Los envases de plástico están en todos los medios en este momento, en una luz increíblemente negativa. Los consumidores tienen una creciente preocupación sobre cómo se manejan los envases de plástico al final de la vida, y les preocupa la fuga hacia el océano. Esto ha centrado la atención en lo que se puede hacer con los desechos plásticos.
Las marcas trabajan en envases que han sido cuidadosamente diseñado para su funcionamiento, pero no siempre con consideraciones para el final de la vida útil.
¿Entonces, cuál es la solución?
1. Reducción de la cantidad de empaque cuando sea posible.
2. Racionalización de los tipos de polímeros utilizados en los envases para simplificar el proceso de clasificación y reciclaje.
3. Diseñe el embalaje con la comprensión de cómo se manejará al final de la vida útil.
4. Más infraestructura de reciclaje, financiada y finalmente subsidiada a través de esquemas de Responsabilidad Extendida del Productor.
5. El compromiso del consumidor para garantizar la mayor cantidad posible de envases se captura para su reciclaje.
¿Cuál podría ser el papel de los bioplásticos y los envases biodegradables en todo esto? ¿Deberíamos cambiar completamente todos los embalajes para que estén hechos de "bioplásticos" y que sean "biodegradables" para que desaparezcan una vez desechados y se fabriquen con recursos renovables?
La respuesta corta a esto es "no". Los bioplásticos ciertamente tendrán un papel que desempeñar en el futuro y, en algunos casos, en la actualidad, pero debemos asegurarnos de que el Análisis del ciclo de vida (ACV) de dichos materiales sea más beneficioso que los plásticos a base de petróleo.
En cuanto a los envases biodegradables, este es un campo minado de mensajes confusos y falta de transparencia. Los envases que se degradarán fácilmente en un sistema de compostaje doméstico, o en el océano, son geniales en teoría, pero garantizar que pueda hacer eso y brindar protección al producto no es fácil.
Muchos productos alimenticios necesitan protección contra el oxígeno y la humedad, y el material que se descompone fácilmente no siempre puede lograrlo. Se puede encontrar un equilibrio para producir polímeros que mantendrán la integridad durante la vida útil del producto (que muchos incluyen muchos meses en depósitos o estantes) pero se degradarán fácilmente una vez que ya no se necesite el embalaje.
Luego viene a un envase que es compostable, pero solo en una instalación industrial de compostaje. Esto presenta los mismos desafíos que cualquier otro material que se recolecta para reciclar, si no más, porque el consumidor ahora debe comprender una categoría completamente nueva de envases que necesita su propia ruta de eliminación especial.
Por ejemplo, imagine la confusión si algunas botellas de bebidas necesitan ir en la papelera de reciclaje de plástico regular, mientras que otras entran en la colección de compostaje. En algunos sistemas cerrados y controlados, esto puede funcionar, pero debemos ser conscientes de cómo se maneja el material al final de la vida.
Entonces, en algunos casos, un biopolímero o un paquete biodegradable puede tener un impacto ambiental más positivo, pero se necesita una consideración muy cuidadosa antes de usar estos materiales. No debe suponerse que solo porque "bio" está en el nombre, es mejor para el planeta.
Los plásticos son materiales maravillosos que, cuando se usan correctamente, pueden tener un impacto positivo masivo en nuestras vidas. No hay mejor momento que ahora para pensar detenidamente sobre las diversas opciones, ya sea diseñando para el final de la vida útil, mejorando la infraestructura de reciclaje o reemplazando los materiales actuales por otros biodegradables o compostables. La respuesta no siempre es simple.