Las empresas deben apostar a productos verdes para continuar procesos de negocio ante consumidores preocupados por medio ambiente, coinciden especialistas en el marco del Food Tech México 2018.
Desde su punto de vista, las compañías tienen mucho potencial de negocio con estas demandas sostenibles y señaló que el trabajo de responsabilidad social a nivel productos debe emocionar siempre a los consumidores.
Cualquiera que viva en la tierra tiene un estilo de vida y necesita de recursos. El consumo de recursos eventualmente nos ocasionará a todos problemas. De allí que sea importante apostarle a la sostenibilidad, sentenció.
Por su parte, Javier Morán, Director del Instituto Universitario de Innovación Alimentaria, explicó que el etiquetado frontal de semáforo desencadena procesos neurobiológicos semejantes a los que utilizan las personas que hacen dietas exitosas y que eligen productos más saludables.
De acuerdo con el experto, este tipo de etiquetado inhabilita la estrategia de la GDA, que exige al consumidor hacer cálculos matemáticos.
Al respecto, agregó que el etiquetado frontal de semáforo es más atractivo, más confiable y más informativo comparado con otros.
El etiquetado nos ayuda a la elección de alimentos y el consumidor se interesa cada vez más por interpretar lo que dicen las etiquetas. En este sentido, las compañías deben ocuparse más en simplificar la información, apuntó.
En su oportunidad, Mariela Mociulsky, a través de una obra de teatro planteó la vida de una familia millenial donde hay varios cambios en el contexto de las personas y de cómo éste impacta en el consumo.
Los cambios en el contexto y consumidor implican nuevas demandas y mayores exigencias. La alimentación ocupa un rol fundamental en la búsqueda de bienestar, refleja de una manera individual de cuidarse, prevenir y gratificarse.
En otro contexto, Robert Hoffman, socio y consultor de Homera, abordó el desperdicio de alimentos a nivel global destacando que anualmente se desperdicia un tercio de los alimentos que se producen. Por ejemplo, en América Latina se desperdicia alimento con lo que se podría alimentar a 300 millones de personas.
Hoffman expresó que se deben tomar acciones de responsabilidad social y con el medio ambiente con el objetivo de convertir a la industria de alimentos como un ejemplo. Dijo que además de que se pierde dinero en grandes cantidades de alimentos desperdiciados se pierden nutrients esenciales y recursos naturales como el agua, y enfatizó que para atender esta problemática se están tomando medidas a nivel global para que cada región del mundo pueda.