Los investigadores utilizaron el ácido poliláctico que se obtiene de maíz, trigo, arroz o suero de leche, entre otras materias renovables
Científicos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Unidad Hermosillo, desarrollaron un bio-envase antioxidante a partir de ácido poliláctico (PLA) y alfa-tocoferol (vitamina E).
Los investigadores utilizaron el ácido poliláctico que se obtiene de maíz, trigo, arroz o suero de leche, entre otras materias renovables, y como aditivo emplearon alfa-tocoferol que le da una característica antioxidante al envase.
La doctora Herlinda Soto Valdez, investigadora titular del CIAD, junto con las maestras en ciencias Francisca Manzanares López y Elizabeth Peralta desarrollaron estos envases para alimentos grasos como aceites vegetales, cremas, quesos y chocolates.
Soto Valdez indicó que estos envases se emplearán en alimentos ricos en grasas insaturadas, susceptibles a la oxidación y para detener dicho proceso se le adicionó vitamina E, sustancia que contribuye a prolongar su vida de anaquel y evita, en el caso del aceite, cambie su sabor.
Las características de este envase son útiles ya que protegen los alimentos de la oxidación durante su almacenamiento. Además es un material obtenido de fuentes renovables que cuando se deseche podrá degradarse en un tiempo corto, sobre todo en condiciones de composta, indicó.
El ácido poliláctico es un polímero usado en contenedores de alimentos y puede procesarse en equipos convencionales como charolas, botellas o películas de protección para envases. En este caso, adicionándole vitamina E, se mantiene intacto mientras no se someta a condiciones en las que microorganismos puedan atacarlo como sucede a temperaturas altas y humedad.
La especialista comentó que produjeron este envase a nivel de planta piloto, luego comprobaron su funcionalidad con alimentos grasos y determinaron que la liberación de alfa-tocoferol en el aceite de soya prolongaba la vida de anaquel del producto, además de que no se oxidaba.
La investigación está concluida, y su aplicación se enfoca a envases de aceites vegetales, aunque podrá tener uso en otros alimentos o fármacos. En la actualidad, las expertas del CIAD estudian los efectos aditivos antioxidantes de residuos agroindustriales, en el caso particular de la industria vitivinícola.
Fuente: El Informador