FEMSA, el Tecnológico de Monterrey y el grupo Dharma Capital unieron esfuerzos para crear el CIDPRO, el cual tendrá como objetivo impulsar la elaboración de nuevos productos más nutritivos y de menor costo.Para obtener alimentos ricos en proteínas altamente nutritivas, que sean económicos y viables para masificarse en las diferentes industrias de alimentos y bebidas en México, dos empresas privadas y el Tecnológico de Monterrey arrancaron las operaciones del Centro de Investigación y Desarrollo de Proteínas (CIDPRO).
Fomento Económico Mexicano (Femsa) y Dharma Capital financiaron, junto con la institución educativa, este centro que busca innovaciones que sean viables tanto en lo social como en lo económico, para contribuir al combate de la desnutrición en México, así como para que las empresas produzcan alimentos más completos, pero que al mismo tiempo les reditúe en su negocio.
El CIDPRO está soportado con la infraestructura del Centro de Biotecnología FEMSA, pero a partir del segundo semestre del año tendrá sus propias instalaciones, que incluyen equipo e instrumentos, propiedad intelectual, un equipo de científicos e investigadores y una planta piloto en el municipio de Allende, al sur de Monterrey.
"Este Centro impulsará la creación de nuevas industrias para influir positivamente en la calidad de vida de millones de personas", señaló José Antonio Fernández Carbajal, presidente y director general de FEMSA. El nuevo Centro de Investigación emplea bioprocesos innovadores, tecnología de vanguardia y un equipo de científicos e investigadores, para crear nuevas proteínas de alto valor nutricional y funcional.
En la primera fase su trabajo se enfocará en la industria alimentaria, con la posibilidad de ampliar la investigación hacia otras industrias en el futuro. José Manuel Landa, director de Dharma Capital, dijo que este Centro no sólo ayudará a mejorar la nutrición en América Latina, sino que su trabajo con proteínas puede ayudar en otros temas como desarrollo de tratamientos farmacéuticos, cosméticos o incluso aplicaciones industriales.
Fuente: El Financiero