayor problema en los diferentes sistemas del organismo es el estrés y los problemas de alimentación. Es aquí donde las personas deben observar cómo se están alimentando y por qué se están estresando”, explica Jñana Dakini, Fundadora de Yoga Espacio, uno de los principales centros de Yoga en la Ciudad de México.

Para disfrutar de una vida más saludable, además de tener una dieta equilibrada, es recomendable hacer ejercicio físico regularmente. Por ejemplo, el yoga es un ejercicio que tiene la capacidad de mejorar no sólo la mente, sino también el cuerpo. Está diseñado para lograr el equilibrio y la paz, ese estado de felicidad y bienestar mientras que a la vez fortalece la salud general del cuerpo.

“"El yoga trabaja a dos niveles. El primero es en la disminución del estrés, al final de una buena clase de yoga  se obtiene tranquilidad, la cual se puede mantener por más tiempo cada día. Por otro lado, las posturas de yoga inciden en los diferentes sistemas. En un principio donde se nota un mayor efecto es en el sistema músculo-esquelético, lo cual ayudará a formar un cuerpo más fuerte y flexible"”, indica Dakini.

“Conforme la practica de yoga se hace de forma mas disciplinada se crean condiciones para que el metabolismo se regule y aunque el yoga en sí misma no es una actividad dirigida a bajar de peso, al regular el metabolismo y el funcionamiento de ciertas hormonas se empiezan a disolver las grasas de forma distinta y se cambian hábitos alimenticios. Se inicia una mayor conciencia para un cuidado más integral”, agrega.

Pero, ¿cómo se conecta mente, cuerpo y alma con la alimentación? De acuerdo con la especialista, cuando nos encontramos en una emoción aflictiva, de estrés, frustración, enojo o miedo, se generan sustancias dañinas que demandan cierto tipo de alimentos que no son buenos. Una persona estresada va a buscar azúcares, grasas, alcohol, entre otros, pues su cuerpo se lo está pidiendo por el tipo de sustancias que está segregando a partir de esas emociones.

La especialista también refiere que se puede tener conciencia a la hora de decidir comer sano, entonces se buscan los mejores productos alimenticios, pero si hay estrés en el trabajo, las sustancias que provocan dicho estrés no harán que se desee una ensalada sino otro tipo de alimentos.

Por esa razón, no hay un consumo sano, ya que no va acompañado de un trabajo o actividad que elimine el estrés y la ansiedad. La mayoría de las personas comen por ansiedad, y si esto no se reduce, así como el estrés, no habrá buenos hábitos alimenticios.

“"El balance básicamente tiene que ver con cantidad y calidad, es decir, se trata de buscar alimentos que son de calidad y en las cantidades adecuadas. Cada persona debería hacer su propia investigación a partir de las cosas que le gusta comer, y disfrutarlas. Aquí entra el concepto de conciencia y qué es lo que se quiere hacer o lograr"”, señala Dakini.

Actitud positiva y mejores estilos de vida

"Hablando de la búsqueda de la felicidad y el equilibrio emocional, de la alimentación, del ejercicio físico y otras actividades que sean del agrado de cada individuo, ¿qué otros factores influyen para alcanzar el bienestar? “El cuerpo no solo es lo que comemos, es también lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hacemos, entonces todo tiene que estar balanceado e ir de la mano, además debe ser congruente y equilibrado”", observa la especialista.

Y añade: “eso no significa que una persona nunca se estrese o se enoje. Eso es imposible, simplemente se debe aprender a regular las emociones, y no es que el estrés se vaya ir al 100%, es algo que va a estar presente pero se tiene que ir regulando y evitar que se vuelva crónico. El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante una situación desconocida, pero cuando está presente las 24 horas del día es entonces que empieza a ser problemático”.

“"Una actitud positiva tiene que ver con hacernos la siguiente pregunta: ¿realmente me interesa mi felicidad y mi salud? Si la respuesta es sí, es el momento de hacer cambios que van desde alimentación hasta darse tiempos de descanso y esparcimiento, pero para ello primero debe haber toma de conciencia"”, enfatiza Dakini.

“"¿Cómo ser feliz con lo que tenemos? Un problema del mundo actual es que obliga constantemente a pensar que más es mejor creando más necesidades de las que son importantes. Ante esto, es preciso tomar conciencia y pensar en lo que realmente nos hace sentir felicidad y bienestar de forma duradera"”, subraya.

"“Todo empieza con la pregunta, ¿en realidad quiero ser feliz?, ¿le quiero apostar a mi felicidad?, ¿qué tanto me aprecio?, ¿qué tanto me valoro?, ¿cuál es la vida que quiero llevar? Todos los seres humanos tienen derecho a alimentarse bien, a tener un tiempo de esparcimiento y descanso, la tarea es que cada uno haga y busque lo que necesite, establecer prioridades, sin permitir que los domine el estrés, la ansiedad o algún otro factor de carácter material"”, apunta.

“"El bienestar requiere de una vida de calidad: alimentos de calidad, esparcimiento de calidad, hacer ejercicio de calidad, relaciones humanas de calidad, actividades de calidad, es decir, que todo sea de calidad. Hay que buscar calidad más que cantidad"”, aconseja Jñana Dakini.

En conclusión, el concepto de felicidad hay que incorporarlo a nuestra vida con pequeñas acciones para lograr una atmósfera agradable, y así lograr que nuestro día a día este repleto de momentos hygge, un estilo de vida de profunda felicidad, tranquilidad y bienestar, para disfrutar de nuestro entorno, de los alimentos, del hogar, del trabajo, etcétera. Se trata de ser más felices con lo que ya tenemos (y, que a veces, no sabemos apreciar).

Autor: Griselda Vega, Editora General de Contenidos de la Revista Énfasis Alimentación.