El Internet de las Cosas (IoT), junto con otras tecnologías nuevas y emergentes relacionadas, posee el potencial para cambiar y mejorar las ciudades inteligentes. La última ha sido la industria agrícola que ha decidido implementar estas tecnologías para crear una agricultura inteligente, un concepto de gestión que, a través de la tecnología, logra aumentar de forma sostenible la cantidad y calidad de los productos. En otras palabras, los datos y la tecnología moderna representan el futuro de la agricultura.La agricultura es una industria que no es ajena a las tecnologías disruptivas, especialmente cuando se trata del Internet of Things (IoT). Este es un buen desarrollo dentro de un mundo globalizado que experimenta escasez de alimentos en varios lugares. Sin embargo, IoT no es una panacea en la agricultura o en la industria alimentaria, siempre y cuando el pensamiento fundamental permanezca sin cambios.
Además del blockchain y la Inteligencia Artificial, IoT es una de las principales tendencias que está cambiando la industria TI desde cero. Es un tipo de red donde los objetos inteligentes se conectan entre sí y con el mundo exterior a través de internet. En este tipo de comunicación inteligente, se utilizan sensores y procesadores. Cada vez más, la red integral está incluyendo otros elementos, como viñedos y campos, en términos reales.
Pero ¿cómo usan los agricultores las tecnologías de IoT?, ¿cómo se benefician los consumidores, que son cada vez más críticos y buscan una agricultura sostenible?, ¿y cómo evita IoT alejar a los agricultores de su responsabilidad social?
Por lo tanto, cada vez más viticultores confían en los sensores distribuidos por los viñedos para enviar datos ambientales, imágenes de aviones no tripulados e información sobre la composición de las hojas a las plataformas en la nube. Allí se visualiza y ofrece una mejor visión general, y sirven como base de planificación para el trabajo diario.
Por ejemplo, los análisis con herramientas como Power BI y Cognitive Services, crean un valor agregado adicional y pronósticos para la condición del viñedo. Por lo tanto, los productores de vino no sólo pueden planificar mejor su trabajo diario, sino también saber que sus viñas y uvas siempre están bien protegidas.
APLICACIONES DE LA IoT EN LA AGRICULTURA
Hay numerosas áreas de aplicación para IoT en la agricultura. Aquí hay algunos términos clave que puede encontrar una y otra vez:
- La Agricultura de Precisión (Precision Farming) es un método que persigue el objetivo de administrar las tierras agrícolas de manera específica y diferenciada.
- La Ganadería de Precisión (Precision Livestock Farming) extiende esta área a la ganadería.
- La Tecnología de Velocidad Variable (Variable Rate Technology) es una subdivisión de la Agricultura de Precisión y un método para la labranza del suelo de impacto parcial o específico del sitio, que utiliza DGPS y otras tecnologías.
- El monitoreo del rendimiento en la producción sirve, entre otras cosas, para chequear el flujo de granos, el contenido de humedad y la cosecha total.
- La Irrigación Inteligente (Smart Irrigation) está diseñado para mejorar la eficiencia del consumo de agua para reducirla y conservar los recursos.
- Los Sistemas de Gestión de Granjas (Farm Management Systems) proporcionan a agricultores y accionistas de grandes fincas información sobre todos los procesos y la capacidad de optimizarlos y controlarlos con precisión.
Para el año 2050 podría haber hasta 10 mil millones de personas viviendo en el mundo, todos necesitarán alimentos y desarrollarán mayores demandas, por ejemplo, de más carne y productos lácteos. Para satisfacer estas demandas, la producción agrícola debería incrementarse en alrededor de dos tercios para ese año.
En particular, el agua, los suelos fértiles y la biodiversidad deben utilizarse y conservarse de manera más inteligente, y sobre todo de manera más efectiva. Si esta tendencia caótica continúa, las cosechas caerían hasta en 12% en los próximos 25 años. El hambre sería un problema aún mayor de lo que es hoy para grupos de población específicos.
¿Esto también aplica para los países progresistas del primer mundo? Según diversos estudios la agricultura europea está progresando muy lentamente en términos de protección ambiental y conservación de la naturaleza. El uso de pesticidas y la destrucción de ciertos hábitats están incluso yendo hacia atrás desde un punto de vista ambiental.
IoT no es la primera aplicación del mundo digital en la agricultura. Durante dos décadas, la agricultura ha estado utilizando todas las posibilidades técnicas para diseñar los procesos respectivos de la mejor manera y más precisa posible (agricultura de precisión) y para optimizarlos a través del control inteligente (agricultura inteligente). Sin embargo, a menudo esto no ha llevado a una agricultura más sostenible, mejor y más saludable.
CÓMO NO MORIR DE HAMBRE: HIDROPONÍA
La hidroponía es el arte de cultivar plantas con agua. La palabra proviene del griego "hidro" (agua) y "ponos" (trabajo). El concepto fue ampliamente descrito en 1930 en la Universidad de Berkeley por el Dr. W. E. Gericke, pero este método cultural ha existido por mucho más tiempo.
Éstos son algunos de los beneficios más impresionantes de la hidroponía:
- Menor consumo de agua (por ejemplo, una ensalada simple en la producción tradicional requiere aproximadamente de 20 a 30 litros de agua, con hidropónicos sólo 2 litros)
- Aprovechamiento óptimo del potencial genético de una especie vegetal.
- Mejor control del suministro de nutrientes.
- Mejora el rendimiento y la calidad.
- Crecimiento más corto para diferentes variedades.
- Uso más eficiente del espacio disponible.
- Ahorros considerables o incluso renuncia completa a los fertilizantes.
- No se requieren herbicidas.
IoT es un concepto moderno. Si la mentalidad de los agricultores no es tan moderna y progresista, entonces la agricultura no se beneficiará de IoT. La agricultura inteligente no puede hacer felices a las personas y los animales por sí sola. Como siempre, todo el potencial de una tecnología está en manos de quienes la usan. Sin embargo, la tecnología no nos quita ninguna responsabilidad. Creer esto plantea un dilema moral del Siglo XXI.