El sector ganadero es uno de los pilares de la seguridad alimentaria y los medios de vida rurales, y la comunidad internacional debe trabajar en conjunto para garantizar que se aproveche toda su contribución potencial al desarrollo sostenible.
En el marco del 10º Foro Global para la Alimentación y la Agricultura que se celebra en Berlín, el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, expresó que si bien los productos de origen animal aportan una contribución notable a la nutrición y la lucha contra la pobreza, tienen también un impacto desmesurado en el clima y el medio ambiente, y asegurar la sanidad animal es cada vez más importante para la salud humana.
A medida que crece la demanda de carne y otros productos ganaderos -en especial en los países en desarrollo-, la cuestión de la distribución equitativa y eficiente de los beneficios adquiere cada vez más importancia. Más de la mitad de los pobres rurales del mundo dependen de la ganadería, y se les deben dar habilidades, conocimientos y tecnologías adecuadas para participar y beneficiarse de ese crecimiento esperado en lugar de ser dejados de lado por la expansión de grandes operaciones con un uso intensivo de capital.
José Graziano señaló que el aumento del consumo de productos de origen animal mejorará la nutrición, en particular para los niños más pequeños en los países en desarrollo, cuyo desarrollo cognitivo y físico requiere micronutrientes cruciales como el zinc y el hierro, aunque recordó que el consumo excesivo también plantea riesgos. Tenemos que centrarnos en dietas saludables y equilibradas. También recordó que existen fuentes alternativas de proteínas, como el pescado y las legumbres, que es necesario explorar.
Dado que la ganadería genera más gases de efecto invernadero (GEI) que otras fuentes alimentarias -cerca del 14,5 por ciento de todas las emisiones antropogénicas- el crecimiento del sector plantea desafíos para la biodiversidad, el acceso sostenible al agua y, de forma destacada, a los objetivos del compromiso del Acuerdo de París de limitar la subida de la temperatura media del planeta.
Graziano da Silva aseguró que es posible lograr un sector ganadero con bajas emisiones de carbono, señalando los cálculos de la FAO de que las emisiones de metano pueden reducirse rápidamente entre un 20 y un 30 por ciento en todos los sistemas productivos adoptando prácticas zootécnicas conocidas como son el pastoreo regenerativo, la selección de forraje y un mejor reciclaje de los nutrientes y la energía de los desechos ganaderos. Añadió que una mejor gestión de los pastizales y de la salud y capacidad de almacenamiento de carbono de sus suelos es también esencial para aumentar la producción pecuaria y evitar una mayor deforestación.
Con prácticas mejoradas y climáticamente inteligentes, podemos establecer rápidamente cadenas de suministro ganaderas más sostenibles y ecológicas, dijo Graziano da Silva, quien instó a aprovechar la oportunidad surgida tras la cumbre climática de la COP23 del año pasado en Bonn que pidió de forma específica dar prioridad a los sistemas mejorados de gestión pecuaria.
El titular del organismo abordó además las cuestiones de la sanidad humana y animal, y advirtió que la aparición de enfermedades se intensificará posiblemente en los próximos años, ya que el aumento de las temperaturas favorece la proliferación de insectos.
Por ello aseguró que las enfermedades zoonóticas con potencial pandémico -como algunas cepas de la gripe aviar- representan una gran amenaza para las personas, los animales y el medio ambiente.
La FAO cuenta con una larga trayectoria en la lucha contra las enfermedades transfronterizas de los animales, incluyendo haber liderado la erradicación exitosa de la peste bovina y una nueva campaña mundial para acabar con la peste de los pequeños rumiantes.
El organismo de la ONU reconoce igualmente la necesidad de abordar la resistencia a los antimicrobianos (AMR, por sus siglas en inglés), una importante amenaza para la salud humana que se ve agravada por el abuso y el uso excesivo e indebido de los antibióticos en la ganadería, un consumo que a nivel mundial triplica el que hacen de estos fármacos los seres humanos.
Graziano da Silva hizo hincapié en las recomendaciones de la FAO de suspender de inmediato el uso de medicamentos antimicrobianos para promover el crecimiento del ganado, y que solo se utilicen para curar enfermedades y aliviar el sufrimiento innecesario, mientras que su uso preventivo debería realizarse solo bajo condiciones estrictas.La FAO ayuda a muchos países a desarrollar e implementar planes nacionales para abordar la AMR.