Claves para el desarrollo de empaques innovadores

Más allá de los atributos técnicos, los fabricantes de empaque no deben perder de vista que éste es la conexión emocional entre el producto y el consumidor, y hay que darle una experiencia inolvidable. La innovación es fundamental para lograrlo.

La innovación es parte de un proceso, no puede ser solamente la idea de alguien, no puede ser solamente lo que a un grupo se le ocurre: la innovación tiene que ser parte de un proceso instalado, apoyado por la alta gerencia, con etapas que nos permitan filtrar aquellos productos que puedan tener un éxito.

No habrá innovación sin una cultura de innovación dentro de la compañía, una cultura que implica que a veces habrá fallas, pero a partir de esos errores se aprende. Cuando la cultura no permite eso, o cuando no se permiten las ideas de afuera, no puede haber innovación.

Las fallas son la oportunidad de aprender del proceso y de mejorarlo, sin embargo cuando existe esto nadie quiere arriesgar. Fallar implica probar y probar, y ver cómo funciona. Uno siempre está probando y aprendiendo.

Otro problema que se presenta —sobre todo en compañías muy grandes— es que se piensa que contratando gente con posgrado se va a mejorar el proceso de innovación, y no necesariamente es así. Ciertamente, se trata de gente que puede entender sobre ciencia de materiales y sobre muchos otros conceptos tecnológicos, pero la innovación implica sobre todo encontrar nuevas maneras de utilizar todo esto para darle valor a la empresa.

Cuando las compañías no permiten que la gente tenga un tiempo para pensar y para reflexionar, para sacar conclusiones o para alimentarse incluso de conocimientos e ir a otros lados para conocer nuevas formas de hacer las cosas, la innovación no se da.

Por otro lado, el problema en muchas empresas es que la innovación es muy corta, siempre se reduce a seis meses y con productos que uno desarrolla solamente para una temporada.

Existen dos maneras de hacer innovación. Una es la innovación lineal, donde los pasos a seguir ya están establecidos, y se sabe que se va a desarrollar un nuevo sabor o un tipo de botella, así que se tiene que hacer el estudio de costos, pruebas e implementación. Este tipo de innovación además es acumulativa, es decir, simplemente se van añadiendo productos nuevos.

La segunda es la llamada innovación flexible. Éste es un proceso iterativo, o sea, no es un proceso en el cual se llega en forma lineal al producto innovador, sino que se regresa a veces a la etapa anterior, sobre todo cuando no hay mapas y cuando es completamente nueva la innovación.

Hoy en día, los envases deben proporcionar beneficios extras para el consumidor, el medio ambiente y el negocio. En una palabra: tienen que ser sustentables.

Un envase sustentable es aquel que en todo su ciclo de vida emplea materiales agradables con su entorno y energía renovable, de fácil manejo y transportación, por lo que reduce costos para el fabricante, los cuales derivan en precios accesibles para el consumidor, pero sin deteriorar su función de contenedor.  

Para conseguir un envase sustentable se debe contemplar un diseño óptimo que eficiente su transportación, empleando materiales ecológicos de fácil reciclado, evitando la sobreprotección, esto es, el uso indiscriminado de envases secundarios o terciarios.

De preferencia debe ser reusable, ya sea que retorne a la empresa o que el consumidor lo utilice en su hogar; además de emplear calibres adecuados para que pueda ser almacenado sin problemas, aunado a que todas sus partes deben ser sencillas de separar.

De todas estas realidades, desafíos y tendencias hablaré junto con un grupo de colegas, ejecutivos de empresas elaboradoras de alimentos y bebidas, en la Mesa de Conversación del Food Pack Summit. Ojalá puedas acompañarnos.

Conoce la agenda completa del Food Pack Summit en http://foodtechnologysummit.com/food-pack-summit/

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