El nuevo material consigue un 100% más de absorción que los envases actuales.
Científicos de las Universidades de Sevilla y Huelva obtuvieron un bioplástico a partir de la mezcla de un compuesto derivado de un arbusto denominado tragacanto y la clara de huevo. El plástico duplica la capacidad de absorción de los envases usados en agroalimentación y horticultura, lo que aumenta la vida útil de frutas y verduras.
El plástico, creado por investigadores del grupo Tecnología y Diseño de Productos Multicomponentes de la Universidad de Sevilla, junto a científicos de la Universidad de Huelva, es más respetuoso con el medio ambiente al ser biodegradable y proceder, en parte, de subproductos agrícolas.
Los científicos han demostrado que las propiedades mecánicas se mantienen intactas al incluir la gama de tragacanto en la formulación y mejora su capacidad de reciclado en comparación con los plásticos sintéticos de polietileno derivados de hidrocarburos.
María Luisa López Castejón, coautora del estudio publicado en la revista Carbohydrate Polymers e investigadora de la Universidad de Sevilla, detalló que las cualidades de la proteína de la clara del huevo como absorbente es bioplásticos ya han sido demostradas en investigaciones anteriores, pero en este estudio se ha logrado comprobar que unida al tragacanto aumenta sus propiedades de manera potencial.
Los científicos explican que en el estudio se incluye el análisis de las posibilidades que aporta el nuevo material que, además de poder utilizarse para preservar mejor los frutos y hortalizas, permite la incorporación de componentes adicionales. Nutrientes o agentes antimicrobianos, por ejemplo, podrían añadirse al compuesto inicial para incluir una funcionalidad específica o hacerlo más resistente al ataque de microorganismos. También podría considerarse incorporar otros aditivos, como conservantes o antioxidantes.
En el estudio se han utilizado placas de bioplástico a los que se les ha añadido agua y nutrientes de manera controlada y que se colocan en el sustrato junto a la planta. De esta manera, van eliminando el agua contenida junto a estas sustancias, lo que permite un mayor rendimiento del cultivo. Así, podrían incorporarse agentes antimicrobianos que afecten exclusivamente a la planta y no al suelo, lo que las haría más fuertes ante infecciones sin alterar su medio.
El desarrollo de este material con la goma de tragacanto supone un primer paso en la obtención de un material bioplástico de carácter superabsorbente y propiedades mecánicas aceptables para el uso a partir de una materia prima procedente de residuos o excedentes de la industria alimentaria.
López Castejón señaló que siguen investigando otros productos que les permita obtener materiales superabsorbentes y que puedan aplicarse a la industria, con el fin de ofrecer la base necesaria para la creación de artículos de consumo que mejoren la vida y respeten el medio ambiente.
Los expertos han obtenido un plástico a partir del carbonato sódico y la proteína de soja que sí consigue la cualidad de superabsorbente al llegar hasta el 3.500% más de permeabilidad que los convencionales.
El estudio forma parte del proyecto Formulación y procesado de materiales para envases activos basados en bioplásticos y agentes antimicrobianos volátiles del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
Fuente: www.agenciasinc.es