La Región del Biobío ha dado un paso al frente en el estudio de los bioplásticos, productos que en los últimos años se han convertido en una alternativa industrial de gran interés, tanto por su capacidad de degradación sin daño al medio ambiente como porque en su fabricación se emplean residuos vegetales que pueden sustituir a los procesados de hidrocarburos, altamente contaminantes.
Uno de esos residuos es la piel del tomate, la hortaliza procesada más importante de Chile, ya que es el insumo base para la elaboración de diferentes salsas como la pasta de tomate, que representa más del 60% de las exportaciones de hortalizas en conserva.
Aprovechar la gran cantidad de residuos que genera esta industria para utilizarlos en la producción de bioplástico es el objetivo del proyecto InnovaChile de Corfo que dirige la Doctora Mónica Pérez, docente y directora del Departamento de Polímeros, de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Concepción.
“La iniciativa, enmarcada en el Perfil Línea 1 de I+D Aplicada de Corfo, contempló el estudio de mercado y la realización de estudios preliminares a nivel de laboratorio para el desarrollo del bioplástico, transformando lo que hasta ahora son sólo desechos de la piel del tomate en un subproducto, para su aplicación en la industria de envases y con un posible impacto en la economía y medioambiente”, señaló Juan Mardones, Director Regional de Corfo.
Ciencia Aplicada a costo cero ambiental
Gracias al financiamiento de Corfo, el proyecto contempló – entre otras actividades- una estadía en el Instituto del Plástico en Valencia, AIMPLAS y la participación en congresos en la materia, donde los doctores Mónica Pérez y Bernabé Rivas, co-investigador del proyecto conocieron valiosas experiencias en España, lugar donde también se están dando importantes pasos en esta materia.
“Este proyecto nos tiene muy entusiasmados y satisfechos, hemos logrado en fase de laboratorio excelentes resultados y queremos escalar hacia el siguiente paso para llevarlo a la realidad, para ello contamos con una empresa interesada del rubro que nos podría dotar de la materia prima”, señaló la Doctora Pérez.
Además agregó que esperan obtener un nuevo financiamiento de InnovaChile de Corfo, en su Línea 2 de I+D Aplicada. Con el siguiente paso estarían más cerca de desarrollar este polímero con propiedades similares a los sintéticos, pero biodegradable y a cero costo ambiental. Así, se podría utilizar como envase para la industria frutícola u otras industrias.
“A través de la ciencia aplicada es posible generar un impacto directo sobre la sociedad, tanto a nivel regional o nacional. El negocio tecnológico se enfoca en la puesta en valor del conocimiento en el desarrollo científico que permitirá obtener un nuevo material del tipo poliéster a partir de uno de los componentes extraíbles identificados como es la cutina”, indicó la investigadora de la UdeC.
Para poder implementar este negocio tecnológico, se pretende realizar un contrato de transferencia de know-How, y trabajar en el licenciamiento de uso de una patente orientado a proteger la tecnología desarrollada en esta investigación, pionera en Chile.
Fuente : Innovación.cl