El diseño del packaging y etiquetas de las botellas de vino es clave en las decisiones de compra en un mercado cada vez más amplio y con un público cada vez más grande.
El aumento de bodegas y vinos en los últimos años tiene como consecuencia que cada vez hay más variedad donde elegir. Pero además está obligando a los productores a tomar decisiones difíciles sobre cómo gestionar su marketing y
su imagen de marca.
Cuando se habla de marketing de vino todo detalles es importante. Desde la gestión y comunicación en redes sociales hasta las cajas para proteger el vino que se usa.
Con todas las opciones que ahora se ven en el mercado, bodegas y productores de vino tienen que comprender los factores que influyen sobre las decisiones de compra de una botella de vino. El marketing que se aplica en la propia botella es particularmente importante.
Entender las tendencias de diseño de packaging es imprescindible, lo que implica evaluar el rendimiento del diseño en una variedad muy amplia. En un reciente estudio de etiquetas de 20 marcas de vino que utilizaron la tecnología de seguimiento ocular, el 57% más de consumidores vieron la botella más visible que el envase menos visible en los primeros segundos de búsqueda.
La etiqueta de la botella de vino no sólo debe atraer la atención del consumidor, debe incitarles a comprarla. Por esta razón, los productores y bodegas de vino deben evaluar en qué medida los diseños de sus botellas reflejan la personalidad de la marca y transmiten efectivamente los mensajes claves. ¿Qué elementos funcionan y cuáles no?
Entre las claves de un buen diseño se encuentra el uso apropiado de una tipografía, los juegos de palabras, el uso de colores que combinen bien, ilustraciones que vayan con los valores y filosofía de la bodega.
Intentar adivinar cómo reaccionará el consumidor frente a un envase u otro es un gran desafío. La gran mayoría de marcas de vino citan la toma de decisiones subjetivas dentro de sus bodegas como un reclamo principal cuando se les pregunta sobre los mayores puntos débiles en el proceso de diseño de su bodega.
Este mismo estudio analizó más de 90 iniciativas de rediseño de packaging y descubrió un hallazgo interesante: a medida que aumenta el número de diseños evaluados, también lo hace el rendimiento en las métricas de empaquetado clave, incluidas las preferencias del consumidor y la capacidad de destacarse. Por desgracia, la mayoría de las marcas evalúan tres o menos direcciones de diseño, mientras que sólo el 15% explora más de cuatro opciones, que sería lo más adecuado.
Se trata en definitiva de crear diseños diferentes a lo que actualmente se encuentra en el mercado, estudiar las tendencias actuales y ofrecer algo innovador y diferenciador como una ilustración única, tipografías atractivas, serigrafías, colores llamativos, etcétera.
En un mercado más competitivo que nunca ya no sólo vale con tener vinos de calidad, el diseño del packaging y el marketing juegan un papel fundamental para el éxito o fracaso de una bodega.
Fuente: www.totalsafepack.com