Internet se ha vuelto una herramienta más dentro del esquema comercial de toda compañía que busque llegar al consumidor actual.
Para cualquier organización, tener un sitio web durante los años noventa, simplemente era un plus; actualmente contar con medios digitales y electrónicos que nos pongan en cercanía con el cliente para conocer sus expectativas, es una necesidad.
Si alguien hubiera preguntado hace una década ¿Cuál es la función de una empresa? simplemente hubiera contestado que todo se resumía a producir y comercializar bienes y/o servicios, para obtener utilidades o beneficios mediante la satisfacción de las necesidades y deseos del mercado, sin embargo este proceso cada día se vuelve más complejo, los hábitos de consumo están cambiando a una velocidad vertiginosa, por ejemplo: hace un par de años las grandes firmas de productos lácteos; específicamente leche, contaban con un portafolio de tres productos como máximo (leche entera, light y semidescremada), ahora tardaríamos horas en identificar todos los productos que maneja una empresa de este tipo (leche con omega 3, con fibra, baja en grasa, etc)
Otro ejemplo es la empresa Fomento Económico Mexicano, mejor conocida como FEMSA; embotelladora y distribuidora más grande de Coca Cola en el mundo, la cual en últimas fechas decidió apostar por una diversificación de producto basada en el comportamiento actual de los consumidores, agregando a su línea de bebidas carbonatadas, bebidas saludables sin gas, como Jugos del Valle, Agua de los Ángeles y recientemente Fuze Tea (antes Nestea). Frente a esta situación los canales de comunicación, venta y distribución alternos, se vuelven básicos en un mundo comercial complejo como el actual.
Todo esto parte de que actualmente nos encontramos con un consumidor que es atraído por lo alternativo, busca experiencias de marca, se declara abierto a productos innovadores que permitan comodidad y disminución de tiempo en sus actividades cotidianas, es un verdadero cazador de ofertas racional que busca movilidad y portabilidad gran parte del día a través del internet y los dispositivos móviles, puede ser compulsivo y reflexivo, derrochador y ahorrativo… todo un caso de estudio, dentro de sus valores destacan temas como la seguridad, simplificación, exigencia, personalización pero sobre todo comunicación. Consumidores que no sólo informan, sino que buscan ser parte de las marcas y se convierten en emisores de los atributos y defectos del producto hacia otros individuos.
¿Los consumidores han entrado en una era de cambio o el cambio ha existido siempre? La realidad es que el cambio ha existido siempre, para que una empresa hoy en día tenga éxito en los negocios, debe tener en cuenta que el cambio en los hábitos de consumo no sólo da origen a las amenazas, sino que son materia prima de oportunidades que permiten una evolución organizacional. Evolución necesaria para entender que hemos pasado de una era de transacción a una de relación cliente-empresa.
El consumidor actual antes de iniciar un proceso de compra, busca informarse sobre las ventajas y características que le puede proporcionar un determinado bien o servicio a través de referencias y opiniones en internet, por dicha razón es vital que las organizaciones contemplen esta herramienta dentro de su esquema comercial.
Pero ¿Cómo mi empresa puede adaptarse a un constante cambio en los hábitos de consumo? La respuesta es sencilla; Kevin Roberts, un gurú del marketing en su libro Lovemarks, menciona que “cuando soplan vientos de cambio, hay que construir molinos, no paredes”.
El e-marketing es una serie de actividades que van más allá de crear únicamente sitios web, hablamos de una estructura eficiente que integra el marketing estratégico y el internet para cambiar los hábitos organizacionales y la manera en que las marcas interactúan con el consumidor. Podríamos decir que el e-marketing son todas aquellas acciones que se realizan online incluyendo sitios web, buscadores, redes sociales como facebook, youtube y twitter con el objetivo de conocer específicamente al consumidor… “un molino en vientos de cambio”.
El internet se ha convertido en la actualidad en una herramienta indispensable en el mundo de los negocios, es un medio por el cual podemos promocionar y comercializar nuestros productos o servicios de una manera global, rápida, a menores costos y de una forma más interactiva, obteniendo como resultados un incremento considerable en nuestras ventas a diferencia de empresas que trabajan bajo un sistema convencional.
El creador del término Buyology; Martin Lindstrom en una de sus publicaciones comenta que resulta prioritario en esta época que “las marcas no se limiten a hablar. Deben también aprender a escuchar y reaccionar según la información proporcionada por el consumidor”.
De acuerdo al estudio sobre hábitos de los usuarios de internet en México, generado por La Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) en Mayo del presente año, el 36.14% de los mexicanos (40.6 millones) son internautas que participan en la red en promedio de 4 a 6 horas diarias; situación que ha generado que las compras por internet en nuestro país, tuvieran un crecimiento mayor al 25% con referencia a las cifras presentadas en el 2010 por dicha asociación, alcanzando los 24 mil millones de dólares en ventas.
En México las micro y pequeñas empresas representan el 98.8% del total de negocios establecidos formalmente. Este dato estadístico publicado por el gobierno federal en el 2010, marca un punto de referencia hacia el desarrollo económico y comercial del país. Si a esto le agregamos que tan solo 5.8% de estas micro y pequeñas empresas utilizan el internet como herramienta de trabajo, este panorama nos da entender que contamos con un enorme campo virgen para implementar nuevas estrategias de mercadotecnia basadas en la utilización adecuada de las tecnologías de la información dentro del mundo de los negocios.
Para todas aquellas empresas que aún no han iniciado operaciones bajo este sistema, deben tomar en cuenta que aún no es tarde, pero deben agilizar y tomar una decisión tan pronto como sea posible, por la sencilla razón de que la competencia y los hábitos de consumo no son un factor estático y se mueven a gran velocidad. Cualquier pequeña o mediana empresa sabiendo hacer uso de la tecnología puede estar a la altura de las grandes corporaciones.