Un proyecto de la FAO, la Unión Africana y la Fundación Rockefeller, tienen como objetivo ayudar a los países a reducir sus pérdidas post-cosecha para 2030, reforzando las políticas y estrategias necesarias.
Los alimentos que "desaparecen" de la cadena alimentaria después de la cosecha debido al deterioro podrían alimentar a cerca de 48 millones de personas en el África subsahariana.
"Nuestro trabajo con la Fundación Rockefeller y la Unión Africana para hacer más eficientes las cadenas de suministro alimentario beneficiará a los medios de subsistencia de los pequeños campesinos en África y supondrá menos presión sobre el medio ambiente, contribuyendo así a nuestro ideal de un mundo con Hambre Cero", aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.
Por su parte, Rafael Flor, Director de la iniciativa "YieldWise" de la Fundación Rockefeller, destacó: "Estamos a doce años del objetivo y hasta ahora no hemos progresado lo suficiente. Estamos cerca de un punto de inflexión en el tema de la pérdida y el desperdicio de alimentos -añadió-, en el que hay suficiente concienciación entre los gobiernos y el sector privado, pero los gobiernos no han hecho por ahora muchos avances".
Los gobiernos de todo el mundo se comprometieron a reducir a la mitad la pérdida y el desperdicio de alimentos para 2030 en virtud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A su vez, y en función de la Declaración de Malabo, los países miembros de la Unión Africana se fijaron el ambicioso objetivo de reducir a la mitad las pérdidas post-cosecha para 2025.
"Nuestro objetivo es apoyar a la Unión Africana y sus instituciones para desarrollar políticas y diseñar soluciones estratégicas para abordar la pérdida y el desperdicio de alimentos con impacto a todos los niveles, incluyendof las políticas, la creación de capacidad y la investigación, y a nivel de la cadena de valor con los agricultores, productores y comerciantes", explicó Cephas Taruvinga, Asesor técnico principal de la FAO para el proyecto.
El proyecto, de 18 meses de duración, comenzó en febrero de 2017 y se centra en las pérdidas post-cosecha de cultivos básicos en los países piloto de Kenya, Tanzania, Zambia y Zimbabwe, así como en apoyo a las políticas para la Comisión de la Unión Africana.
Las pérdidas post-cosecha hacen referencia a una reducción en la calidad y cantidad de los alimentos -como cereales, frutas, vegetales, carne, pescado y leche- que se produce entre la explotación agrícola y el punto de venta, antes de que puedan ser consumidos.
Las estimaciones de la FAO indican que las pérdidas post-cosecha pueden alcanzar hasta el 20 por ciento para los cereales, el 30 por ciento en los productos lácteos y el pescado, y el 40 por ciento en el caso de frutas y hortalizas. Gran parte de este deterioro ocurre debido a la carencia de tecnología, el conocimiento insuficiente en las cadenas de suministro, el acceso limitado a los mercados, las infraestructuras deficientes y una financiación inadecuada.
Reducir a la mitad esas pérdidas en África requiere un enfoque global y sistémico, y por ello el proyecto apoya el fortalecer los vínculos en la cadena de valor de la producción alimentaria, mejores mercados e infraestructuras, soluciones técnicas más adecuadas y asistir a los gobiernos para ofrecer políticas e inversiones favorables.
Tanto en la Unión Africana como en los países piloto se están desarrollando e implementando políticas y soluciones estratégicas. También se llevan a cabo evaluaciones del alcance de las pérdidas post-cosecha para los cultivos prioritarios de cada país, incluidas las cadenas de suministro del maíz, leche y tomate, y se han formado grupos de trabajo técnico para desarrollar estrategias nacionales y coordinar las actividades post-cosecha en Tanzania, Zambia y Zimbabwe.
A través del proyecto, más de un centenar de partes interesadas y personal técnico han recibido capacitación en gestión post-cosecha y, en Tanzania se ha incorporada la Metodología de análisis de la pérdida de alimentos de la FAO a los programas de capacitación terciaria. Además, se ha desarrollado un marco de Monitoreo y Evaluación para seguir el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Malabo.
Al mismo tiempo se están ensayando soluciones simples y prácticas, como unos sacos sellados herméticamente que pueden almacenar grano por más tiempo, y cajas reutilizables para transportar frutas y hortalizas frescas y reducir así el daño durante el transporte.Las soluciones y prácticas exitosas ensayadas en el proyecto se replicarán en toda África.