Los principales riesgos que afronta el packaging durante su transportación es el cambio o pérdida de color, variación de su densidad, deshidratación, pérdida de peso debido a la disminución de humedad y deterioro de su textura y presentación.
El packaging al sufrir daños durante su transportación pone en riesgo al producto que se está comercializando, lo que podría generar un rechazo por parte del consumidor. Por ello, es fundamental considerar los siguientes aspectos para escoger el mejor empaque para exportar.
Es necesario conocer las características físicas, químicas y mecánicas del producto que se va a exportar.
Los tipos de barrera: Saber si es sensible al dióxido de carbono, al oxígeno, el nitrógeno, humedad, luz, aroma, grasas, cambios de temperatura, a la contaminación por microorganismos y/o a la presión atmosférica.
Determinar la cantidad de producto para selección el material apropiado y el sellado.
Vida útil: Definir el tiempo en el que se espera que el producto se mantenga en óptimas condiciones, conserve su presentación, calidad o sabor, entre otras.
Atender las necesidades del
consumidor, conocer sus gustos y preferencias para garantizar que el empaque llame la atención, sea agradable y asegure la compra del producto.
Estudiar los aspectos culturales, económicos del mercado al cual queremos llegar. Esta información es uno de los insumos principales para responder a los requerimientos de los socios comerciales.
Revisar las normas del mercado nacional y de los países de destino, para evitar el rechazo del producto del empaque.
Materiales: Investigar las propiedades químicas y físicas de plásticos, cartones, metales o vidrios permite seleccionar aquellos que sean compatibles químicamente con el producto. Se debe considerar sus ventajas, desventajas y disponibilidad.
Tipo de transporte: Conocer el medio de transporte al momento de organizar los productos en los empaques terciarios. Se debe considerar las dimensiones de los pallet, contenedores o estibas, según sea el modo (terrestre, marítimo o aéreo).
Compatibilidad química y física entre los empaques primarios y secundarios.
Cumplir los estándares del etiquetado y rotulado de acuerdo al tipo de producto, al país y al modo de transporte utilizado. Es necesario que estén visibles las especificaciones de peso, dimensiones y condiciones de manipulación.
Considerar los temas de reciclado, la reutilización o reconversión de los materiales, la preservación de los bosques, fauna y flora. El desarrollo de empaques debe tener en cuenta esta tendencia, para lograr una mayor aceptación.
Establecer los costos requeridos en material, producción, almacenamiento y desarrollo de empaque. Permite fijar la rentabilidad y hacer los respectivos cálculos sobre el valor que representaría en el producto.
Entre los materiales más utilizados para exportar son los plásticos (PET, PVC, PP Y PS), metal (acero y aluminio), vidrio, papel y cartón.
Especialistas explican que entre los objetivos es que el empaque busque marcar una diferencia con el resto de los productos, pero, no se debe pasar por alto los aspectos para mejorar la exportación.