Con las mejoras en sus propiedades, se ha comprobado que el nuevo material puede ser utilizado en la fabricación de envases alimentarios mediante inyección y termoconformados, expone el AIMPLAS.
El Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) completó su participación en el proyecto europeo InnOREX; investigaciones que lograron desarrollar un nuevo proceso para la obtención de ácido poliláctico (PLA) que mejora sus propiedades mecánicas que permiten su aplicación en
envases inyectados en sustitución del polipropileno.
Según datos proporcionados por el instituto, la principal novedad en el proceso de obtención del PLA es el uso de una extrusora como reactor para producir el elemento a partir de la lactida. Esta nueva tecnología permite prescindir de catalizadores metálicos y emplear energías alternativas para mejorar la cinética de la reacción, así como hacer una medida en línea de la viscosidad del material durante el proceso.
Se realizó un extenso estudio de cómo se modifican las propiedades finales del biopolímero con la adición de aditivos y/o cargas, donde se ha logrado obtener un PLA modificado más flexible y un 200% más resistente al impacto que el convencional.
Con las mejoras en sus propiedades, se ha comprobado que el nuevo material puede ser utilizado en la fabricación de envases alimentarios mediante inyección y termoconformados en los que el PLA pueda sustituir al polipropileno. De esta forma, se está contribuyendo a la reducción del consumo de plásticos convencionales por otros procedentes de fuentes renovables y biodegradables, manifestó el AIMPLAS.
La eliminación de partículas metálicas en el proceso supondrá una mejora medioambiental y para la seguridad de los trabajadores, así como una oportunidad para la aplicación de esto biopolímeros en nuevos sectores como la biomedicina.
La obtención del PLA se ha realizado mediante polimerización por apertura de anillo (ROP) mediante un proceso de extrusión reactiva que unifica en un único proceso la síntesis química y de granza. La utilización de energías alternativas como microondas o ultrasonidos ha permitido obtener una reducción energética de hasta 20% en la obtención del material final.
AIMPLAS participó en el proyecto junto con otras 11 empresas y centros tecnológicos europeos bajo la coordinación del centro alemán Fraunhofer Institute for Cheminal Technology.