Surge de un estudio con más de 12.000 participantes. Para los expertos, el resultado es alentador: prueba que la influencia genética se puede combatir.Una caminata rápida de una hora cada día reduce a la mitad los efectos de la predisposición genética a la obesidad. Lo afirman investigadores la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard en los Estados Unidos, que hicieron un estudio presentado en un simposio de la Sociedad Americana del Corazón. Por el contrario, estar sentado frente al televisor durante cuatro horas cada día lleva a subir en un 50% el índice de masa corporal, advirtieron.
El estudio demostró que el hecho de caminar a buen ritmo diariamente reduce la influencia genética en la obesidad. Esto se traduce en una reducción a la mitad del índice de masa corporal. Es interesante el nuevo trabajo ya que demuestra que si bien lo genético pesa, cada persona puede hacer mucho para controlar su peso. También indica que no sólo la alimentación saludable es importante: se necesita el movimiento como el cepillado diario de los dientes, opina Silvio Schaier, presidente de la Fundación Argentina de Nutrición.
En el estudio que hicieron los científicos de la Universidad de Harvard participaron 7.740 mujeres y 4.564 varones. Se recolectaron los datos sobre la actividad física que realizaban y las horas dedicadas a ver televisión durante dos años antes de evaluar el índice de masa corporal. Finalmente, se analizaron esos datos con las variantes genéticas que se considera que influyen en el aumento de peso. Esas variantes son 32 hasta el momento y la prueba para identificarlas aún no están disponibles para todo el público. Lo que se encontró es que el efecto de las variantes genéticas se podía reducir en los participantes que se movían más.
El estudio sirve para alentar más las caminatas diarias, comenta Irene Ventriglia, directora del programa saludable para el tratamiento de la obesidad del Hospital Italiano de Buenos Aires. Desde los años ochenta, se están encontrando evidencias que permiten entender cómo la actividad física reduce el riesgo de enfermedades, pero aún cuesta que la gente la incorpore en sus hábitos diarios. Nadie se recupera de la obesidad con sólo tres meses de tratamiento, aunque haya bajado 10 kilos. En realidad, lo fundamental no es bajar kilos, sino modificar e incorporar nuevos hábitos saludables, como la caminata, el consumo de frutas y verduras, y el trabajo en grupo, agrega.
La vida sedentaria va en sentido contrario. Para los hombres, estar sentados más de 6 horas por día aumenta 20% el riesgo de morir más tempranamente en comparación con los que se sientan 3 horas, según un trabajo reciente de la epidemióloga Alpa Patel, de la Sociedad Americana del Cáncer en los Estados Unidos. En el caso de las mujeres, pasar 6 horas por día sentadas aumentaría el 40% el riesgo de muerte prematura.
La gente que permanece sentada muchas horas por trabajo no debería asustarse si es que también practica actividad física y sigue una alimentación saludable. Además, no se trata sólo de una cuestión individual sino que la lucha contra el sedentarismo forma parte de un cambio cultural que está en marcha, sostiene Oscar Incarbone, coordinador de actividad física dentro del plan Argentina Saludable del Ministerio de Salud de la Nación.
Son recomendables las pausas activas en el ámbito laboral, que incluyen levantarse frecuentemente, y practicar ejercicios de estiramiento de piernas y brazos y un trabajo específico para la columna. Hay que olvidarse de los ascensores y usar las escaleras. Fuera del trabajo, proponerse la caminata diaria. Poco a poco el cansancio de las primeras veces desaparece. Si es posible, es mucho mejor que la caminata se realice acompañado y por una persona de nivel similar.
Fuente: El Clarín